ECUADOR, P. Rafael Amaya •
El proyecto se inició con la pandemia pero no termina con ella. Mes por mes, en el Santuario de Schoenstatt en Quito, Ecuador, se entregan «bolsas de caridad» con alimentos, artículos de higiene, ropa y todo lo que entra en una bolsa, que significa esperanza para las personas necesitadas. —
Todos llegan con ilusión a recibir sus bolsas de caridad. Lo hacen con orden, con respeto y con mucho agradecimiento a Dios y a su iglesia. Ahora entregamos a 270 familias de los barrios más pobres.
La situación sanitaria ya es diferente a la de hace unos meses. El 80% de personas ha recibido la vacuna, hay tranquilidad.
Pero no hay muchas oportunidades de trabajo para jóvenes mamás con hijos y a ellas se les está ayudando, también a discapacitados y ancianos.
Al final de la entrega, todos, con sus bolsas en mano, se dirigen al santuario para rezar un Padre Nuestro en agradecimiento. Y la Madre allí los recibe y les da cobijamiento.
Schoenstatt tiende su mano a los mas necesitados. Obra de la misericordia, tal como nos pide Jesús.
