Publicado el 2011-07-25 In Vida en alianza

María, nuestra misión

ARGENTINA, Silvia Sibay de Losada. El sábado 23 de julio pasado, el Santuario de Tucumán recibió a los misioneros de distintos lugares de la provincia de Tucumán y también a algunos de la vecina provincia de Salta.

 

 

 

 

 

Jornada de preparación para la renovación 2011 – Campaña del Rosario, Tucumán

Transportes contratados, taxis, autos particulares y muchas personas caminado, llegaron convocadas a preparar su corazón para renovar el compromiso misionero el próximo 21 de agosto, en la gran FIESTA ANUAL DE LA CAMPAÑA DE TUCUMÁN 2011.

Varios días antes, el tiempo inclemente, muy frío, hacía dudar a las organizadoras que la convocatoria tuviera éxito. Pero la idea era reunir a los misioneros en el Santuario…

El salón de usos múltiples no está totalmente cerrado; falta una pared, justamente la que, vidriada, mostrará a lo lejos el Santuario. Se pensó en distintos métodos para calefaccionar el enorme salón: estufas, cañón de aire caliente, etc. Consultando el pronóstico del tiempo, la temperatura ascendería a 21º para ese día.

Esperaron con confianza…

Calor de hogar compartido

A la derecha: la autora, Silvia Sibay de LosadaY llegó el sábado 23 con un sol radiante. El calor se sintió más intenso porque los corazones lo irradiaban.

Calor de encuentro compartido en familia: la gran familia de la Campaña del Rosario.

Después de la bienvenida jubilosa, llegó la hora del café, con tiempo para compartir vivencias y reencontrarse en el hogar, el terruño de Schoenstatt, junto a la Madre que los eligió para la misión.

Los abrigos fueron abandonados en los asientos y no hicieron falta durante el resto de la jornada. ¡Qué hermoso día del regalaba el Señor y la Mater!

Aseméjanos a ti

El Padre Pablo Mulllín, asesor de la familia de Schoenstatt de Tucumán, dio la bienvenida a los misioneros, citando cada una de las parroquias y lugares que estaban presentes. Algunos llegaron desde zonas muy alejadas, que les costó horas de viaje; pero allí estaban.

Comenzó su charla: María es nuestra misión, con el convencimiento que quien los convocaba allí, esa tarde, es María. El alma de la misión es María.

Aseméjanos a Ti y enséñanos a caminar por la vida
tal como Tú lo hiciste: fuerte y digna,
sencilla y bondadosa, repartiendo amor, paz y alegría.
En nosotros recorre nuestro tiempo, preparándolo para Cristo Jesús.
Amén

El P. Mullín centró su exposición en esa cuarta estrofa del Cántico del Instrumento, escrito por el P. Kentenich en Dachau, en la primavera de 1944.

Como María, aprender a caminar por la vida con dignidad, amor y alegría. Manifestó el P. Pablo, que la alegría caracteriza a la Campaña del Rosario de Tucumán y se hace presente, tanto en su peregrinar con la imagen de María, como en los momentos compartidos como familia schoenstattiana.

María, corazón de la iglesia naciente

Asumiendo que la espiritualidad de Schoenstatt está basada en la Alianza de Amor con María, la conciencia de Instrumento y la Santidad de la vida diaria, los misioneros partieron con la misión de llegar a ser, el corazón de la Iglesia.

María fue el corazón de la Iglesia naciente. Que la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt mantenga siempre viva, a través de sus misioneros, esta gran tarea de María hacia su pueblo.

Se reencontrarán el 21 de agosto, para juntos renovar su bendecida misión.

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