Publicado el 2010-10-08 In Vida en alianza

La Rama de Profesionales explora la paternidad de Dios durante un Retiro de fin de semana

Woemn's League Retreat, JohannesburgSUDÁFRICA, Sarah-Leah Pimentel. La Rama de Profesionales de Johannesburgo llevó a cabo recientemente su retiro anual. De muchas formas este retiro fue muy diferente a cualquier otro que hubieran tenido antes como grupo. Fue la primera vez que dirigieron el retiro ellas mismas porque la Hna. Joanne, quien antes dirigía al grupo, fue transferida a otra ciudad a principios de año y dedica también una cantidad significativa de tiempo a apoyar al Movimiento en Nigeria y Kenia. El ser dirigentes y participantes al mismo tiempo hizo que el fin de semana fuera mucho más retador, pero de muchas formas también permitió que el Espíritu Santo hiciera su labor y así se produjera fruto abundante.

El tema para el fin de semana fue la Paternidad. Aunque esto pudiera parecer un tema extraño para un grupo de mujeres, pronto quedó claro que muchas de nosotras hemos tenido experiencias muy negativas con nuestros padres terrenales y eso ha tenido un efecto profundo sobre nuestra relación con el Padre Celestial.

El grupo dedicó entonces una buena parte del primer día a trabajar en los encuentros personales con los padres humanos, celebrando los momentos en que nuestros padres cumplieron con nuestras expectativas y dando a los demás espacio para compartir experiencias dolorosas.

Como hijos de un Padre amoroso, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros

One of the participantsDurante la segunda parte del día se exploraron las relaciones personales con Dios Padre como un lugar donde podemos encontrar el descanso que anhela nuestra alma. A través de fragmentos de la obra del Papa Juan Pablo II Una Radiación de Paternidad las mujeres exploraron la delicada relación entre Padre e hijo.

El material del primer día nos llevó al tema para el segundo y tercer día: Como hijos de un Padre amoroso, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Varias actividades, desde pintura acrílica hasta discusiones grupales, meditaciones en silencio y lecturas para reflexionar ayudaron a las jóvenes mujeres a responder la pregunta: ¿Para qué fui creada? La vida que surgió de esos ejercicios fue tan abundante que el programa que se había planeado para el tercer día tuvo que dejarse de lado mientras exploraban muchas nuevas reflexiones con la profundidad que merecían.

«Aprendí mucho acerca de ser libre, confiar en la gente y ver al mundo en que vivimos de una manera diferente», compartió Kgalalelo Mmuoe.

El fin de semana fue exactamente lo que la mayoría de nosotras necesitaba: un oasis en medio del frenesí caótico de nuestras vidas diarias.

Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México

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