Publicado el 2012-11-12 In Vida en alianza

Una peruana en el primer Santuario filial

URUGUAY/PERÚ, Queca Espinoza. El 5 de noviembre fue la primera vez que esta schoenstattiana peruana pisaba un Santuario fuera de su país. Y fue nada menos que el primer Santuario filial, el que posibilitó la construcción de los más de doscientos que hay actualmente alrededor del mundo, ese Santuario construido con escasos planos, con mucho anhelo, con la inspiración de la Divina Providencia y con la firme convicción que tenían las Hermanas de María de la absoluta necesidad del Santuario para fundar Schoenstatt lejos del lugar de origen.

Habían llegado en 1937 a Nueva Helvecia, una pequeña ciudad uruguaya, procedentes de Buenos Aires donde se habían establecido en 1935 en una casa prestada. Por primera vez tenían un solar propio. Comenzaron con la construcción de un colegio, al que llamaron «Mater Ter Admirabilis». En ellas ardía el fuego de la misión e iban encendiendo corazones bien dispuestos. Después de muchos esfuerzos comprobaron que Schoenstatt no se capta sin la vivencia – y las gracias – del Santuario. Después de mucho deliberar y rezar, pensaron que el Padre y Fundador – a quien no podían consultar a causa de la guerra mundial, como tampoco a la Casa Madre en Schoenstatt – estaría de acuerdo con que lo construyeran. El 18 de octubre de 1942 se bendijo la piedra fundamental (el mismo día en el que el Padre y Fundador, en Alemania, prisionero de los nazis, salía del búnker donde había estado encerrado cuatro semanas y era trasladado a la cárcel de Coblenza).

La MTA se glorificó de un modo admirable en todo el difícil proceso de la construcción, ya que las Hermanas carecían de los suficientes medios económicos. Fue algo emocionante lograr el retablo torneado como el del Santuario Original: en Nueva Helvecia vivía un ebanista español, don Joaquín Vidal, que por amor a Ella aceptó el desafío de hacerlo. Sólo disponía de fotografías en blanco y negro y la ayuda de una lupa. Y el resultado fue de una notable similitud al original. El Padre y Fundador, prisionero en Dachau, recibió la noticia de este acontecimiento al año siguiente.

“Desde aquí, tu Santuario en todo el mundo”

Y esta fue la puerta abierta para la fundación de Schoenstatt internacional: a causa de la guerra era difícil que los polacos y los franceses (con quienes estaba prisionero en Dachau) se vincularan a un Santuario ubicado en Alemania, en ese momento territorio enemigo. El Padre Kentenich recibió esta novedad como la gran respuesta de la Providencia: el Santuario estaría en adelante en todo el mundo. ¡Qué alegría en Nueva Helvecia al recibir su confirmación! Y mayor aún cuando el mismo Padre Kentenich llegó a Uruguay en 1947 y pudo conocer el único Santuario filial del mundo. A partir de allí se inició la corriente de los Santuarios filiales, primero en América del Sur y luego en Europa. En la siguiente visita, en 1948, colocó allí el primer símbolo del Padre en un Santuario de Schoenstatt, símbolo que habían elegido el año anterior las Hermanas como expresión de su ideal de Provincia, elaborado con el mismo Padre y Fundador. (Material extraído parcialmente de Internet de la página de Schoenstatt Uruguay y complementado por schoenstatt.org).

Esta schoenstattiana peruana llegó emocionada a una hora en la que las Hermanas no estaban en el Santuario, pero la recibió ante la puerta la estatua del Padre y Fundador y vinieron a su mente sus palabras del Padre cuando recibió la noticia de la construcción: «A mi soledad llegó la noticia de que un nuevo Santuario ha sido bendecido. Que la Madre de Dios bendiga a todos los que se encuentren con Ella en este Santuario, que los transforme en hombres y mujeres nuevos y los cobije cálidamente en su corazón. Que de todos ellos haga apóstoles ardientes que, sin desfallecer, realicen los planes de Dios».

Realmente es estar en casa

Al abrir la puerta sintió el mismo aroma que en el Santuario en Perú, el ver a la Mater, el retablo, los bancos, el símbolo de Dios Padre, la lámpara encendida anunciando la presencia de Jesús en el sagrario, los vitrales, el ánfora para colocar las contribuciones al Capital de Gracias, San Miguel Arcángel, todo le era tan familiar, que no pudo más que decir: realmente es estar en casa.

Luego de esta primera impresión habló con la Mater:

Te traigo muchos encargos y pedidos de tus hijos de Perú. Te los dejo aquí, escritos en un papel. Gracias por tu presencia en este Santuario en donde se reciben las mismas gracias que en el Santuario Original. Gracias por haber permitido que hoy esté aquí, bendice a mi hijo por su generosidad y a mis amigos Carmen y Mariano, que han hecho posible que esté aquí ante Ti. No me dejes nunca Madrecita querida, hazme caminar a tu lado, bajo tu protección y con la serenidad y confianza de darte a conocer.

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Una peruana en el primer Santuario filial

URUGUAY/PERÚ, Queca Espinoza. El 5 de noviembre fue la primera vez que esta schoenstattiana peruana pisaba un Santuario fuera de su país. Y fue nada menos que el primer Santuario filial, el que posibilitó la construcción de los más de doscientos que hay actualmente alrededor del mundo, ese Santuario construido con escasos planos, con mucho anhelo, con la inspiración de la Divina Providencia y con la firme convicción que tenían las Hermanas de María de la absoluta necesidad del Santuario para fundar Schoenstatt lejos del lugar de origen.

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4 Responses

  1. Virginia De la Cuba dice:

    Hermoso y sentido artículo. La naración de tu esperiencia me ha emocionado y no he podido dejar de experimentar una sensación de haber estado allí, porque sé que llevabas nuestros pedidos y gradecimientos.
    Que suerte que la Mater haya permitido que vivas esa experiencia
    Estoy segura que quien lea el artículo, cuando esté de viaje, preguntará por un Santuario, para también sentirse en casa

  2. Raquel Puig dice:

    Gracias por tu visita a nuestro Santuario de Nueva Helvecia

    y por la historia que publicaste.

    Estuvimos allí festejando la fiesta de octubre un grupo

    numeroso de distintas partes del pais .

    De mañana hubo misa frente al Santuario y de tarde procesion

    y misa solemne con el Obispo de la Diócesis.

    La experiencia de visitar otros Santuarios en diferentes

    paises es única,me alegro que te hayas sentido como en

    casa.

    Unidas en la Mater una misionera de Montevideo

  3. BCN dice:

    Que lindo fue conocer mujeres Peruanas tan entregadas, saludos Queca un abrazo, Beti de México.

  4. HMA - Argentina dice:

    Gracias a la increíble audacia y fe de aquellas Hermanas de María llegadas a América del Sur como misioneras de Schoenstatt, gracias a su amor inmenso a Schoenstatt y al Padre Kentenich, tenemos hoy el Santuario en todo el mundo. Y no solamente eso: tenemos también los ideales de los Santuarios como expresión concreta de la corriente de retorno que el Padre ya mencionó en 1947, cuando dijo que no sólo recibíamos la vida del Santuario Original, sino que desde ese Santuario le aportábamos nuestra originalidad. Allí se sembró la semilla de la inmensa riqueza que floreció en cada Santuario del mundo. Ellas celebran ahora el centenario de la Alianza de Amor en el Schoenstatt eterno. Que llegue también allí nuestra gratitud.

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