Publicado el 2014-03-27 In Schoenstatt en salida

El arte de hacerse bien mutuamente – y un proyecto que hace bien a las familias

ALEMANIA, fma. «¿Cuándo ha sido la última vez que he visto tantos niños juntos?», pregunta un joven padre con expresión de asombro, mientras sus tres hijos pequeños están en alguna parte, chillando, riendo y saltando. Se trata de 38 niños que, en esta soleada tarde de domingo, han conquistado, junto a sus padres, la sala grande de conferencias del centro de Schoenstatt de Memhoelz, y que se mueven con tanta soltura y seguridad, que parece que están «en su casa», pero más de la mitad de ellos están allí por primera vez. Están en la «sobremesa», la tarde para familias, que hace tanto bien a las familias como precisamente ese tiempo en que se permanece en la mesa después de comer, en animado diálogo, y que en España (y en Memhoelz) recibe el nombre de «sobremesa» y que tanto tiene que ver con lo que el Padre Kentenich, en su concepto de la comunicación, denominó «en torno a la mesa».

“Calidad y competencia familiar concentradas” se dan cita aquí, según palabras de Christine y Erwin Hinterberger durante la bienvenida; tras una motivación sobre el tema “El arte de hacerse bien mutuamente”, esa tarde a cargo del matrimonio Kirschner de Munich, es cuando comienza realmente el encuentro. Entonces, dicho gráficamente, se permanece sentado en torno a la mesa y simplemente se relatan experiencias propias sobre lo que a uno le hace bien en el campo de la vida matrimonial y familiar, que ha salido a relucir a través de la motivación.

Y entonces un calcetín atraviesa la sala volando

Paf. Un calcetín vuela por la sala y ¡paf! la pareja sigue el mismo camino. Mientras la mitad de los presentes sonríe y la otra mitad se siente pillada, Hildegard y Helmut Kirschner (Munich) representan un par de escenas más de la vida cotidiana, en las que «lo que al principio era curioso, de pronto saca un poco de quicio». ¿Y después? Ni consejos, ni reflexiones teóricas, ni juicios morales, sino simplemente vivencias. Nosotros lo hacemos así… Nos decimos mutuamente lo que nos gusta del otro. Nosotros nos lo escribimos una y otra vez. En una ocasión, nosotros nos propusimos durante la cuaresma decirnos mutuamente un piropo o un elogio cada día. Y al recordarlo, ambos resplandecen de tal modo, que sólo verlos, incita a intentarlo en alguna ocasión. «Y así nos hacemos agradecidos, sabiendo que Dios ha pensado a mi cónyuge precisamente para mí».

«Nuestro miércoles nos hace tanto bien»

Después viene el intercambio. Primero entre cada matrimonio. Y después, aquello que se quiere contar, para los demás.

Una pareja habla de su curso de baile todos los miércoles por la noche. Entonces las hijas mayores acuestan a los más pequeños y recogen para que los padres puedan ir a bailar. “Nuestros miércoles nos hacen tanto bien”, dice ella. Y los hijos mayores lo notan y lo apoyan.

Para otra pareja se trata del rato que pasan en la terraza con un vaso de vino. El cuándo y el cómo puede variar. Hace bien implantar una “noche matrimonial” durante la semana, pero no debe convertirse en algo formal o forzado. Y tampoco es un momento solo para dar vueltas a los problemas. “También puede ser algo simplemente divertido”. “A veces leemos juntos un libro o vemos juntos una película y después hablamos espontáneamente”. “A veces estamos cansados antes de empezar”, admite una mujer. “Y entonces resulta que los dos estamos demasiado cansados para charlar. Eso también hace bien”.

“Una noche ninguno de los dos podíamos dormir. Entonces estuvimos conversando durante horas sobre lo que es importante para nosotros y para nuestro matrimonio… ¡Fue tan bueno!”.

Brillo en la vida

«Esa idea del santuario del hogar me gusta tanto», dice una mujer, y su marido añade: «Habíamos tenido una pelea terrible y éramos incapaces de hablarnos. Y entonces estábamos ahí, peleados y mudos, juntos en el santuario del hogar, juntos ante ÉL…».

“Si hay algo que no me gusta hacer, es limpiar el inodoro”, dice una mujer. “Y entonces lo hago por nuestra unión, por mi unión con mi marido”. Y él la mira con admiración y entonces se dan brevemente un fuerte abrazo.

Ese fin de semana una familia participó el sábado en el “Jour-Fixe” y el domingo en la  “Sobremesa” (entre uno y otro asistieron a una celebración de cumpleaños). Al despedirse el domingo en la cafetería: “Este fin de semana ha sido casi como unas vacaciones. Siempre que subimos hasta aquí, nos pasa lo mismo. El verano pasado estuvimos una semana de vacaciones en la playa, pero no conseguimos reponernos como en este fin de semana”. También a los niños les cuesta marcharse de aquí; primero, por los juegos en el bosque, y después ¡un chocolate caliente hace taaan bien!

Al comienzo del enamoramiento, al principio del matrimonio, todo brilla, según el matrimonio Kirschner. Después llegan también las sombras. “Entonces hay que hacer brillar la vida: ´Dime una cosa buena de hoy´.

No sabemos lo que ellos se han dicho mutuamente al finalizar el domingo. Pero muchos matrimonios dijeron al finalizar la “sobremesa”: ESTO fue hoy realmente bueno.

Próxima sobremesa en Schoenstatt sobre el monte: 29 de junio de 13.00 a 17.00.

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Publicado el In Schoenstatt en salida

El arte de hacerse bien mutuamente – y un proyecto que hace bien a las familias

ALEMANIA, fma. «¿Cuándo ha sido la última vez que he visto tantos niños juntos?», pregunta un joven padre con expresión de asombro, mientras sus tres hijos pequeños están en alguna parte, chillando, riendo y saltando. Se trata de 38 niños que, en esta soleada tarde de domingo, han conquistado, junto a sus padres, la sala grande de conferencias del centro de Schoenstatt de Memhoelz, y que se mueven con tanta soltura y seguridad, que parece que están «en su casa», pero más de la mitad de ellos están allí por primera vez. Están en la «sobremesa», la tarde para familias, que hace tanto bien a las familias como precisamente ese tiempo en que se permanece en la mesa después de comer, en animado diálogo, y que en España (y en Memhoelz) recibe el nombre de «sobremesa» y que tanto tiene que ver con lo que el Padre Kentenich, en su concepto de la comunicación, denominó «en torno a la mesa».

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1 Responses

  1. MARIA LUISA dice:

    bravo matrimonios que la mater los bendiga siempre.

    Un abrazo desde Ticino. Santuario Hogar Fuente de Vida.
    Cuando quieran nos visitan.

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