Publicado el 2011-01-10 In Vida en alianza

Una noche de canto y magia

Ciudad del Este, cierre del añoPARAGUAY, Julio Gimenez. La familia de Schoenstatt de Ciudad del Este clausuró sus actividades del año con un festival musical y una cena en la sede del Santuario del Terruño. Gracias a la invitación que habíamos recibido tiempo atrás, tuvimos el gran honor de participar en el festival de coros como Coro Santa María, bajo la dirección de nuestro querido José Félix Cacavelos. «Motorizado» todo esto por Claudio y María Gloria Manavella, que generosamente brindan su apoyo a la familia de Ciudad del Este.

 

El Santuario estaba engalanado con una línea de guirnaldas de luz que recorrían su contorno frontal, de una manera muy discreta pero a la vez significativamente luminosa, como adelantando a los que llegaban la luminosidad que les irradiaría e impregnaría nuestra Reina dentro de su Santuario.

En la explanada del Santuario

Noche mágicaEl escenario elegido para el festival fue la explanada frente al Santuario, teniendo como maravilloso entorno las flores y plantas ornamentales que engalanan ese Jardín de María que rodea al Santuario, y como fondo celestial una hermosa luna que aparecía y desaparecía entre las nubes, como asociándose a esa bella fiesta.

Inició el festival el Coro de Schoenstatt de Ciudad del Este, con magnificas interpretaciones de Bach y Haendel, dirigidos por un director que evidentemente conoce su oficio. Luego de este bello introito, se presentó el coro de la parroquia del Espíritu Santo, interpretando un repertorio hermoso y variado de música internacional. Posteriormente le tocó el turno a Canto y Tiempo, que es un grupo formado por ex alumnos del Cristo Rey y algunas esposas de los mismos, que deleitaron con sus músicas latinoamericanas muy lindas por cierto, destacando especialmente aspectos sociales de nuestra hermandad continental. Por último, la presentación del Coro Santa María, que se halla constituido casi en su totalidad por miembros de la familia de Schoenstatt, en donde también están los que integran Canto y Tiempo, entonando especialmente canciones religiosas en una alabanza a Dios y a nuestra querida MTA. Sencillamente fue una noche de ensueño, en un escenario natural y espiritual maravilloso, con un público que escuchaba embelesado y atento todas las presentaciones.

La reunión familiar

Como si todo esto fuera poco, después se pasó a la cena, que más que cena fue una reunión de familia, resaltando ese particular clima que supo construir nuestro Padre y Fundador, donde campea la alegría sana y el bullicio sereno y moderado que hace a un encuentro de Schoenstatt, entrecruzándose adultos, jóvenes (estos actuando de mozos) y niños. Los integrantes de la familia local manifestaron su inmensa gratitud a los que fuimos de Asunción y se desvivieron en atenciones, haciéndonos sentir como reyes y por nuestra parte les expresamos, con toda sinceridad, que nosotros fuimos los honrados con la invitación.

En fin, una noche de magia, con la Mater en su Santuario, con el Padre Fundador en su Rincón, y con una hermosa familia que vibra y palpita con la música y la espiritualidad de ese rincón de nuestra patria, donde Cristo Jesús nos convoca a colaborar con su Madre para la instauración de su reino. Gracias Mater por este inmenso regalo.

Fuente: Revista Tuparenda, Paraguay

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