ARGENTINA, Tita Ríos. Entre el 25 y el 30 de enero se llevaron a cabo las {cms_selflink page=»misiones-familiares» text=»misiones familiares»} 2011 en Pueblo Brugo, provincia de Entre Ríos. Los misioneros fueron enviados desde el Santuario de La Loma, en Paraná, capital de la provincia.
Las misiones familiares se fueron preparando durante todo el año 2010; las entrevistas previas dieron lugar al encuentro. Del amor a la Mater y a los hermanos de Brugo nació un lema motivador, que sería cual punta de lanza para llegar a las familias «Desde el Santuario, con María, vivamos la alegría de ser familia».
Con gran expectativa, los bruguenses recibieron a los ¡ciento cinco! misioneros, entre ellos tres sacerdotes: el P. Federico Piedrabuena (Padre de Schoenstatt), y los Padres Ricardo Abalde y Ariel Follonier. Los acompañó además un seminarista, Luchi Ruffiner. Con algarabía y gran entusiasmo llegaron en un ómnibus y una docena de autos y camionetas.
«Sedientos de la Eucaristía»
Pueblo Brugo es una localidad del Departamento Paraná en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, a 72 km de Paraná. Brugo se mostró a los misioneros como un pueblo tranquilo, de pocos habitantes (690 en la zona urbana). Tiene un templo bajo la protección de Nuestra Señora del Rosario, donde se celebra la Santa Misa dos veces al mes. Los habitantes se presentaron como «sedientos de la Eucaristía y con una gran esperanza de renovarse como católicos».
Niños, jóvenes y matrimonios de Pueblo Brugo acudían a los eventos, a las liturgias diarias que estaban colmadas de simbolismo.
La liturgia junto al río, las visitas al hospital de ancianos, las múltiples bendiciones a los hogares suscitaron un sinfín de manifestaciones de agradecimientos hacia los misioneros de parte de la gente, llenándolos de gozo ya que no esperaban tanto cariño.
Quedaron para el archivo videos y fotos para perfeccionar la organización en la infraestructura, la economía, etc…
Se rezó mucho, se ofrecieron muchos aportes al Capital de Gracias en el «Santuario de las misiones», con la presencia del Santísimo y los símbolos. El calor y la lluvia hicieron propicio el ambiente para el clima de oración.
Sorpresa para los misioneros
En el día del regreso los feligreses sorprendieron a los misioneros trayendo mate y pan casero, un cuadro del templo pintado por un joven, y fotos de las misiones con numerosas firmas de la gente, con expresiones de agradecimiento.
Se intercambiaron números telefónicos y así uno que otro misionero hará contacto con ellos, permaneciendo en oración para mantener el fuego encendido.
Todos los misioneros regresaron a las fuentes del Santuario a depositar el caudal de aportes al capital de gracias, de entrega y generosidad al servicio de los hermanos.
