Publicado el 2014-07-11 In Vida en alianza

“El Reino de Dios es semejante a un partido de futbol…” – Una entrevista celestial en tiempos de Copa Mundial

BOLIVIA, Lizzie Loetz. El pasado domingo 29 de Junio en la Fiesta de San Pedro y San Pablo, la misa dominical en el Santuario de Achumani en La Paz, Bolivia tuvo una homilía diferente, alegre y motivante. El P. José Neuenhofer nos tenía preparada una entrevista singular que nos hizo reflexionar profundamente sobre nuestro gusto por el deporte del balompié, el actual mundial que se lleva a cabo y cómo debiéramos aplicar la esencia del fútbol en nuestras vidas.

Ustedes saben, continúa el P. Neuenhoffer, que a los reporteros les gusta preguntar en los estadios, a algunos personajes importantes, por sus impresiones y les piden sus comentarios. Lo mismo hice yo en estos días. Subí al cielo – imaginariamente – para entrevistar a los cuatro personajes más sublimes: al Padre Dios, a nuestro Salvador Jesucristo, al Espíritu Santo – y a la Santísima Virgen María. Voy con mi micrófono y quiero saber lo que piensan del futbol y qué comentarios tienen de la Copa Mundial en el Brasil.

Dios Padre: he hecho este mundo en la hora de la creación como una pelota, redondo y maravilloso

Me acerco primero a Dios Padre, le pregunto por su opinión y él me contesta así: Me gusta el futbol, realmente, me gusta. Por eso, he hecho este mundo en la hora de la creación como una pelota, redondo y maravilloso. Mi idea creadora es que los hombres y las naciones sean un gran equipo, que juega bajo la regla del amor, respetando las características y los talentos  de cada nación y de cada persona. La Biblia me llama con razón el Dios de la vida y el amigo de los hombres. Yo amo a toda mi creación, y sobre todo a los hombres, mis hijos. Yo quiero su felicidad y me alegro cuando ellos juegan, se alegran y festejan. El campeonato de futbol es una gran oportunidad para brindar respeto y amistad, superando las fronteras de lengua, cultura y nación. A pesar de las competiciones en las canchas pueden ser un aporte para la construcción de una sociedad más pacífica y fraterna. Este es mi deseo para los organizadores, los jugadores y todos los espectadores. Desde la eternidad soy el árbitro acompañante y misericordioso de esta Copa Mundial.

Jesús: Con 30 años formé mi equipo, los apóstoles – quedaron 11

En segundo lugar me acerco a Jesús y le pregunto por su comentario. Nuestro Salvador me dice lo siguiente: Mucha gente no me lo cree, pero soy hincha del futbol. Ya como niño he jugado con la pelota, en Nazaret, con mis compañeros. Por supuesto no con una pelota moderna, de cuero e inflado. Pero mi mamá María me regaló una pelota, hecha por ella, de unos trapos y llenado de aserrín de la carpintería de mi padre José. Esta pelota me hizo feliz y me acompañaba.

Con 30 años formé mi equipo, los apóstoles. Al comienzo eran 12, pero Judas se retiró y salió de la cancha con una tarjeta roja. Se quedaron 11, el número que hoy en día tiene cada equipo de futbol. Yo era el entrenador, y cada uno de los apóstoles, tenía su posición en la cancha y su tarea específica. La mayoría jugaba en el medio campo. Pedro, muy bueno, pero un poco lento, jugaba en la defensa, junto con Santiago, un judío muy conservador y casi incapaz de meter goles. Juan era el más joven del equipo. Sabía correr como nadie. Él – y más tarde Pablo – jugaban como delanteros y metieron en esta posición muchos goles. Pablo era el motor en la cancha, siempre inquieto y abriendo nuevas brechas con sus pases largos y admirables. Como arquero puse a Tomás, el así llamado “incrédulo”. Él era bien crítico y realista. Él había puesto su mano en mi corazón, y por eso era especialmente bendecido y capaz. A Pedro le nombré capitán del equipo, con la función de unir, de dirigir y de representar a sus compañeros jugadores. Por esa razón el Nuevo Testamento lo nombra siempre en primer lugar. – No era fácil entrenar el equipo de los apóstoles. Ellos tenían que superar su egoísmo y su individualismo, porque meter goles y ganar un partido sólo es posible si los 11 jugadores juegan en comunidad como buenos compañeros y amigos solidarios. – Y algo más: he enseñado a mis apóstoles no solamente ganar, sino también a perder. Porque ambas realidades pertenecen a la vida humana. Pero sobre todo les llené de optimismo y les hice creer en la victoria final.

¿Entiendes ahora, querido Josecito – me dijo Jesús- que me gusta el futbol y que soy hincha de este deporte? Hoy, predicando de nuevo la Palabra de Dios en la tierra, empezaría una de mis parábolas con las palabras: “El Reino de Dios es semejante a un partido de futbol…”

Espíritu Santo: Al final del partido de su vida,  seleccionado y elegido para la Copa del cielo.

Me encuentro también con el Espíritu Santo. Él se alegra cuando me acerco a Él con el micrófono y me comenta lo siguiente: En primer lugar nombro un aspecto negativo. El Mundial debe ser un juego, pero no una guerra entre dos equipos enemigos, con heridos y víctimas. La pérdida de un partido de futbol no es una catástrofe nacional, y el valor de un equipo no se mide con un partido ganado o perdido. Tampoco me gusta la comercialización del deporte y la compra y venta de jugadores a precios astronómicos.

Lo positivo del deporte y del futbol lo veo en el hecho de que en la cancha, los hombres encuentran una escuela de vida. Allá pueden aprender actitudes y valores como la lealtad, el juego limpio, la perseverancia, la amistad, el compartir, la solidaridad y el respeto frente al adversario. Todas estas virtudes se juntan en la regla del amor. Jesús introdujo este mandamiento del amor como la gran y única regla del juego de la vida humana. Para dominar esta regla, hay que entrenar – como los futbolistas – todos los días y siempre de nuevo. El que practica y domina esta regla del amor, mete a diario golazos a los ojos de Dios y será en el último juicio, al final del partido de su vida,  seleccionado y elegido para la Copa del cielo.

La Virgen María: Si los grandes favoritos y poderosos, pierden contra los pequeños

Al final entrevisto a la Santísima Virgen María. Ella contesta mis preguntas así: – Tengo que desilusionarte, Padrecito,  y confesar que mi mayor interés no es el futbol. De vez en cuando veo un partido, acompañando a mi Hijo Divino. Lo que me alegra enormemente y lo que me hace feliz es – sobre todo en este Mundial en el Brasil – si los grandes favoritos y poderosos, pierden contra los pequeños, si el pequeño David vence al casi omnipotente Goliat. (Pienso en España, Italia, Inglaterra, Rusia y Portugal). – Entonces, me sonrío y canto mi canción predilecta: “El omnipotente derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes”. Doy gracias a Dios que esta canción que dediqué a mi prima Isabel con ocasión de mi visita en su casa, no es un lindo sueño, sino una realidad que podemos observar de vez en cuando en nuestra vida. Quisiera felicitar y animar a todos los pequeños y desconocidos para que estos resultados inesperados del Mundial, les den coraje y confianza.

Quiero mencionar algo más: me encanta como cada jugador en la cancha da hasta su último esfuerzo y se entrega con alma, vida y corazón para la victoria de su equipo. Este entrenamiento y esta entrega total por el Reino de Dios les falta a muchos bautizados. Esto es lo que pienso, si veo un partido de futbol en este Mundial.

Bendice el campeonato de futbol

En esta liturgia tan original y creativa, la oración colecta rezó así:

Padre eterno! Qué lindo es un partido de futbol: ver como los jugadores dominan la pelota y la hacen pasar del uno al otro con tanta velocidad y precisión, como acogen el pase y combinan de nuevo con sus compañeros. Nos imaginamos que hasta Tú en el cielo observas con agrado los juegos de tus criaturas aquí en la tierra, porque Tú te alegras de nuestra alegría y de nuestra felicidad.  –  Bendice el campeonato de futbol para que aporte a un mayor entendimiento y a un aumento de paz entre los hombres y las naciones. Esto te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor…

Esta vez, la Oración de los fieles se concentró en peticiones tales como:

  • Haz que el Campeonato de futbol y todos los juegos deportivos  internacionales sean un aporte para un mayor acercamiento y  entendimiento entre las naciones y culturas…
  • Motiva a los jugadores y a las hinchadas en los estadios y delante los televisores para que practiquen y admiren un juego limpio, y haz que las canchas no se conviertan en campos de insultos y guerras.
  • Enséñanos a ganar y a perder con dignidad, para que la victoria no nos haga orgullosos y la derrota desesperados, y bendice especialmente a los pequeños y olvidados…
  • Infúndenos tu Espíritu y forma nuestra comunidad dominical y nuestras familias como un equipo en que cada uno sea útil y valioso para el bien y al servicio de todos…
  • Ayúdanos a superar nuestro individualismo y nuestro egoísmo para poder descubrir la hermosura y la eficacia del conjunto y de la comunidad…
  • Haz que nos entrenemos en la cancha de nuestra vida diaria y que practiquemos la regla del amor, para poder recibir al final de nuestra vida como premio la copa del cielo…

Padre eterno, estamos seguros que Tú eres hincha de futbol

El ofertorio también tuvo una oración especial…

Padre santo, recibe nuestro sacrificio, simbolizado en el pan y el vino, como prueba de nuestro entrenamiento diario. Queremos superar nuestro egoísmo y así poder entrar en el equipo de tu Hijo Jesucristo. Ayúdanos a practicar sobre todo, la regla áurea del amor, y enséñanos vivir como una comunidad cristiana en la que cada uno y cada una tiene su don especial y su tarea única para bien y en servicio de todos – a semejanza de un equipo de futbol. Esto te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor…

En el rito de conclusión de la misa el P. José rezó:

Padre eterno y Padre bueno. Estamos seguros que Tú eres hincha te futbol. Tú has creado nuestro mundo como un balón – redondo y maravilloso -. Tú has querido que nosotros, los bautizados, juguemos en el equipo de Jesús y bajo su dirección. La victoria nos espera solamente si jugamos juntos, uno para todos y todos para uno, y si practicamos el “fair play”, el juego limpio bajo la regla del amor. Ayúdanos a ser buenos jugadores. Sé Tú un árbitro misericordioso. Y cuando Tú des el pitazo final para el fin de nuestras vidas, quisiéramos que nos elijas y selecciones para la Copa del cielo. Esto te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor…

Todos los asistentes a la misa dominical quedamos encantados con esta homilía que nos llenó de entusiasmo “deportivo”, nos hizo pensar que realmente los encuentros de fútbol donde prime el trato limpio, la solidaridad, la unidad y la alegría de participar, debieran asemejarse a una vida con estos valores que se deben conquistar día a día.

1 Responses

  1. ROBERTO dice:

    EXCELENTE REFLEXION

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“El Reino de Dios es semejante a un partido de futbol…” – Una entrevista celestial en tiempos de Copa Mundial

BOLIVIA, Lizzie Loetz. El pasado domingo 29 de Junio en la Fiesta de San Pedro y San Pablo, la misa dominical en el Santuario de Achumani en La Paz, Bolivia tuvo una homilía diferente, alegre y motivante. El P. José Neuenhofer nos tenía preparada una entrevista singular que nos hizo reflexionar profundamente sobre nuestro gusto por el deporte del balompié, el actual mundial que se lleva a cabo y cómo debiéramos aplicar la esencia del fútbol en nuestras vidas.

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4 Responses

  1. Roxana dice:

    Padre Jose.
    SEI GRANDE………….

  2. Horacio dice:

    Querido José:
    Gracias por tan hermosa homilía. Elevo mis oraciones para que el mundo entero comience a comprender mejor el profundo impacto que pueden llegar a tener estos eventos en la vida de las personas, si son apreciados en el verdadero contexto del propósito que Dios ha tenido para la creación y la existencia de todas las cosas.
    Envío un afectuoso saludo desde estas lejanías, para ti y para toda la comunidad Scoenstattiana.

    Horacio Ibarra y Familia

    P.D. Evidentemente, entre Benedicto XVI y vos lograron hacer más fuerza que Francisco allá arriba para conseguir el campeonato.
    Habrá que esperar a la próxima.

  3. Ana María Revollo de Dávila dice:

    Padre José que hermoso todo lo que dijo en la omilia de esa misa que yo no tuve la suerte de asistir porque estoy en Brasil, pero mi esposo Henry me comentó que fue muy lindo y gracias a Lizzie que puedo leer.

    Gracias

    Ana María

  4. Sergio Delgadillo Urquidi - Rama de Matrimonios - La Paz dice:

    Todos en casa somos "football fans", mis hijos Adrián y Paul viven por y para el fútbol. Hasta Katherine mi esposa, esta en la onda del fútbol. Imagínense en época de mundial, se vive, come y respira fútbol.
    Lo lindo y gracias a la bendición de nuestra "MTA" es que estuvimos en el Santuario de Achumani ese domingo, cuando nuestro querido padre José Neunhoffer tuvo la genialidad de unir nuestras dos pasiones (el fútbol y nuestra fe) con mucho amor y sabiduría.
    Fue realmente hermoso y sus palabras quedarán grabadas en nuestros corazones por el resto de nuestra vidas.
    Unidos en la Mater.
    Sergio D.-

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