Publicado el 2016-12-29 In Obras de la misericordia, Proyectos, Schoenstatt en salida

La Alianza de Amor entra a la cárcel de mujeres

PARAGUAY, Melissa N. Torres A. •

La cárcel del Buen Pastor, en Asunción, es la destinataria del apostolado de la Rama de Mujeres Profesionales, a instancias del P. Martín Gómez. Desde mayo de 2015, todos los domingos, de 3 a 5 de la tarde, las voluntarias de la Rama recorren cada pabellón de la cárcel acompañadas de la Virgen Peregrina de la Campaña del Rosario de Schoenstatt, y enseñan a las internas a rezar, les comparten el Evangelio y rezan el Rosario. En una de esas visitas, las madres del pabellón Amanecer manifestaron su deseo de bautizar a sus hijos e incluso de recibir el sacramento del bautismo ellas mismas. Uno de los primeros frutos del apostolado fue entonces el bautismo de 18 niños y 2 madres en el año 2015.

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La Mater conquista los corazones

El apostolado siguió este año con un objetivo que en un inicio parecía sólo un sueño.  En la primera reunión se dijo que las voluntarias tenían que ayudar a la Mater a conseguir aliadas en el penal. Se le confió a la Santísima Virgen esa idea predilecta y ella se encargó de mover los corazones dentro del penal. Durante todo el año se trataron temas relacionados a la Virgen María, películas de su vida y de algunos santos y santas, recorriendo siempre los pabellones, rezando y haciendo adoración eucarística. Poco a poco la Mater las fue conquistando, así que se le propuso a las internas la idea de hacer una Alianza de Amor con la Virgen María. Las chicas aceptaron con entusiasmo y en octubre empezó la preparación de 20 internas, de las cuales 18 la terminaron en diciembre.

El 18 de diciembre, a las 4 de la tarde, se realizó la Alianza de Amor en la capilla del penal. El rito estuvo a cargo del P. Martín Gómez. Los distintos grupos de la Rama de Mujeres Profesionales donaron lo necesario para realizarla, como medallas, velas y bocadillos para el brindis. También apoyaron la Juventud Femenina Universitaria y la Rama de Familias.

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Nada sin ti, nada sin nosotros

En estos dos años que trabajé como encargada del apostolado siempre me sentí acompañada de la Mater. Puedo decir que muchas veces me fabricó tiempo y ordenó mis actividades y responsabilidades de manera que pudiera estar disponible para el apostolado y las chicas. En ambos años la Mater me mandó excelentes personas para ayudarme en esta tarea y por eso estoy muy agradecida con cada una de las chicas que formaron parte del equipo de apostolado, que cada domingo sacrificaba de alguna manera sus compromisos personales, laborales y familiares.

Agradezco también a la Rama de Mujeres Profesionales y a los diferentes grupos que acompañaron el apostolado. Al Padre Martín Gómez por ser nuestro asesor y mentor en estos dos años, siempre pendiente para ayudarnos y a la directora del penal, Dra. Ana Dina Coronel, por buena disposición para otorgar los permisos necesarios para todas nuestras actividades.

Schoenstatt: Un Movimiento en salida

En el penal conocí a mujeres increíbles, con las que tengo una relación más estrecha después de haber convivido con ellas más de dos años. De cada una aprendí algo, con sus ejemplos de vida y anécdotas. Muchas son mujeres de un gran corazón y de mucha entrega, mujeres que luchan diariamente por ser mejores, mujeres solidarias, mujeres de fe, mujeres trabajadoras.

Ellas recuerdan con cariño y emoción que “La Mater abrió las puertas”, porque el Movimiento Apostólico de Schoenstatt fue el primero en recorrer el penal pabellón por pabellón y pieza por pieza. Más adelante se fueron sumando más movimientos de la Iglesia Católica. También la justicia se hizo más presente, ya que se fueron dando más libertades.

Sin duda la Mater una vez mas obró y seguirá obrando milagros en la penitenciaría de mujeres “Casa del Buen Pastor”. En todo lo que logramos se hace presente la gracia del envío apostólico, como lo marca el carisma que nos legó nuestro Padre Fundador, y nos demuestra una vez más la necesidad de una Iglesia en salida.

img-20161219-wa0029Hacia una cultura de la misericordia

Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas, fruto de la gracia. La Iglesia necesita anunciar hoy esos «muchos otros signos» que Jesús realizó y que «no están escritos» (Jn 20,30), de modo que sean expresión elocuente de la fecundidad del amor de Cristo y de la comunidad que vive de él. Han pasado más de dos mil años y, sin embargo, las obras de misericordia siguen haciendo visible la bondad de Dios.

Las cárceles son lugares en los que, con frecuencia, las condiciones de vida inhumana causan sufrimientos, en ocasiones graves, que se añaden a las penas restrictivas.

Esforcémonos entonces en concretar la caridad y, al mismo tiempo, en iluminar con inteligencia la práctica de las obras de misericordia. Esta posee un dinamismo inclusivo mediante el cual se extiende en todas las direcciones, sin límites. En este sentido, estamos llamados a darle un rostro nuevo a las obras de misericordia que conocemos de siempre. En efecto, la misericordia se excede; siempre va más allá, es fecunda…

La cultura de la misericordia se va plasmando con la oración asidua, con la dócil apertura a la acción del Espíritu Santo, la familiaridad con la vida de los santos y la cercanía concreta a los pobres. Es una invitación apremiante a tener claro dónde tenemos que comprometernos necesariamente. La tentación de quedarse en la «teoría sobre la misericordia» se supera en la medida que ésta se convierte en vida cotidiana de participación y colaboración.

 

Papa Francisco, Misericordia et Misera

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