Publicado el 2010-08-06 In Vida en alianza

El retablo de la Iglesia en Tupãrenda

Pentecostés 2010: los artífices principales del retablo de la  iglesia en TupãrendaPARAGUAY, P. Antonio Cosp. Muchos ya lo vieron, muchisimos más lo admiraron en las fotos que salieron sobre los eventos en Tupãrenda, como últimamente la entrega de la túnica de Sión a los novicios de los Padres de Schoenstatt. Se habla del retablo en la Iglesia de Tupãrenda, que fue bendecido en la Misa de Pentecostés, en mayo de 2010. Vale presentarlo…

 

 

 

 


La Misa de Pentecostés quedará registrada en el libro de la historia del Movimiento de Schoenstatt. «Por favor pasen al frente Guillermo Ehreke, el arquitecto Juan José González Cruz y Eugenia Ortigoza». Así invitaba el celebrante en esta Misa final de la jornada de dirigentes a los artífices principales del retablo de la  iglesia en Tupãrenda. Los tres fueron presentados – respectivamente – como el jefe del «equipo iglesia», el responsable del proyecto y de la construcción de esta etapa y la artista autora de la imagen que preside ahora la iglesia. A ellos hay que sumar también al P. José Pontes, asesor artístico. Paravisión estaba presente filmando el gran momento de la bendición. Honraba a la Familia, con su presencia, el intendente de Itauguá, Don Luis Salinas y su familia.

La «doble Trinidad»

RetabloEl retablo quedará ahí por unos años hasta que se pueda poner, quizás, la imagen pintada sobre tela y con todos los cambios sugeridos. Entre tanto, todos pueden colaborar con sus propuestas para mejorar la imagen.

La elección como icono fue la «doble Trinidad». En la línea vertical se ve al Padre, al Espíritu y al Hijo. En la horizontal, abajo, la Sagrada Familia de Nazaret. Se muestra así el mensaje de la iglesia: Dios es amor que se entrega el uno al otro en amor. La Sagrada Familia es ese amor hecho realidad humana. Por lo humano, es posible llegar a lo divino.

Una Iglesia de Peregrinos al lado del Santuario

Como lo preveía el Padre Kentenich, junto a los Santuarios nacionales debería haber una iglesia de peregrinos que permita una liturgia digna, hondamente vivida. Aunque no tenemos aún un piso adecuado y todo es precario, ya está listo el techo. Este ha sido, sin duda, un paso gigante. No por su envergadura, sino porque permite que la iglesia sirva de aquí en más como aquello para lo cual fue construida: un lugar donde celebrar la liturgia dominical. Se ha hecho lo que hace una familia cuando deja una casa alquilada y pasa a la propia, aún con escombros, pisos no del todo concluidos, paredes sin pintar… pero ya es un hogar propio. Es el lugar al que Jesús puede invitar para celebrar su Santa Cena. El salón multiuso se podrá seguir usando para lo que fue construido: las múltiples reuniones que se hacen en Tupãrenda.

Esta séptima etapa constructiva ha despertado muchísimo entusiasmo. Comenzó, inesperadamente, como un regalo navideño al Niño Dios. Los objetivos fueron tener la sacristía completa, el retablo con su ventanal de vidrio que permite ver la hermosa naturaleza y trescientas sillas. Se donaron 121 millones de guaraníes en los cinco meses. Ahora, el Niño Dios tiene su altar y puede regalarse como Pan de vida y enviar su Espíritu en la iglesia Santa María de la Trinidad. Jesús dijo: «discípulo, ahí tienes a tu madre» y Ella nos dice «hagan lo que Él les diga»… La trinidad de la Sagrada Familia conduce a la Trinidad divina.

Fuente: Revista Tuparenda, Paraguay

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