PERÚ, Queca Espinoza. Eran las 18 hs. y ya estaba todo listo, el Niño Jesús sobre el altar esperando a los peregrinos para la Santa Misa de Navidad… Los primeros en llegar fueron los integrantes del coro que fue el resultado de una asociación entre la diócesis del Callao y de La Molina. Ensayaron el salmo responsorial “Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor”.
Puntualmente a las 20 hs. ingresó el Padre José Luis Correa, asesor nacional del Movimiento en el Perú, mientras se escuchaba la melodía del conocido Adeste Fideles. En el momento del Gloria – tan esperando después de estas cuatro semanas de Adviento – y con el repique de la campana ingresó al Santuario, regresó con el Niño Jesús en sus manos, e invitó a adorarlo. Uno a uno se fue acercando para besar sus manitos, sus pies, la cabeza, hacerle cariños, algunos con cierta timidez pero todos al volver tenían la expresión de un tierno amor en sus miradas.
El P. José Luis dijo en la homilía: Los pastores que siguieron la estrella aquella noche quizás experimentaron lo mismo que ahora sentimos nosotros aquí, en esta fría noche y con esta suave llovizna.
El nacimiento de Jesús es un misterio de fe: creemos que no es un niño más, sino que es el mismo Hijo de Dios con nosotros.
No vino como una estrella fugaz
Es bueno aprovechar el fin de año para confesarse, cerrar el año haciendo un balance, recordar, repasar lo que hicimos en el año 2012. Reconocer las veces que le hemos cerrado nuestro corazón, ofrecerle los esfuerzos, lo logrado, lo alcanzado, lo que se quedó a mitad de camino, los dolores, las cruces, la alegría… ofrecerle todo para que Él lo transforme. Jesús no vino como una estrella fugaz ¡no! vino para quedarse por amor a nosotros en la Eucaristía. Él nos busca, dejémonos encontrar… La estrella guió a los pastores: sería bueno que cada uno se preguntara ¿para quién puedo ser yo una estrella, a quién puedo guiar? Al abrazarnos en estas fechas y desearnos una Feliz Navidad digamos: te deseo la paz del Señor, esa que restablece los vínculos que se han quebrado y afianza los que permanecieron firmes a pesar de las tormentas.
En la comunión se vivió un clima de recogimiento y alegría, que acompañado por los cantos daban clara prueba de que el cielo se une a la tierra cada vez que el Niñito Jesús viene a entregarse nuevamente por amor y a quedarse con nosotros.
Momentos de Navidad
Cerca del Santuario, en los autos, se pudo ver a una mamá que se tuvo que sacrificar porque su hijo se quedó dormido y tenía que cuidarlo, también se vio una persona maravillosa acompañando a su hermana menor porque no podía exponerse al frío de la noche, y quería estar cerquita del Santuario junto a la Mater y a todo lo que se vivía ahí; se pudo ver a personas con los ojos llenos de lágrimas quizás recordando a un ser querido que no pudo llegar o que ya estaba en el cielo; se pudo presenciar muchas muestras de amor.
Luego, al finalizar la Eucaristía, todos se abrazaron, algunos compartían presentes, otros estaban apurados por volver a sus casas, otros ayudaban a guardar todo para poder cerrar el Santuario y volver a contemplar al Niñito Jesús en sus hogares y en sus corazones.
Navidad misionera en el año de la fe
P. Andrew Pastore: Saludo navideño desde la Office2014
P. Alberto Eronti: “¡Ánimo!, todo comienza de nuevo en el Niño”
P. José María García: Propuesta de esperanza – Nochebuena 2012
