mkf. 27 de septiembre de 2009, día de elecciones para el parlamento alemán. Sesenta años de la constitución, sesenta años que la ley fundamental dice: «La dignidad del hombre es inviolable. Respetarla y protegerla es una obligación para todos los poderes del Estado» (Constitución de Alemania, §1). Hace cinco años se coronó a la Mater como Reina de la dignidad humana. Cinco años de un compromiso integral, natural y sobrenatural, por la dignidad humana en todas las etapas de la vida. Cinco años de experimentar: es posible cambiar algo. En este radiante domingo de otoño, llegaron a Liebfrauenhöhe cientos de señoras de todas las edades provenientes de diversos lugares de la diócesis de Rottenburg – Stuttgart, para darse mutuamente nuevos ánimos para comprometerse más aún por la dignidad del ser humano en todas las fases de la vida, y para renovar la coronación de la Mater como Reina de la dignidad humana.
¿Cómo logró su Padre Kentenich armonizar su profundo amor a Dios y la vida cotidiana? Una pregunta reflexiva hecha por la conferencista, en una pausa de un seminario, a algunos de los schoenstattianos allí presentes. ¿Y cómo hace Ud. esto mismo? ¿Cómo se hace? La rama de madres de Suabia ha coronado a María como Reina de la Dignidad humana, y como consecuencia de la misma comienzan a trabajar políticamente. Una señora acompaña semana tras semana, hasta que muere, a la gente internada en un asilo, y lo hace mirando continuamente a María, con amor, cercanía y calidez. La coronación no es una huída de lo cotidiano ni un delegar a Dios la responsabilidad por los cambios de la situación; tampoco se pierde la confianza filial en el Dios del amor al experimentar, día tras día, la extrema violación de la dignidad humana, al contrario. Crece. El Parlamento europeo, en Estrasburgo, como la cuna de un niño seriamente discapacitado, se transforma en el lugar de coronación de la Reina de la Dignidad humana. Y al final de este día festivo, auténtico y radiante, se puede pensar: así lo logró el Padre Kentenich. La respuesta a esa pregunta reflexiva del otro día está aquí, multiplicada por mil.
Cinco años de un compromiso por enaltecer el valor y la grandeza del ser humano
En este día, dijo el director diocesano del Movimiento, P. Klaus Rennemann en la Eucaristía, celebramos «cinco años de un compromiso especial por lo humano. Cinco años de un compromiso por la defensa de la vida humana. Cinco años de un compromiso por enaltecer el valor y la grandeza del ser humano». Y en vistas a las elecciones parlamentarias que se llevaron a cabo el mismo día en Alemania: «Si también los políticos, en la perspectiva de este día de elecciones, consideraran de nuevo al hombre como lo central y fuera su opción preferencial, descubrirían que en lo grande el hombre no es el punto central de nuestra acción. Lo es el desarrollo económico y su continuidad, es el valor del dinero, de las influencias, del poder».
Sucedió en el año 2004. La discusión en torno a la legalización de la eutanasia, la extensión del tiempo de embarazo para permitir abortar un feto con malformaciones, la situación de la guerra en Irak, pero también el fuerte compromiso de la rama de madres para promover las bendiciones de madres y padres, hizo que la mirada se dirigiera a María como Reina de la Dignidad humana. Y esto hizo surgir iniciativas en la vida diaria, tal como lo prueban los numerosos testimonios expuestos en este día: un mayor compromiso en la oración, procurar la bendición de madres y padres en las parroquias o en la catedral de Rottenburg, o la recolección de firmas para solicitar al Parlamento Europeo, en Estrasburgo, que no se legalizara la ayuda al suicidio, a la vez que se incrementó el servicio voluntario en hospicios y asilos.
«Quienes coronan a María en Liebfrauenhöhe como Reina de la Dignidad humana, se sensibilizan para ver las violaciones y ofensas a la dignidad humana en áreas concretas y para comprometerse por los más débiles de nuestra sociedad», dijo Hildegard B., que no había podido llegar hasta la tarde. «Esta mañana requirieron en casa mi compromiso por la dignidad humana». Mirar a María como Reina de la Dignidad humana dirige la vista a los hombres, como dijo el P. Klaus Rennemann: «En este respeto a lo humano vive la Sma. Virgen. En su actuar y en su dignidad podemos leer claramente lo que significa que la vida humana es sagrada, que la dignidad humana es inviolable… Tenemos tan alta dignidad porque nadie menos que Dios Todopoderoso es nuestro amigo…Y esto es también lo que nos vincula mutuamente. Cada uno de nosotros es un amado, una amada de Dios. Es una fiel imagen de Dios, es una persona redimida y salvada por Dios. Y este sí de Dios comienza con el primer instante de vida y termina con el último aliento».
«Rezamos por todas las madres y sus hijos que en los últimos cinco años participaron en las bendiciones de madres y padres que hemos organizado»
Dentro de la Santa Misa fue presentado oficialmente el P. Robert Müller como asesor diocesano de la rama de madres. Claudia Roth, la jefa diocesana, le entregó una bolsa de pastor, con un equipamiento básico elegido con cariño y un toque de humor.
Hubo momentos emocionantes en esta Eucaristía acompañada por una hermosa música. Por ejemplo, cuando se rezó por todas las madres que participaron en las bendiciones de madres y padres en estos últimos cinco años.
Y por todos los niños que han llegado al mundo con esta bendición. Algunos hace tiempo que concurren al jardín de infantes…
Y de repente, con toda fuerza, se hizo claro lo que los cantos, los símbolos oportunos en el ofertorio, las fotos de la Reina de la Dignidad humana, solo permitieron vislumbrar: esta no es simplemente una linda idea.
Aquí la coronación ha creado realidades nuevas. Ha cambiado el mundo. Ha tocado la vida. Aquí se ha transformado el mundo y los instrumentos de esta trasformación están aquí, en la Iglesia de la Coronación en Liebfrauenhöhe y en cientos de lugares de toda la diócesis.
Esta coronación, hecha hace cinco años, fue el comienzo de una nueva realidad.
El método de mover grandes cantidades de personas – ya probado hace cinco años en la coronación – otra vez se ha mostrado eficaz. Hay tres puntos del programa que todos visitan en turnos: almuerzo, «Encuentro con la Reina», «4M» con cuatro momentos para elegir: «Las madres rezan por sus familias», una danza meditativa, información sobre la Asociación «Signo de Luz», o construcción manual de una corona de luz.
Cada punto del programa comienza cada hora, dura exactamente 45 minutos para tener aún tiempo suficiente para cambiar de lugar… y para conversar espontáneamente entre ellas, para visitar al Santuario o para comprar el CD «Voces firmes para una voz firme» o sencillamente para detenerse en el puesto de la juventud schoenstattiana, que con este CD manifestaba su compromiso con el Festival de la juventud de 2010 en Liebfrauenhöhe. Es un CD de audio en el que los jóvenes leen textos del Padre Kentenich.
Mi Reina de la Dignidad humana
En el «Encuentro con la Reina de la Dignidad humana» las dos moderadoras invitaron a pasar en silencio ante la imagen de la Reina y regalarle allí su don de coronación – en forma paralela al programa -. ¡Cuántos regalos llegaron allí, cuánta gratitud, cuanto compromiso expresado y regalado en silencio, cuantas gracias emanaron de allí!
Acompañadas con canciones y música, las moderadoras relataron mientras tanto lo que se había hecho con las donaciones de hace 5 años (hospicio para niños).Las participantes también se enteraron de un compromiso concreto por la dignidad humana: el acompañamiento a los moribundos en los asilos; en un flash vieron los puntos críticos en el compromiso por la dignidad humana: la reforma del sistema de salud, reducción de puestos de trabajo y al mismo tiempo aumento de horas extras, sexualidad a gusto, el aborto…
«Nunca más pude olvidar lo que hicimos hace cinco años», dijo una señora. Y agregó otra: «la vida cotidiana forma parte de nuestra vida religiosa, esto es lo que he aprendido en Schoenstatt».
Récord de donaciones
El récord de donaciones: 11.800 euros, «casi da miedo», dijo Ulrike Eichenberg, de Vallendar. Ella es una de las fundadoras de «Signo de Luz», una asociación que brinda ayuda concreta a las mujeres embarazadas en situaciones difíciles: por medio de charlas, acompañamiento personal y considerable ayuda material: desde el ajuar del bebé hasta planchar la ropa. Sobre todo también porque estos aportes no provienen de un gran patrocinante, sino de estos centenares de madres suabas que ahorraron esta suma centavo a centavo y euro tras euro. Algunas voluntarias contaron, durante las dos horas que quedaron entre la Santa Misa y la celebración final de la coronación, las donaciones recibidas en la colecta para «Signo de Luz», y llegaron a la increíble suma de 11.800 euros. Claudia Roth entregó el cheque «con una sensación de justificado orgullo», que «hace latir fuertemente nuestros corazones», como dijo alguna vez el Padre Kentenich.
Y en este gesto resonaron todos los testimonios que se habían dado en esas horas y que hablaban de la fuerza de apoyar a la gente, de la sensibilización ante los agravios a la dignidad humana, de la oración por las mujeres que están ante la decisión de aceptar o no a un hijo, de un fuerte compromiso y fortaleza.
Reina de la Dignidad humana, glorifícate dondequiera que esté en juego la dignidad humana.
Estar presente dondequiera que se trate de la dignidad humana: orante, sensible, involucrada. Esto vale para María y para sus instrumentos, que en esta tarde regresan al lugar donde deben estar presentes.
Traducción: aat, Argentina
