ARGENTINA/CHILE, Marcos Tejada. Mi Cruzada de María comenzó hace como un año cuando nuestro asesor de rama (P. José María Iturrería) nos convocó a unos pocos miembros de la JM de Mendoza al final de las Misiones Universitarias Via Iesum, para ser parte del equipo organizador. ¡Fue ahí donde mi emoción por vivir tal experiencia de amor sólo por nuestra querida MTA empezaba a concretarse!
El tiempo fue pasando y ya era parte del equipo, con el que comenzamos a trabajar para lograr esta locura de amor todos juntos. Mi tarea era la infraestructura general, pero por motivos de mi profesión quedé encargado de ¡la construcción de la ermita! Estaba planeado construirla en dos etapas; la primera consistía en armar toda la ermita sin colocar la imagen de la Mater y dejar el lugar del “Arca del Centenario” a disposición para el día en el que fuéramos todos los cruzados; la segunda era pegar la imagen y las piedras de los países que participaban de la Cruzada, así como también bendecir la ermita, el día en que la peregrinación de la Cruzada de María subía al Cristo Redentor.
Hace falta una tercera etapa
Los días de trabajo en la primera etapa no fueron fáciles por el clima entre otras cosas, pero la Mater nunca nos dejó solos. ¡Ella siempre nos dio una mano en todo! Las cosas se fueron dando a su tiempo y de la mejor manera. Todo marchaba 10 puntos hasta el día de la segunda etapa, pero por factores climáticos el secado del pegamento que utilizamos para colocar la imagen iba a demorar más de lo previsto, lo cual retrasaba todo lo que faltaba por hacer (colocar el “Arca del Centenario” y pegar las piedras de los países).
Junto al P. José María Iturrería tomamos la decisión de hacer lo que faltaba después que concluyera la Cruzada de María para poder hacerlo en óptimas condiciones. Fue así que se dieron todas las circunstancias para terminar la ermita el mismo día en el que hermanos argentinos y chilenos peregrinaran hacia ella.
El sueño de Mario Hiriart
El día que se bendijo la ermita fue muy emotivo para mí al tomar conciencia de lo que significa la ermita en ese lugar para todos, y en especial para Mario Hiriat que siempre anhelaba construir un santuario en Los Andes, símbolo de unión de nuestros pueblos y corazones, y del triunfo que la Mater obtendrá por medio de sus instrumentos.
Personalmente, ser parte de esta entrega tan maravillosa a la Mater fue, es y será un gran orgullo para mí. Hoy puedo decir que unos de mis lugares en el mundo está a casi 4000 metros de altura junto al Cristo Redentor, ¡ese lugar sin duda es la ermita!
Los pedidos y ofrendas de cientos de peregrinos de todo el mundo
En el «Arca del Centenario» están colocadas también todas las cartas con oraciones y peticiones de los peregrinos que a lo largo y ancho del mundo estuvieron acompañando a la Cruzada con sus oraciones. Además, se encuentran: un documento de la primera Cruzada de María realizada en 1999 con la firma de todos sus integrantes, que dejó el P. Claudio Martínez Cohen, como también los documentos de la «Generación Misionera» de la JM internacional y la oración de bendición de la Ermita de la Virgen con la firma de todos los peregrinos Cruzados de 2014. Por último, también dejaron en el «Arca» un trozo de madera de la puerta del Santuario Original, como símbolo de unidad con la Fuente de Gracias Original.
El «Arca del Centenario» quedó colocada dentro de la Ermita y esperamos poder abrirla nuevamente cuando se cumplan los 100 años del 31 de mayo de 1949 y los 50 años de la 1ª Cruzada de María, ocurrida en 1999.
¡Qué emocionante, Marcos! Allí, en lo alto, donde la Mater pueda ser el símbolo palpable de unión de los pueblos. ¡Gracias!