ARGENTINA, Silvia Losada. El domingo 22 de agosto pasado, el Santuario de Schoenstatt de Tucumán vibró con la presencia de una multitud de misioneros, peregrinos y de toda la Familia schoenstattiana. ¡No era para menos! La Campaña del Rosario celebró sus Bodas de Plata. ¡25 años de misión!
En ese día de la festividad de María Reina, los misioneros renovaron su compromiso, en la 14ª Fiesta Anual de la Campaña.
Como ya parece ser una tradición, el sol acompañó a los peregrinos desde la entrada al predio del Santuario. Las banderas de los países de Latinoamérica y estandartes que portaban, hacían escolta a las Imágenes auxiliares de la Mater de Tucumán y Santiago del Estero, provincia vecina que todos los años se une a los festejos.
A la distancia se veía el Santuario en todo su esplendor. Dentro de él, una Madre sonriente y amorosa contemplaba la llegada de sus hijos y les daba la bienvenida. «Madrecita del cielo, yo no sé rezar, sólo sé decir que te quiero amar…» cantaban los peregrinos.
Nadie quería perderse la alegría de este día
A partir de ese momento estalló la alegría, la emoción, la gratitud. Hermanos de misión que se reencontraban después de un año, personas que llegaban por primera vez al Santuario y lloraban frente al cuadro de la Mater…
Don João Pozzobon esperaba en su memorial. Las imágenes auxiliares lo saludaron y habrá pensado, desde la eternidad: ¡Madre, qué visita tan hermosa la tuya. Yo custodiándote siempre aquí, a la sombra de tu Santuario y ahora Tú vienes a visitarme!
En el salón de usos múltiples comenzaba la algarabía y los saludos. Padres con sus hijos, abuelos, nadie quería perderse la alegría de ese día.
La importancia de la misión con la peregrina
Después de compartir el almuerzo y una sobremesa con cantos, poesías y danzas, el corazón se fue aquietando para escuchar la charla del Padre Pablo Mullín. Habló sobre los 25 años de vida de la Campaña de Tucumán y el propósito de la Campaña en la Argentina para 2010: «Vivamos el rosario, para transformar nuestro corazón y nuestra Patria».
Reflexionó sobre la importancia de la misión con la peregrina, en los momentos críticos que atraviesa la familia. Cada misionero tiene que testimoniar con su vida y su verdad, defendiendo la familia cristiana.
Como homenaje a todos los misioneros que recorren los caminos de la provincia, cantó junto a ellos el «cumpleaños feliz».
El Rosario de las bodas de plata
Con recogimiento, comenzaron la peregrinación hacia el Santuario. El sol calentaba la tierra en un día de temperatura inusual para el invierno. ¡El termómetro marcaba 31º C! ¡Quizás contribuyó a esto el calor de tantos corazones vibrando por un mismo ideal:»Unidos en alegría y servicio, instrumentos de María para la transformación del mundo»!
Las Avemarías del rosario se desgranaban a medida que se encendían las velas. Desde las escalinatas del Santuario, el Padre Kentenich, Don João y el Padre Esteban Uriburu, se unían a la oración…
Porque la Mater tiene corona
Llegaba el momento de renovar el compromiso misionero por un año más. Con sus imágenes peregrinas en alto, los ojos húmedos y la voz entrecortada por la emoción, los misioneros dieron nuevamente su ¡Sí, Madre! Aquí estamos a tu servicio por un año más. ¡Acompáñanos en la misión!
Estos 25 años de la Campaña fueron propicios para coronar a la Mater, en el mismo día de María Reina. En el ofertorio de la Santa Misa, los misioneritos presentaron la corona de la Mater, con un sol de plata incorporado a ella. El Padre Pablo Mullín bendijo la corona y coronó a la Mater.
Don João, al celebrar las bodas de plata de la «esforzada campaña», el 14 de septiembre de 1975, coronó solemnemente a la Peregrina. La Campaña del Rosario quiso seguir el ejemplo de su fundador, coronando a la imagen auxiliar, con un «sol de plata».
¿Por qué el sol? El sol es un símbolo de Cristo; María, refleja la luz de Cristo y Él resplandece en todo su ser.
¿Por qué de plata? Metal blanco, brillante, inalterable y muy dúctil, representa la fuerza de la labor apostólica. Los rayos del sol representan las gracias que derrama María en su visita.
Agradecimiento por todos estos años de presencia misionera
Las imágenes peregrinas fueron coronadas por cada misionero con una cinta plateada, en agradecimiento a la Mater por todos estos años de presencia misionera en Tucumán y por su poder y su bondad.
En esta jornada de fiesta, hubo un doble envío: los niños elevaron al cielo globos plateados, como un obsequio a la Mater y a la Campaña por las bodas de plata y al finalizar la Misa, se envió un rosario, que se elevó dirigiéndose donde la Mater quiera llegar.
Los fuegos artificiales iluminaron el Santuario, el cielo y los rostros de los participantes, que cantaban nuevamente ¡Cumpleaños feliz!
¡Tanto tiempo transcurrido, cuántos sacrificios y alegrías!
Soplando las velitas
Todos se dirigieron luego hacia el memorial de Don João para soplar las 25 velas de la enorme torta de cumpleaños, junto al padre de la Campaña, que feliz, veía la cosecha de su siembra.
¡Felices bodas de plata, Campaña del Rosario en Tucumán!
¡Gracias, Mater, por tantas gracias recibidas!
¡Gracias, Don João, por habernos legado esta misión!
¡Gracias, Padre Esteban, por haberla extendido a todo el mundo!
