SUIZA, Hna. Ursula-Maria Bitterli. El pasado mes de octubre se abrieron las puertas a la Virgen Peregrina de Schoenstatt en diversas comunidades de Suiza, entre otras, Schwanden GL, Flums, Eglisau, Niederhasli, y Zurich. A pesar del frío y la niebla de noviembre, la Virgen Peregrina va al encuentro de los hombres, sin arredrarse por el mal tiempo.
Así, en compañía de su madre y de una joven familia, una señora fue a buscar a la Virgen Peregrina para un grupo de fieles hispanoparlantes, residentes en Zurich. Y como ya ocurrió en octubre, en una ceremonia de envío, estuvo presente nuevamente una bebé, fruto de la oración de petición hecha hace dos años en el santuario de Quarten, Suiza, por un matrimonio que desde hace mucho tiempo anhelaba tener un hijo. Un mes después, la esposa se embarazó ¡y ahora esta bebé fue consagrada a Nuestra Señora en el Santuario!
Un caso especial
A mediados de noviembre, una familia originaria de Huttwill/BE fue a buscar a la Virgen Peregrina, con su respectiva bendición de envío, invitándola para peregrinar entre su grupo. Lo especial de este caso es que una señora de otro cantón comentó algo sobre la Virgen Peregrina con su estilista. Ella, a su vez, comentó con su esposo que sería algo interesante para su parroquia. El esposo presentó la propuesta al consejo parroquial y el párroco mostró mucho interés en ver una imagen peregrina. María Santísima se puso en camino «automáticamente» ¡y ya tiene seis meses peregrinando por los hogares, sin la «debida» bendición de envío!
La Virgen Peregrina no se queda «desempleada»
¡Y no termina la peregrinación! El 21 de noviembre María Santísima «viajó» con destino a un grupo de habla portuguesa, residente en Berna, así como a ocho grupos de fieles de lengua croata, residentes en Basel, Zuchwill y Huttwil. Sorpresivamente, estos grupos se formaron en pocos días. En diciembre, se prevé también la formación de otros grupos en St. Galles, Schwanden, Oberentfeldern, Thun, Emmenbrücke, etc.
Y aunque no todas las puertas se le abran a la Virgen Peregrina de Schoenstatt, ella no quedará «desempleada» ¡porque ciertamente algunas puertas se abrirán de par en par!
Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México
