Publicado el 2013-08-26 In Santuario Original

Un hasta siempre a la sombra del Santuario

mev. Luego de 17 de meses de constante entrega y servicio a la Familia de Schoenstatt, llegó la hora de decir un “hasta siempre” a Hilde y Herbert Fellhofer, los sacristanes del Santuario Original.

 

 

Hilde y Herbert Fellhofer, de la Federación de Familias de Austria, llegaron a finales de marzo del 2012: “hicimos un curso rápido de cómo ser sacristanes y a los tres días – el 1 de abril – tuvimos la primera misa en Domingo de Ramos con nueve concelebrantes y la entrega del Santuario Original!”, cuentan como sorprendidos de haber sobrevivido al primer impacto de su entonces nuevo y casi desconocido trabajo.

A la Sombra del Santuario

Los Fellhofer no solo se perfeccionaron como sacristanes; también se ganaron el corazón de todos los que llegan al santuario regularmente, tanto peregrinos como habitantes del lugar en Schoenstatt. Por eso, alrededor de 120 personas quisieron participar de la Santa Misa y luego programa de despedida que se organizó para ellos… por primera vez, una reunión “en familia” ¡a la sombra del Santuario Original!

La Santa Misa comenzó a las 17.00 hs. El P. Heinrich Walter, presidente de la Presidencia General, fue el celebrante principal y cinco sacerdotes concelebraron con él, entre ellos el P. Michael Marmann, actual rector del Santuario

En la prédica, el P. Walter caracterizó el servicio de los sacristanes con tres  expresiones: “Llegar al hogar”, “Creer en los Milagros” y “Contar a los demás”. “Algunas veces no se sabía qué era más importante: que la puerta del santuario estaba abierta y se podía entrar o que la luz de la sacristía estaba encendida y eso quería decir ‘están ahí’. Eso lo he experimentado como un maravilloso ‘con el otro y en el otro’, cómo el ser religioso y santo está conectado con las personas. Ustedes, familia Fellhofer, han sido un maravilloso instrumento para que este ‘llegar al hogar’ se haya vuelto más profundo, natural, sobreentendido” dijo el P. Walter. Hizo también alusión al “milagro” del cual fueron testigos el 22 de mayo: “En estos meses en que ustedes han estado aquí, hemos aprendido nuevamente a creer en los milagros. Si podemos quedarnos con eso, si eso pudiera acrecentar el valor en nosotros, tanto más podría suceder.”

Como una Familia

Luego de la misa los invitados pasaron al buffet. Todo había sido un trabajo en equipo, cada uno colaboró de alguna manera: algo de comer, buscar los platos, armar las mesas y bancos, decorar el lugar… “Como en una familia, cada uno supo lo que tenía que hacer, sin reuniones, sin planificar mucho, sino simplemente llevándolo a cabo” dijo el P. Walter antes de impartir la bendición final.

Y así transcurrió la tarde, en un ambiente de celebración y sobre todo de gratitud por todo lo que la presencia de los Fellhofer aportó para la vida que surge en el día a día en torno al Santuario Original.

¡Es la primera vez que sucede algo así!

Luego de disfrutar de una agradable cena en “el jardín del Santuario”, varios representantes de diferentes “equipos” y comunidades presentaron sus regalos de gratitud a los sacristanes, quienes a su vez dejaron también sus regalos para aquellos que durante este tiempo los habían apoyado en su trabajo y con sus oraciones.

“¡Creo que es la primera vez que tenemos una celebración así!” dijo asombrado uno de los sacerdotes presentes, refiriéndose a la espontaneidad y frescura de la celebración.

Uno de los grupos que se hizo presente fue el círculo de “sacristanes sustitutos”, alrededor de 15 personas que durante casi un año y medio reemplazaron a la familia Fellhofer en sus días libres y durante sus viajes a Viena.

La celebración concluyó con la bendición de la noche en el Santuario Original, donde todos agradecieron nuevamente por la entrega y el ejemplo de los Fellhofer.

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Un hasta siempre a la sombra del Santuario

mev. Luego de 17 de meses de constante entrega y servicio a la Familia de Schoenstatt, llegó la hora de decir un “hasta siempre” a Hilde y Herbert Fellhofer, los sacristanes del Santuario Original.

 

 

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2 Responses

  1. mireya buchely dice:

    El anio pasado en el mes de julio, mi esposo Eduardo Falla y yo estuvimos en el Santuario Original, en el que me senti como si estuviera "en el cielo". Conocimos a Hilde y Herbert, los sacristanes; charlamos con ellos cada dia que ibamos. Fueron de mucha ayuda y bendicion. Los admiramos por esa entrega todo este tiempo y que felicidad deben sentir en sus corazones de haber sido "los Sacristanes del Santuario Original"
    Desde Ecuador, gracias.
    Eduardo y Mireya Falla

  2. HMA - Argentina dice:

    Aunque nunca los vi personalmente, no puedo decir que no los conozco. También fui sacristana principiante e improvisada (en el Santuario de La Plata recién construido) y conozco los mil detalles a tener en cuenta. Y también pude ser testigo del milagro de la ordenación de los primeros Padres de Schoenstatt y de la gran noticia de la liberación del Padre y Fundador, exactamente un mes después de la inauguración de aquel Santuario ofrecido por él. Observé siempre los hermosos arreglos florales del Santuario Original, e interiormente agradecí no solamente a quienes los hicieron sino también a los que aportaron económicamente para que esto fuera posible. Muchas gracias, matrimonio Fellhofer, por haber preparado y cuidado nuestro hogar, la casa de todos. Y felicitaciones por haber sido testigos y protagonistas del gran milagro. Que siga creciendo esta gracia para que llegue el otro gran milagro anhelado: el Cor Unum in Patre de TODA la Familia de Schoenstatt en todo el mundo. Y aunque aquí no se lo menciona, un enorme gracias al equipo de schoenstatt-tv que nos permite estar allí en tantas ocasiones importantes y valorar el aporte de todos. Merecerían un artículo aparte!!!

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