SANTUARIO ORIGINAL, Hna. M. Isabel Machado. El 14 y 15 de junio llegaron al Santuario Original unos seiscientos inmigrantes de habla hispana y portuguesa. La cuarta peregrinación tuvo como lema: “Cien años de alianza de amor, soy parte de esta historia”. Los peregrinos partieron desde varias ciudades de Alemania y Luxemburgo para celebrar juntos el centenario en un clima familiar, ya que hablaban el mismo idioma por lo que podían expresarse y comprenderse más fácilmente entre ellos. También participaron los voluntarios del Team 2014 provenientes de varios países, cuidando por la animación del encuentro.
La alianza de amor, el tema del día
El sábado 14 llegó un grupo con cerca de cien personas, proveniente de Hamburgo, en el norte de Alemania. Con ese contingente, dividido en dos: uno de jóvenes y otro de adultos, se trabajó para descubrir la riqueza y la hermosura de la alianza de amor. Con el grupo de los jóvenes se reflexionó sobre la lucha por la libertad, presente en el origen de Schoenstatt. Libertad que incluye los vínculos con la comunidad y con María, y que nos torna apostólicos. La concusión fue que todo lo que se habló se traduce en tres palabras: alianza de amor. Con varios momentos de reflexión, paseo en medio del bosque – una hermosa época primaveral – y talleres, los jóvenes se involucraron en el tema y les encantó la realidad de que, por medio de la alianza de amor, es posible ser un joven libre y misionero.
Con el grupo de los adultos el punto de partida para la reflexión fue la consagración que hizo la madre del Padre Kentenich cuando llevó a su niño al orfanato. Durante el día profundizaron la realidad y la fuerza de esa alianza, que llevó al Fundador a superar el campo de concentración de Dachau, a ser fiel y a crecer en amor a la Iglesia incluso en el exilio.
A la noche participaron de la bendición en el Santuario Original después de una breve reflexión sobre el sentido de la alianza de amor. Muchos pudieron sellarla como peregrinos y firmarla en el lugar de la fundación.
La vida diaria en alianza
Al día siguiente, domingo 15, llegaron más peregrinos. Con reflexiones y testimonios se hizo bien concreta esa vida de alianza: en lo cotidiano, en las luchas, con la realidad de la entrega mutua. La Santa Misa en la Iglesia de la Adoración fue bastante solemne. En medio de los cánticos se agitaban pañuelos con los colores blanco, azul y amarillo, y hacían aún más alegre esta “fiesta de la alianza”. Estaban presentes las imágenes peregrinas que visitan a las familias. Fue impresionante el momento del acto penitencial, cada comunidad pudo pedir perdón a Dios por las “rupturas de la alianza” en sus lugares.
La luz del sol que entraba por el techo de la Iglesia parecía confirmar la presencia del Dios de la alianza en medio de sus hijos hispano y luso parlantes.
A la tarde hubo nuevamente una breve reflexión sobre la consagración a María y, enseguida, se recibió la bendición con el Santísimo. Terminada esta partieron en peregrinación al Santuario Original desde donde fueron enviados con una invitación a la Mater: “Acompáñame, María, y escribe conmigo la historia de mi vida”. Entregaron sus aportes al capital de gracias con la plena convicción de que no partían solos de allí.
Algunos testimonios:
“Cuando estoy en Schoenstatt recibo como un bálsamo para mi alma, siento aquello que más deseo. Estoy tan agradecida a Dios por el amor y el cariño que encuentro”.
“Esta fue una peregrinación muy especial. Un reencuentro con personas, con el idioma, los colores, las banderas, los gustos, la música… Un encuentro con la naturaleza de este ‘Bello Lugar’ y especialmente un encuentro con María, nuestra Madre, tan íntimamente presente en la cultura de nuestra gente y que hace de todos nosotros una gran familia”.
“Dios estuvo presente en todo momento. En el baile de los niños y de los jóvenes, en los testimonios compartidos por la mañana, en la hermosa Sta. Misa, tan profunda y llena de colores, en el almuerzo entre amigos, en la reflexión de la consagración, en el silencio que tanto dice junto al Smo. Sacramento, en el peregrinar juntos hasta el Santuario, donde consagramos nuestras vidas, entregamos nuestras contribuciones al Capital de Gracias y de donde fuimos enviados para seguir caminando junto con María y su Hijo”.
“Fue un día muy hermoso, un regalo de este año jubilar. Ciertamente Ella hizo milagros en el corazón de muchas personas y continuará acompañando la vida de esos queridos hijos que, vinculados al Santuario, también son parte de esta historia”.
Fuente: www.maeperegrina.org.br
Original Portugués. Traducción maa, Argentina
