Publicado el 2010-08-05 In Vida en alianza

Un lugar milenario honra a sus Hermanas con el cultivo de una nueva rosa

Heiligtum in DietershausenALEMANIA, Hna. M. Louise Schulz. Han pasado mil doscientos años desde la primera mención auténtica de «Dietershausen, en Fulda». Fue en el año 810, y desde hace 75 años trabajan las Hermanas de María de Schoenstatt en ese pueblo en la región de Rhön. Por este motivo, el vivero del lugar les dedicó una nueva rosa. El bautismo de la «Rosa Marienhöhe», llamada así por el cerro en el que está el Centro de Schoenstatt (Marienhöhe= Cerro de María), se hizo en el marco de la semana festiva en torno al aniversario del pueblo. El párroco de Dietershausen, P. Jörg Stefan Schütz bendijo la nueva rosa con un rito solemne, con una gran participación de los habitantes del lugar. La oración en común se hizo solidariamente por la repentina y grave enfermedad del cultivador de la «Rosa Marienhöhe».


Marienschwestern vor dem Beet mit der Rose "Marienhöhe"

La nueva rosa se puede admirar delante de la casa provincial de las Hermanas de María. «En gratitud por todo el fiel servicio a los habitantes de Dietershausen, aquí florecerá en adelante la Rosa Marienhöhe», se lee en la placa dedicatoria. Desde 1935 trabajan las Hermanas en la tranquila población en el Portal del Rhön. Construyeron un Jardín de Infantes, cuidaron enfermos y se comprometieron con el trabajo parroquial y en la formación de niñas y mujeres. Como las Hermanas se opusieron al dominio nazi, se les prohibió toda actividad pública. Fueron expropiadas y debieron abandonar la diócesis de Fulda. Pero los valientes vecinos de Dietershausen las ampararon, con gran peligro para ellos. Al final de la guerra una Hermana de María se dirigió con una bandera blanca hacia los tanques norteamericanos que se acercaba al pueblo, y así lo salvó de una segura destrucción.

Un refugio para muchos

Marienhöhe-RoseDespués de la guerra, con el establecimiento del hogar para madres convalecientes en la Casa José Engling, las Hermanas comenzaron con la transformación de Dietershausen en un lugar de reposo. En 1957 se bendijo el Santuario y con ello comenzó el desarrollo del Centro de Schoenstatt, que hoy ofrece a mucha gente un lugar de fortalecimiento para su fe, para su continua formación, y para el descanso. Por ejemplo, los así llamados «Diez minutos junto al pesebre» que se hacen anualmente en el tiempo de Navidad para toda la familia, atraen cada año a más de tres mil visitantes. El Santuario es un silencioso refugio para muchos más que los que integran las filas del Movimiento de Schoenstatt. De esto da testimonio el libro de intenciones y la tinaja, que siempre se llena con esquelas de pedidos y de gratitud.

«La cercanía del Señor y de su Madre hace realmente bien». Es una experiencia que han hecho los innumerables visitantes que el 18 de julio participaron en la culminación de los festejos por los 1200 años de Dietershausen: una «Milla de fiesta» por todo el lugar, con el Centro de Schoenstatt «como «zona de paz y reflexión».

Solidaridad en tiempos difíciles

La Familia de Schoenstatt de Fulda unió la Sta. Misa de Alianza con la fiesta de cumpleaños de las Hermanas. A pesar de ser época de vacaciones llegaron muchos amigos y conocidos para festejar los «75». La Eucaristía fue concelebrada por el P. Rudolf Liebig, el P. Ulrich Schäfer, el P. Dagobert Vonderau y, para alegría de todos, por el P. Klaus Desch, Padre de Schoenstatt que trabaja en Nigeria. Él nació en la diócesis de Fulda y está de vacaciones en su casa. Helena, Esther y Frederic, fueron los tres jóvenes que animaron la celebración con magníficas canciones acompañadas por guitarras. Con la presentación «Imágenes y anécdotas de 75 años», las Hermanas mostraron en un flash lo mejor de su historia y un sabroso buffet redondeó una exitosa fiesta familiar.

Kindergarten, damalsConcentró la atención de todos la extensa crónica de los 1200 años de existencia del lugar Dietershausen, fruto de una investigación hecha con mucho amor y cuidado, y que incluye la historia de las Hermanas de María. Está también allí, descrito con todo detalle, el conflicto que tuvieron con el nacionalsocialismo. Por ejemplo, un informe de la policía de Fulda dirigido a la oficina de seguridad del Reich, en Berlín, en el año 1938, describe como el trabajo de las Hermanas con niños y jóvenes socava la pertenencia de los mismos a los «jardines de infantes alemanes» y a la «Liga de niñas alemanas (BDM)», (ambas organizaciones nazis). El alcalde nazi les exigió a las Hermanas que participaran en una manifestación nacionalsocialista. El que faltara, demostraría con ello su oposición al partido. De más está decir que las cinco Hermanas se quedaron en su casa. El conflicto se agravó durante el plebiscito de 1936, cuando una Hermana, pública y solemnemente, depositó un voto nulo. El jefe del distrito consideró que esto era una afrenta al nacionalsocialismo. Fue personalmente a Dietershausen para arrestar a la Hermana. Comentó al hacerlo: «Ahora todavía tengo que meter mi auto en ese estercolero». La Hermana muy pronto quedó libre, pero las represalias continuaron, hasta que finalmente en 1939 fueron expulsadas con un pretexto.

La solidaridad que demostraron los habitantes de Dietershausen con sus Hermanas en tiempos difíciles, se siente hasta hoy en la buena relación que hay entre la comunidad y el Centro de Schoenstatt.

Traducción: aat, Argentina

 

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