BRASIL, Cássio Leal. La Madre de Dios conquista diez nuevas aliadas en el Santuario de Jaraguá. Un grupo de la Juventud Femenina de Schoenstatt sella su Alianza de Amor y escoge una misión de gran responsabilidad como nombre de grupo: ser «Luz de Cristo»
El 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América Latina, diez niñas de la Juventud Femenina de Jaraguá, barrio de São Paulo, sellaron su Alianza de Amor con la MTA, colocándose enteramente a su disposición de la misma manera en que el indio Juan Diego, en México, se puso a disposición de la Virgen de Guadalupe hace casi 500 años.
Día de la Patrona de América Latina y de la Alegría en preparación a la Navidad
Era el día de la Patrona de América Latina y la víspera del «Domingo de la Alegría», el tercer domingo de Adviento. A pesar de la lluvia que cae sobre São Paulo hace varios días en una tempestad de verano, la carpa del Santuario de Jaraguá estaba repleta de familiares, amigos y representantes de las diversas ramas de la Familia de Schoenstatt, que estuvieron en el Santuario en la noche del sábado para participar de este momento de gracia para la Juventud Femenina. La Misa fue celebrada por el Padre Afonso Wosny de los Padres de Schoenstatt, quien durante el tiempo que trabajó en São Paulo, siempre atendió con gran disponibilidad a las ramas de la Familia de Jaraguá y a la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, donde trabajó. El P. Afonso, después de esta Alianza de la JUFEM, se despide de su trabajo pastoral en São Paulo, pues ha sido trasladado a Londrina para trabajar con la Juventud Masculina de Paraná, su estado natal.
También estuvo presente la Hermana Franciane del Instituto de las Hermanas de María, Asesora de la Juventud Femenina, que acompañó a las niñas durante toda su preparación para la Alianza de Amor.
Un grupo musical formado por jóvenes de las Juventudes Femenina y Masculina interpretó durante la celebración canciones del Movimiento. La procesión del ofertorio, algunos familiares llevaron al altar algunos símbolos importantes para el grupo, como la bandera de la JUFEM, el cuaderno de grupo, las medallas de Alianza, el pan y el vino, el capital de gracias y, atrás, las integrantes del grupo ofrecieron su propio grupo y subieron al altar para anunciar a toda la Familia de Schoenstatt el nombre de su grupo en latín: Lumina Christi, la Luz de Cristo.
Gran emoción en el momento de recibir el símbolo de la Alianza
Al final de la Misa, todos los asistentes fueron en procesión al Santuario para el rito de Alianza. Nuevamente se recordó el acto realizado por el P. Kentenich y los primeros congregantes hace casi 109 años.
El Padre Afonso dirigió algunas palabras al grupo y a los presentes y luego ellas hicieron su oración personal de Alianza y la oración de la Rama, comenzando así a formar parte de la Familia de Schoenstatt extendida en el mundo. La emoción se apoderó de muchas de las nuevas consagradas en el momento de formar el Libro de Alianza y recibir la medalla de manos de la Jefa de Rama de la Juventud Femenina.
«…mientras más pequeña y liviana sea, más alto podré volar»
El Santuario de Jaraguá estaba iluminado para este día de fiesta y de alianza. En este lugar de gracias, la Madre y Reina tres Veces Admirable de Schoenstatt y la Luz de Cristo, derraman las bendiciones de Dios sobre cada una de las niñas que sellaron su Alianza este día, para que puedan cumplir la misión que escogieron como grupo, ser «Luz de Cristo», vivir la Alianza en medio del mundo y llevar a Cristo Vivo hacia otras personas. El grupo Lumina Christi: Adriana, Aline Bento, Aline Mota, Ana Caroline, Camila, Elaine, Jéssica, Josiane, Monique y Priscila Forman ahora parte de una gran familia unida a través de la Alianza de Amor. Auna pequeña vela que se entregó como recuerdo de la Alianza a todos los presentes, había una tarjeta con una frase de Gertraud von Bullion, la primera mujer que ingresó al Movimiento de Schoenstatt: «Volar a gran altura no es imposible, sólo hay que permanecer pequeñas. Mientras más pequeña y liviana sea, más alto podré volar».
