ARGENTINA, Santiago Oltra – JM Confidentia / www.schoenstatt.org.ar •
Esta fue mi primera misión Quo Vadis y la verdad es que no sabía qué esperar. Lo primero con lo que me encontré fue el salir de la comodidad en la que suelo pasar mis Semanas Santas. Era ir a un nuevo lugar a misionar y vivir la Pascua de otra manera. Como me dijo alguien en una charla, es una forma extraordinaria de vivir la Pasión y Resurrección de Cristo. —
Uno toma dimensión de lo que realmente fue su sacrificio, viéndolo en las personas a las que conocimos y en cómo Jesús carga con sus penas, sus pecados y sufrimientos en la Cruz, haciéndola más grande aún.
Te abre los ojos a las necesidades que hay a la vuelta de la esquina
Misionamos en Florencio Varela, a 40 km de la Ciudad de Buenos Aires, lugar donde se encuentran el Santuario Nacional y el Santuario de Sion. Ir a Florencio Varela tiene algo distinto dado que es una realidad completamente diferente a la nuestra, pero con la particularidad de que está a una hora de casa. Te abre los ojos a las necesidades que hay “a la vuelta de la esquina”.
En cuanto a misionar con Schoenstatt en Semana Santa tiene un toque místico distinto. Más allá de las típicas celebraciones, lo distinto que me cautivó fue vivir más en profundidad estos días junto a la Mater. Acompañarla mientras sufría el sacrificio de su hijo y cómo vivió esos días previos a la Resurrección. Enseñándonos lo que es la completa entrega a la voluntad divina de Dios Padre y la esperanza como virtud. Creo que realmente la Mater nos acompañó y nos guio en estos días haciéndonos instrumentos suyos.
La Vida ha vencido a la muerte
Fue muy lindo también todo lo que compartí con la gente en esta misión. El sentido de fraternidad que se genera en comunidad me encantó. Éramos personalidades distintas, en algunos casos o similares en otros, pero con algo que nos une y nos eleva: ese amor al Señor y a la Mater, y esa entrega de nuestro tiempo y dedicación al servicio.
Si tuviera que elegir un pensamiento que me queda de esta misión Quo Vadis es que la Vida ha vencido a la muerte; es que uno realmente vive en serio en esta comunión con el prójimo donde está Jesús.
Me llevo muchos recuerdos y experiencias muy lindas, obviamente lo repetiré y abro la invitación a vivir esta experiencia pascual, en la cual uno dimensiona la mayor muestra de amor de nuestro amigo Jesús en su Pasión y Resurrección.
