INGLATERRA, Mary Cole. El domingo 18 de mayo la Familia de Schoenstatt y sus amigos, junto con algunos visitantes que habían visto los avisos en sus parroquias, se reunieron en el santuario a mediodía en esta especial Jornada de Mayo del Año Jubilar. Se invitó a que trajeran las imágenes de la Virgen Peregrina y un símbolo de sus santuarios hogar para colocarlos en el santuario; rápidamente nuestra Madre estuvo rodeada por el amor y las flores de sus hijos. En lo que al clima respecta, nuestra Madre superó nuestras expectativas ofreciéndonos un cálido y soleado día.
Un rosario de mini tortas
Para ponernos en movimiento y ayudar a la gente a que interactúe y se conozca, se organizó un juego llamado “Familias Felices”. Se colocaron ocho tarjetas en cada grupo de mesas y cuando se dio la señal de comienzo, cada persona de la mesa tenía que sacar una tarjeta y salir a buscar a su “familia”. Por un momento reinó el caos hasta que las familias se reunieron y comenzaron a conocerse entre sí. Una vez reunida, la familia tenía que responder una “encuesta” sobre el momento más vergonzoso de su vida, la comida que menos le gusta, etc. Las divertidas respuestas no tardaron en sumarse al clima festivo. Después se invitó a los niños a la Casa para hacer un taller de armado de “Rosarios” con mini tortas que ayudaron a decorar y, finalmente, comer.
Ya no podemos ser Católicos consumidores
El P. Duncan tomó la palabra y dijo unas palabras de bienvenida. Comenzó por recordarnos que ya no es tan fácil ser Católico hoy en día. Nos encontramos en una situación similar a la de la Iglesia primitiva cuando los creyentes eran una minoría en un mundo pagano. Para nosotros hoy, como lo fue para ellos entonces, significa que ya no podemos ser Católicos consumidores que viven cómodamente en el mundo. Nos vemos forzados a adoptar una posición: o vivimos nuestra fe también en nuestra vida diaria o nos acomodamos al mundo pagano y perdemos nuestra fe. Ésta es la elección que tienen que hacer nuestros jóvenes y tenemos que acompañarlos con nuestra oración. Para ello se comenzó con la iniciativa de comprometernos a orar por ellos a una determinada hora todos los días. El desafío de la vida en nuestro mundo secular nos exige abandonar nuestra zona de confort y ser testimonio principalmente con nuestra vida, pero también con nuestras palabras y acciones, del mensaje de Cristo, el Salvador Resucitado. Para ello necesitamos de la ayuda y el apoyo de nuestra Madre en la Alianza. Ella es el camino más corto, más seguro y más confiable hacia Cristo y el Padre Celestial.
Un jardín del centenario
Después de la charla hubo tiempo para una taza de té y conversar sobre lo que se acababa de escuchar, pero también para decidir qué taller queríamos hacer. Para muchos no era una decisión fácil. Un grupo fue al santuario para guiar una hora de Adoración frente al Santísimo Sacramento, otro grupo se reunió en el Vía Crucis del jardín para que una de las parejas jóvenes lo llevara a recorrer las decenas del Rosario de Alianza siguiendo un camino marcado en el jardín. Un tercer grupo se reunió en el salón de té de la entrada para hablar sobre «Vivir la Alianza de Amor día a día», y el cuarto grupo se reunió detrás del santuario para hacer un jardín del centenario en un cantero que había sido preparado para tal fin. Descubrieron que se habían colocado en el suelo unas pequeñas macetas para formar los años «1914 – 2014». Lamentablemente nuestro “maestro jardinero”, Dennis, es también nuestro fotógrafo, así que él no aparece.
Una vez que los adultos plantaron “su” begonia roja o blanca, se les avisó a los niños que estaban en la Casa y corrieron a plantar las suyas. Se vivieron unos minutos de caos controlado hasta que cada maceta fue reemplazada por una planta y entonces todos retrocedimos para admirar la imagen final. Bueno, en realidad no fue el final del todo, ya que todavía tenía que completarse el borde con plantas azules y blancas. Esto lo hizo un jardinero. Ahora son las plantas las que tienen que crecer y florecer con la esperanza de que para octubre quede completado realmente el diseño. El mensaje es: podemos plantar y regar, ¡pero Dios tendrá que hacer el resto!
Una corona de rosas amarillas
Transcurrida la hora nos reunimos nuevamente para tomar una taza de té o café – nada en Inglaterra funciona sin esa ‘taza de algo ya’ – y entonces nos invitaron a ir a la Casa para admirar lo que habían preparado los niños antes de que se lo comieran. Para cuando comenzó la Misa poco más de las 16.00, se había reunido tanta gente que nuestros voluntarios tuvieron que traer más sillas. Fue una Misa muy alegre en donde se cantó a toda voz, y terminó cuando los niños llevaron una corona de rosas amarillas hasta el santuario en donde fue ofrecido a nuestra Madre y Reina mientras renovábamos nuestra Alianza.
Si esto fue el comienzo de nuestras celebraciones jubilares, es un buen augurio del desborde de amor y entusiasmo que habrá durante las muchas celebraciones que habrá en octubre cuando nos unamos espiritualmente a la Familia de Schoenstatt internacional en torno al Santuario Original y en Roma.
¡Tu Alianza, nuestra misión!
Original en inglés – Traducción: Cecilia Mata, Buenos Aires, Argentina.
