Publicado el 2011-09-27 In Jubileo 2014

Simplemente llegan y preguntan: ¿Dónde está el Símbolo de Dios Padre?

BRASIL, Hna. M. Caroline. Bajo el lema: «Padre, vamos contigo con filialidad y con la totalidad de nuestro amor», la Familia de Schoenstatt de Guarapuava, Estado de Paraná, se preparó para recibir el Símbolo del Padre. Además de la preparación personal, como Familia recibíamos cada día un mensaje de nuestro Padre (vía e-mail) como estímulo para el día y juntos rezamos la oración por su beatificación con la súplica de que, a partir del Santuario Tabor de las Vocaciones, en la fidelidad al llamado personal de Dios a cada quien, el Cor unum in Patre se haga realidad en toda la Familia de Schoenstatt.

En los días que antecedieron a la llegada del Símbolo del Padre, se hicieron muchos preparativos para que todo estuviese listo para recibir dignamente la visita. La expectativa era grande y por eso se hizo cada detalle con alegría y dedicación: el ambiente, los cartelones, pañuelos, dulces… todo hecho con mucho amor por estos hijos que, anhelosos, esperaban al Padre.

¡Y llegó el día tan esperado!

Una delegación de la Familia de Schoenstatt salió temprano de Guarapuava y fue al encuentro del Símbolo del Padre que los esperaba en Curitiba. ¡Los aproximadamente 250 km parecieron nada cuando llegamos al Tabor Magnificat y nos encontramos con el Padre! Sí, ésta es la experiencia que tuvimos: ¡no se trata del Símbolo del Padre, sino del Padre mismo! Después de un hermoso recibimiento y envío de la Familia de Schoenstatt de Curitiba, retornamos nuestro camino. Oraciones, cantos, lecturas y mosaicos de nuestro Padre y Fundador enriquecieron nuestro camino de regreso. La alegría de tener al Padre con nosotros era indescriptible.

Con un poco de atraso llegamos a la entrada de la ciudad, donde muchos miembros de la Familia de Schoenstatt ya nos aguardaban. Fuegos, cantos, aplausos y mucha emoción fue la forma en que se recibió al Padre en Guarapuava. Ahí, el matrimonio presidente del Consejo de Familias recibió al Símbolo del Padre y lo condujo al frente de la caravana que se formó hasta el Santuario. El Padre pasó por muchas calles de Guarapuava y posó su mirada y dio su bendición a cada familia. Escoltado no solamente por Familia de Schoenstatt, sino también por la Policía de Tránsito y la Policía Militar, llegó el Símbolo del Padre al Tabor de las Vocaciones.

La alegría de la llegada del Símbolo del Padre

En el Santuario ya esperaba un grupo de personas del Movimiento que no pudieron participar en la caravana. Nuevamente el fuego anunció la alegría de la llegada del Símbolo del Padre. Un grupo de las Apóstoles Luminosas de María, con lirios en las manos, abrieron camino para que el Padre pudiera pasar. En medio del repicar de la campana del Santuario, cantos y mucha alegría fue conducido hasta la Reina de las Vocaciones. Con hermosas y profundas palabras, en nombre de toda la Familia de Schoenstatt, la Juventud Masculina recibió el Símbolo del Padre. Este es un extracto de estas palabras:

«Bienvenido, P. José Kentenich. Tu Familia de Schoenstatt de Guarapuava se alegra con tu presencia en nuestro Santuario Tabor de las Vocaciones. Que tu ejemplo de vocación y santidad permanezca con nosotros durante esta visita ilustre y quede marcado en nuestras vidas así como ocurrió en 1914 con los jóvenes seminaristas… Nos consideramos participantes de tu misión, que es anunciar la imagen de Dios como la imagen del Padre. Queremos ser como tú, firmes en la fe y valerosos al enfrentar los desafíos que llegaron, nunca dejando de contribuir con el Capital de Gracias y confiando en la Alianza de Amor que sellamos… ¡Bien venido, Padre Fundador!».

Una semana de retiro espiritual con la presencia del Símbolo del Padre

Después del recibimiento fuimos al recinto para la Santa Misa, preparada por la Juventud Femenina y oficiada por Fray Célio Ferreira. En su homilía destacó la importancia de aprovechar bien este tiempo en el que tendremos al Símbolo del Padre y motivó a todos diciendo: «Hagan de esta semana una semana de retiro espiritual con la presencia del Símbolo del Padre… ¡El Padre está aquí y quiere encontrarse con cada uno personalmente!». En el ofertorio de la Santa Misa todos pudieron entregar sus contribuciones al Capital de Gracias conquistadas en preparación de la llegada del Símbolo del Padre.

Después de la Santa Misa fuimos en peregrinación para la sala del Fundador, que queda en los «cimientos» del Santuario. Ahí hicimos nuevamente una oración de alegría por la presencia del Padre, rezamos juntos la oración de la Peregrinación Rumbo al 2014 y renovamos nuestra Alianza de Amor. Después, así como tantas veces escuchamos que al Padre le gustaba mucho hacer regalos, al final de la vivencia él nos hizo un regalo. Se prepararon para todos tarjetas con las palabras del Padre, con un dulce saludo.

De esa forma, con muchas impresiones y alegría en el corazón, todos regresaron a sus casas, felices de que al día siguiente podrían volver para encontrarse nuevamente con el Padre.

El Padre actuó en mí

Escribe el joven Leornardo, miembro de la Juventud Masculina de Guarapuava, que representó a la Familia de Schoenstatt al recoger el Símbolo del Padre.

«Bueno, en un principio no sentí algo que pudiese definirse como un gran sentimiento, pero poco después fui sintiendo el gran poder del Padre actuando en mí. Él creo situaciones para yo pudiera ir a Curitiba. Sólo hasta después fui reflexionando y viendo que el Padre Fundador realmente quería que YO fuese a buscarlo para que nos visitara en nuestro Santuario. Después de la ceremonia de envío, cuando ya estábamos en el auto de regreso a Guarapuava, tuve el enorme privilegio de sujetar el Símbolo del Padre. Me sorprendí con la enorme irradiación de paz, amor y alegría que surgía al regresar con el Símbolo del Padre. Eso me contagió instantáneamente, sentí realmente la presencia del P. José Kentenich conmigo. No aparenté sentimiento alguno, pero por dentro yo estaba «explotando» de alegría, mi corazón latía más fuerte, olvidé mis problemas y me concentré en darle toda mi atención al querido Padre Fundador, pues él estaba muy próximo a mí. Esa fue la mayor y la mejor emoción que sentí en toda mi vida. ¡Sí, Padre! Entregaré toda mi vida a ti y a la Obra de Schoenstatt».

¡Se siente la presencia del Padre!

Es hermoso ver cómo el Padre atrae a las personas, sean o no del Movimiento, ya que vienen para encontrarse con el Símbolo del Padre… Me llama la atención el hecho de que las personas que no son del Movimiento, los peregrinos, son bastante sencillos y no tienen mucho conocimiento de la espiritualidad de Schoenstatt ¡pero de todas formas vienen! Simplemente llegan y preguntan: Hermana ¿dónde está el Símbolo de Dios Padre? Otros preguntan: ¿Dónde está la reliquia del Padre Kentenich? Estoy impresionada con eso, pues no hicimos ‘propaganda’, sólo nos preparamos como Familia de Schoenstatt, ¡pero todos quieren encontrarse con el Padre!

 

Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México

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