COSTA RICA, Marcela Nassar •
El pasado 13 de marzo, recibimos un gran regalo del cielo, una noche espectacular; cálida, fresca, despejada, sin más detalle, la noche de Estrellas. —
Una vez más casa sede del Este abre sus puertas para recibir a la familia, en esta tan esperada Noche de Estrellas; la primera que siembra tradición para que cada año logremos compartir, disfrutar, vivenciar y reunir a la gran familia schoenstattiana.
Una actividad más que se suma a las costumbres tan lindas que consolidan el tiempo en familia del Este, como lo han sido el rosario de inicio de año, el turno en la ermita, la feria navideña, el rosario de adviento, la peregrinación a la Basílica de los Ángeles. Vinculaciones llenas de cariño y amor que por circunstancias actuales algunas no se lograron realizar.
Una nueva normalidad
Por esto, nuestro objetivo principal de la noche fue atraer a los matrimonios, dispuestos a compartir afectivamente con otros, el terruño, las ideas y las cosas; desarrollando así nuestro gran pilar pedagógico de las vinculaciones.
La noche estuvo amenizada con bella música en vivo que despertó el deseo de bailar en pareja luego de disfrutar de las delicias gastronómicas con las que contábamos. Llevando a cada matrimonio un rato de reencanto mutuo y de pasar un tiempo agradable con los hermanos en la fe, sin romper nuestras, ahora tan mencionadas, burbujas.
Una nueva forma de vida hemos aprendido, una nueva normalidad a la que nos hemos acostumbrado, pero sin perder esa sonrisa de bienvenida y despedida, sin perder ese abrazo fraterno a la distancia, sin perder esa sensación de cobijamiento que nos regala la Mater en cada actividad que nos propongamos realizar.
Sin más detalle, con ansias esperamos el próximo verano, para volver a compartir con nuestra querida familia schoenstattiana la gran Noche de Estrellas.
