Padre, en la sencillez de mi corazón, hoy te doy todo con alegría

EEUU, Hna. M. Frances. El 24 de abril de 2010 cinco jóvenes mujeres se dedicaron por amor al Dios Trino cuando se unieron al Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt en dos ceremonias separadas – en Wisconsin cuatro novicias recibieron el vestido de María, mientras que una quinta novicia fue recibida en su país natal en la República Dominicana. El curso fue de por sí bastante internacional: Además de la novicia de la República Dominicana, una es originaria de Argentina, otra de Colombia y las otras dos de los Estados Unidos, de Wisconsin y Minnesota. Las cinco hermanas están unidas en su anhelo de entregarse por completo por Schoenstatt en el espíritu de su lema de bienvenida: «Padre, en la simpleza de mi corazón, hoy te doy todo con alegría». Estas palabras del P. José Kentenich fueron elegidas por las novicias para expresar la actitud con la que toman este paso en el camino de su vida.

Ya la noche anterior invitados de Colombia, Argentina, Chile, Paraguay y Canadá – además de varios lugares dentro de los Estados Unidos – se reunieron para un programa de preparación de la celebración de la bienvenida, que incluyó canciones en inglés y español, una introducción al rito de la vestición y los testimonios vocacionales pre-grabados de las novicias. Todo ello preparó corazones y almas para el gran día que estaba por venir.

Siguiendo la semejanza de la Virgen

Los textos de la Misa elegidos para ese día fueron los de María, Esclava del Señor. Las novicias entraron en procesión a la iglesia con vestidos nupciales blancos y velos, llevando lirios blancos, que ofrecieron a la Santísima Virgen como símbolo de ellas mismas. Al iniciar la liturgia, el Obispo Callahan comentó: «Qué día tan feliz es para ustedes, Hermanas, ya que vienen ante el Señor – y su Santa Madre – para presentarse a su servicio en el mundo, como ella lo hizo».

Después del Evangelio de la Anunciación, se entonó el himno al Espíritu Santo, seguido por la homilía del Obispo. Entre otras cosas, dijo:

«Es muy apropiado, hermanos y hermanas, que después de escuchar este Evangelio de San Lucas escuchemos la antigua oración de la Iglesia, la Veni Creator Spiritus, la invocación del Espíritu Santo, porque al enfocarnos en el gran regalo de estas mujeres a la Iglesia, también nos enfocamos en los medios y las motivaciones por las que lo hacen. Esto es, siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios, la Santísima Virgen María. Es su acción la que inspira a esta comunidad. Es su acción la que inspira a estas mujeres. Es su acción la que supervisa y bendice el trabajo de la Iglesia…

Abramos nuestros corazones… de manera que el mensaje de Jesucristo pueda ser dado a conocer, y es en este sentido que… el P. José Kentenich tuvo la idea y milagrosa inspiración de que una comunidad dedicada a la Madre de Dios podría reformar el mundo para gloria de su Hijo, y de que una comunidad dedicada al trabajo de Jesucristo en el mundo influiría, motivaría, educaría, guiaría e iluminaría las mentes y corazones de los seres humanos de manera que entendieran a la Esclava del Señor y a la hermosa respuesta de María en su fe: ‘Hágase en mí según Tu Palabra’… De todas las formas en las que Jesús se te da a conocer, Su Madre está ahí llevándotelo, pidiéndote que Lo tengas cerca, pidiéndonos responder con valor a la Madre del Redentor y con alegría en nuestros corazones para el día que estemos en el cielo, cara a cara, en el reino que Él ha establecido para nosotros y al cual pedimos que Dios nos lleve a todos».

La primera parada fue el Santuario

El Rito de Vestición siguió a la homilía. Después de que los vestidos fueron bendecidos, una por una las novicias pasaron a recibir el vestido, el cinturón, el velo, la medalla y la vela del Obispo Callahan. Mientras que las novicias se cambiaban del vestido nupcial al hábito de las Hermanas de María, el coro de la Juventud Schoenstattiana cantó varias piezas, mientras que las familias y los amigos miraban expectantes hacia la parte trasera de la iglesia…

Entonces llegó el momento tan esperado. Vestidas por vez primera con el hábito de las Hermanas de María, las novicias entraron a la iglesia, llevando los presentes del ofertorio. Después de esto, la Liturgia Eucarística prosiguió como de costumbre.

Después de la santa Misa las novicias saludaron al Obispo, a sus familias y amigos en el vestíbulo de la iglesia, que rápidamente se llenó de sonrisas y lágrimas de felicidad. Pronto las novicias regresaron al Centro Internacional de Schoenstatt, donde su primera escala fue en el Santuario del Reino Internacional del Padre para saludar a la Santísima Virgen y presentarse por primera vez como Hermanas de María.

Se sirvió un alegre banquete en el Centro de Retiro para las novicias, sus familias y los invitados. Al final de la tarde, mientras las novicias departían con sus invitados, hubo un programa vocacional ofrecido para la Juventud Femenina, que fue muy bien recibido. La bendición a las 5:00 p.m. en la capilla de la casa provincial dio término a la tarde. Por la noche la Juventud Femenina de Schoenstatt ofreció un programa para felicitar a las novicias. Cada área – Wisconsin, Minnesota, Nebraska, Nueva York y Florida – prepararon un regalo espiritual y presentaron sus buenos deseos y oraciones de una manera original. Al finalizar la noche, la alegría y bendiciones del día de bienvenida eran evidentes. Que las gracias sigan rindiendo abundante fruto en las vidas de todos los ahí presentes ¡y más allá en toda la Iglesia y el mundo!

Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México