Publicado el 2010-11-17 In Vida en alianza

La hora de Emaús

Pablo Pérez y Alfredo "Pope" PereiraCHILE, Oscar Iván Saldivar. «Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron» (Lc 24,31). Con estas palabras tomadas del Evangelio según San Lucas, nos dimos cita en el Colegio Mayor P. José Kentenich -Seminario Ibero-americano de los Padres de Schoenstatt en Santiago de Chile- para celebrar agradecidos la ordenación diaconal de Alfredo Pereira -más conocido como Pope- y de Pablo Pérez.

 

 


Ordenación diaconal

Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron

Pablo PérezNuestros propios hermanos Pope y Pablo, dieron la tónica de la celebración al invitarnos a acompañarlos en el espíritu de los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35). Tal como los dos discípulos que iban de camino conversando sobre todo lo que había acontecido en sus vidas con Jesús; así, Pope y Pablo han hecho un camino formándose para el sacerdocio en la Comunidad de los Padres de Schoenstatt. A lo largo de ese caminar ellos han experimentado alegrías y dolores, pero por sobre todo han experimentado la cercanía de muchos -familia, amigos, compañeros, hermanos de comunidad- en este caminar, pero sobre todo ha sido la cercanía de Jesús y la Mater lo que ha hecho arder su corazón.

La celebración misma, que fue presidida por Mons. Fernando Chomalí, Obispo Auxiliar de Santiago, se inició a las 18:30 hrs. Tuvo como escenario el jardín central del Colegio Mayor. Así, a la hora señalada, la procesión de entrada inició su peregrinar desde el Santuario Sión de la Trinidad -el Santuario del Colegio Mayor- hasta el presbiterio y altar preparados para la ocasión al aire libre. Hizo de cúpula para esta «Iglesia al aire libre» un precioso cielo azul-celeste de atardecer, la Cordillera nos abrazaba como acogiendo con calidez esta celebración y las aves del cielo se unían al maravilloso coro de voces dirigido por Santiago Cacavelos y Claudio López.

A medida que la procesión avanzaba Pope y Pablo eran saludados por tantos amigos que los habían acompañado en este caminar y que no querían perderse esta celebración donde todos queríamos volver a abrir los ojos y el corazón para reconocer al Señor.

Los discípulos de Emaús

PopeEl Evangelio que eligieron los ordenandos fue el de «los discípulos de Emaús» (Lc 24, 13-35). Evangelio que refleja bastante bien el camino que nuevamente inician ahora con el diaconado, se trata de compartir con los hombres y mujeres de este tiempo ese ardor del corazón (cf. Lc 24,32) que se experimenta cuando se vive con Jesús.

Seguro el corazón de muchos se sintió tocado en varios momentos de la ordenación diaconal. Reseño algunos momentos claves: el llamado de los candidatos al orden diaconal, al escuchar su nombre -recordando que Jesús los llamó a cada uno personalmente- respondieron; «Aquí estoy»; luego la postración y la letanía de los santos, donde todos imploramos la intercesión de aquellos que ya están en la presencia plena de Dios. Cómo no recordar los rostros de los papás de Pope y de la mamá de Pablo. Cuando cantábamos las letanías, ellos con lágrimas en los ojos y las manos juntas imploraban también por sus hijos. Un momento muy emotivo se vivió cuando luego de la imposición de manos por parte del Obispo y la oración consecratoria -momentos esenciales de la ordenación diaconal- el P. Pato Rodríguez ayudó a Pope a revestirse con las vestimentas diaconales; lo mismo hizo con Pablo el P. José María García, quien había sido maestro de noviciado de ambos en Tuparenda- Paraguay. Ya revestidos ambos diáconos se incorporaron al presbiterio para servir al altar.

Sin duda al término de la celebración, todos habíamos reconocido en la vida de estos hermanos, en su camino y en el momento que estaban viviendo, la presencia del Señor Jesús, nosotros también dijimos, como los discípulos de Emaús: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24,32).

La hora de Emaús

OrdenaciónAl caer la tarde, al concluir la celebración, todos los presentes -alrededor de 400 personas- peregrinamos al Santuario Sión de la Trinidad, allí junto a nuestros hermanos Pope y Pablo nos consagramos a la Mater, Ella es la Reina de cada vocación, Ella es la Reina, Madre y Educadora de cada corazón que quiere encenderse en el amor de Jesucristo. A medida que caía la tarde, no era difícil imaginar a los discípulos de Emaús, luego de haber reconocido a Jesús en el Pan Partido, volver con el corazón alegre a Jerusalén para dar testimonio del Resucitado; también nosotros estamos ahora llamados a vivir esa hora de Emaús, esa hora que acontece, cuando al final del día somos capaces de reconocer al Señor en cada cosa del día, pequeña y grande, y dejar que nuestro corazón vuelva a arder por el amor de Jesús y así encienda en al amor a otros.

Agradecimiento

5 Responses

  1. Graciela Piva dice:

    Acompañamos a María Inés, la mamá de Pablo Pérez, desde Córdoba, somos hermanas de Alianza en nuestro grupo de la Rama de madres desde el año 2001. Es a partir del 15/9/2001, cuando Pablo anuncia a la Familia que había sido aceptado en la comunidad de los padres, que empezamos a rezar por él y acompañar a su mamá en este tiempo.
    Fue un día de cielo, un regalo de la Mater para todos, especialmente para Pope y Pablo. Compartir cada momento con ellos, sintiendo la presencia de Carlos, el papá de Pablo, fallecido en el 2000.
    Resonaron las palabras del Obispo: servicio, caridad, misericordia. Signos que tienen que distinguir la tarea sacerdotal.
    Mucha emoción… las lágrimas de Pablo que, seguramente, recordaba a su papá, quien fue en vida, su referente más cercano a Dios.
    Un gozo que perdurará en los sentidos por el resto de nuestras vidas.
    Seguimos orando por ellos y por todos los seminaristas y sacerdotes, para que sigan siendo fieles a la verdad que han recibido.

  2. Roxana O. dice:

    La verdad que fue una vivencia exquisita. Se pudo vivir una jornada muy ecológica, todos rodeados de un excelso verde. Dios nos grita a través de la naturaleza. Felicidades a los nuevos diáconos!

  3. Oscar M. Saldivar Gueyraud (Padre de Oscar Iván) dice:

    Mi Querido hijo Oscarcito, Muy Linda Nota. Además se siente esto en ESPIRITU. Antes de leer esa nota, estuve en el Oratorio de Schoenstatt para agradecer a la Mater y también pedir un pequeño favorcito. Abrazos Fuertes de tu Papá con un beso en tu frente.

  4. Cristina B. dice:

    Que hermosa nota! Una gran felicitación a los diáconos y también a Santiago Ferrero, que tan lindo decoró todo! "Dios es amor" (PK)

  5. Juan Barbosa, Córdoba, Argentina dice:

    Realmente la Nota refleja lo que nos comentaron las amigas de la mamá de Pablo..¡Se vivieron momentos de Cielo en el Colegio Mayor!. Sumemos oraciones en agradecimiento a nuestra MTA por las vocaciones de estos Siervos de María tan queridos.

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