ALEMANIA, Michael Gerber. Desde hace años, los «Diez minutos junto al Pesebre» constituyen una «gran atracción» en Schoenstatt y en otros centros schoenstatianos. ¿Por qué no realizar entonces este encuentro de oración y alabanza de Navidad en el Santuario de las Vocaciones en Merzhausen, Alemania? Esto es simplemente lo que pensaron algunas familias jóvenes. Había sin embargo un obstáculo a vencer: junto al Santuario no hay más espacio que en una iglesia, donde realizar los «Diez minutos junto al Pesebre» en la forma acostumbrada. Pero ¿Por qué no hacer del propio Santuario, un pesebre? Después de todo, tu Santuario es nuestro Belén.
Unas semanas antes se había hecho gran publicidad del evento a través de un volante que dio excelentes resultados: a pesar de algunas lluvias ligeras, más de 150 personas -entre las cuales había muchos niños- llegaron desde los alrededores y de lugares más lejanos para participar del encuentro realizado en el Santuario la tarde del 27 de diciembre. En la sacristía y colocándose los trajes de sus personajes, los niños tuvieron la posibilidad de transformarse en un ángel, una estrellas o en pastores. El programa de estos «Diez minutos junto al Pesebre» tuvo varios pasos: la dinámica del evento, la representación de los niños y los cantos entonados por todos los participantes. De esta manera recorriendo su camino, pastorcitos y ángeles llegaron hasta una hoguera llameante.
Todo el Santuario es un pesebre
El evento alcanzó su clímax en la entrada del Santuario. La zona del altar había sido transformada en un paisaje del pesebre, gracias al enorme trabajo de los colaboradores, se retiraron los bancos y en su lugar se colocaron fardos de heno donde se sentaban los pastores. Sobre todos reinaba la MTA con su Hijo divino. El grupo responsable del evento estaba impresionado de ver a los asistentes -la mayor parte de ellos no había visitado el Santuario- deslumbrados por el «clima acogedor» del encuentro, lo que hizo que los cantos de Navidad no terminaran. No era sólo la mirada de los niños la que brillaba, sino también la de los adultos. Delante del Santuario se dio una muy interesante convivencia entre los visitantes donde se les sirvió ponche y galletas de Navidad.
No queda la menor duda de que el próximo año este evento se realizará nuevamente. Incluso esta nueva forma de realizar los «Diez minutos junto al Pesebre» puede ser recomendada además a otros Santuarios.
