CHILE, María Dolores Díaz Lazcano. El taller que hace cinco años comenzó en María Ayuda, dirigido por la destacada artista nacional Francisca Valenzuela, culminó recientemente en dos importantes exposiciones: una en EE.UU y otra en Chile, donde los retratos de las niñas de la Corporación y los mensajes que ellas mismas plasmaron en las obras revelaron su alma.
El arte como medio de expresión plástica logra ser un recurso terapéutico para quienes callan sus problemáticas y sufrimientos más íntimos, y no encuentran el modo de poder liberarlos o comunicarlos. Permite conectarse con el alma, reflejarla en la creación, y comunicar además de los conflictos e inquietudes, los sueños. Esto es parte de lo que ha logrado la artista chilena Francisca Valenzuela Valdivieso, al guiar durante cinco años los talleres de expresión plástica de la Corporación María Ayuda, en el que a la fecha han participado al menos 50 menores de entre 5 y 18 años, en las clases que se realizan una vez al mes en el hogar de niñas “Villa Santa María del Bosque”, en la comuna de Maipú, en Santiago.
Aparte de los talleres, hace dos años a Francisca le surgió la idea de crear colaborativamente con las niñas el proyecto “Vida Nueva”, dando como resultado obras de singular belleza que ya se han expuesto en galerías de arte ubicadas en Washington D.C en EE.UU., y en la Galería de Isabel Aninat en la comuna de Vitacura, Santiago, Chile.
Gracias a la Providencia de Dios y de la Virgen María –como señala el sacerdote Francisco Pereira, director pastoral de la Corporación María Ayuda– las buenas noticias son muchas: varias obras se han vendido, la exposición seguirá presentándose en otros lugares, y las niñas están felices, muy motivadas en participar de los talleres que ya se retomaron. Lo cierto es que todo marcha mejor de lo que se esperaba.
Del Banco Mundial a Chile
A inicios de junio, luego de ser seleccionada como la única representante de Latinoamérica, Francisca Valenzuela mostró su más reciente trabajo en la Galería de Arte del Banco Mundial, en Washington D.C, junto a otras 11 artistas del mundo, que formaron parte de la exposición “1 in 3” dedicada a la violencia de género. De hecho, sus obras “Boca Roja” y “Corazón” (dos de las cuatro que llevó a EE.UU), fueron adquiridas por el Banco Mundial para exhibirlas de forma permanente dentro de su colección de arte contemporáneo.
Y tras llegar de EE.UU., expuso en el país su Proyecto “Vida Nueva”, entre el 9 y 12 de julio en la Galería Isabel Aninat, actividad que logró una muy buena cobertura mediática –según comenta Francisca–, donde también se vendieron algunos cuadros, y fue un evento marcado por la emotividad. “Fue una exposición muy linda, tuvo muy buena recepción, a la gente le gustó mucho; también fue emocionante… cuando fueron las niñas del taller a la galería, sintieron orgullo de verse sus obras exhibidas en un lugar tan bonito. Dijeron: – Wow! Nosotras! Se motivaron todas en seguir participando y algunas niñas nuevas ya quieren retratarse. Todas quieren sentir que alguien las mira”, relata la artista.
“Vida Nueva” reúne una serie de pinturas realizadas por la artista Francisca Valenzuela, con la intervención de las niñas de María Ayuda, todos cuadros o lienzos de mediano y gran formato, más un video arte que da cuenta del proceso de la obra de la artista.
Lo más notable de este proceso creativo es que luego de hacer los retratos, Francisca entregó sus obras para que las niñas del hogar las interviniesen, lo que creó un interesante diálogo de relatos entre dos imaginarios opuestos que se unen en la tela y el arte, para plasmar una relación. Vínculo desde la apertura del mundo privado de la artista, y la entrega del imaginario íntimo de las niñas.
“La idea era retratarlas, y dejar después que ellas libremente intervinieran sus retratos, diciendo sus mensajes y vivencias al mundo… que a través de estas telas manden sus mensajes a sus amores, a sus grupos deportivos, etc.”, cuenta Francisca.
Lo cierto es que las obras del Proyecto ¨Vida Nueva”, que reflejan el dolor del maltrato y el abuso sexual, tanto en Chile como en el extranjero lograron involucrar al público en un proyecto de gran valor estético y, que a su vez, define un importante compromiso social con una realidad de gran presencia en el país y el mundo.
Una actividad que toca el corazón
“Para nosotros es motivo de orgullo que los talleres de arte que realizamos a nuestras niñas ahora culminen en una gran exposición. En estos cuadros, las personas más allá de la pintura en sí, podrán ver los rostros, esperanzas, dolores y necesidades de nuestras niñas; cada una de ellas con una historia familiar de vulnerabilidad social”, expresa el P. Francisco Pereira, director pastoral de la Corporación María Ayuda.
¿Cómo llegó Francisca Valenzuela a realizar los talleres de arte en María Ayuda?
– Francisca llegó a María Ayuda como una voluntaria más, en absoluto anonimato y sólo con la intención de servir a través del arte a las niñas del Hogar. Después de mucho tiempo supe de sus talleres los sábados, junto a otras amigas, también artistas, por lo que me acerqué a ellas para saber lo que hacían. Allí percibí el gran regalo que teníamos con el aporte de pintoras de la calidad artística y humana de cada una. En Schoenstatt hemos buscado siempre que la belleza del arte sea una expresión de la belleza del hombre y en definitiva de Dios.
¿Qué le parece que los resultados de estos talleres hayan culminado en un proyecto de arte colaborativo y social, que se presentó en el extranjero y en Chile?
– Acompañé personalmente a Francisca desde que ella me planteó su idea, ya que el proyecto me pareció maravilloso, novedoso y además terapéutico. Desde el comienzo buscamos los signos que la Providencia nos mostrara, para ver el dónde y el cómo se presentaría este valioso trabajo. Cuando buscábamos el lugar para exponer en Chile, la invitaron desde Washington, no sólo a mostrar algunas obras, sino además a un foro internacional de artistas de 7 países, sobre el tema de la violencia a la mujer. Nos pareció un signo muy claro para que en Chile hiciéramos pronto algo así.
¿Cómo describe esa experiencia? (en conjunto la de los talleres de arte y sus resultados)
– Una profunda vivencia de tocar el alma de las niñas, para hacer surgir en ellas, con la enorme paciencia de la artista, la conciencia de la propia dignidad.
¿Qué opinión recibió usted de las niñas de María Ayuda que fueron retratadas por Francisca, que participaron en sus talleres y en las obras colectivas?
– Cuando les propuse continuar este año con los talleres, el entusiasmo fue muy grande. Capté que ellas valoraban y se sentían orgullosas de ser protagonistas de estas obras, al ver que no sólo la artista las pintaba, sino que ellas se expresaban allí con plena libertad.
¿Qué destaca de la relación de la artista con las niñas?
– Cuando una actividad toca el corazón, la motivación surge de inmediato. En este caso, los talleres captaron todo el interés de las niñas. Cuando además ellas pudieron ir a ver sus pinturas en una de las salas de arte más prestigiosas de Santiago, la experiencia fue única y plena.
¿Continuarán los talleres?
– Sí, ya comenzaron. Con Francisca y otras artistas de gran calidad que acuden cada sábado con una generosidad impresionante a entregarles a las niñas su arte, su cariño y todo su amor, que es en definitiva lo que más importa.
Fuente: Vínculo, Chile
