ITALIA, Hna. M. Lisianne Braunbeck. El 21 de febrero de 2010, primer domingo de Cuaresma, se despidió del círculo de peregrinos romanos del Santuario Cor Ecclesiae – de las Hermanas de María – Mons. Rafael Biernaski, nombrado por el Santo Padre como obispo auxiliar de su diócesis natal: Curitiba, en Brasil.
La celebración de la Santa Misa de Alianza en este domingo (en el Santuario Cor Ecclesiae se celebra el domingo posterior al 18) fue el punto culminante y el cierre de un día de retiro como inicio de la Cuaresma y a la vez como expresión de gratitud al Dios Trino y a la Madre y Reina por los 22 años en los que el «Padre Rafael» estuvo en Roma, y en los que celebró regularmente la Eucaristía en el Santuario Cor Ecclesiae, acompañando así a los peregrinos que lo frecuentan.
Mons. Biernaski fue el celebrante principal, y expresó su alegría y su sorpresa al ver que habían llegado cinco sacerdotes para concelebrar con él, entre ellos dos de los Padres de Schoenstatt argentinos que viven en Roma: el Padre Gerardo Cárcar y el P. Guillermo Mario Cassone.
Enviado a evangelizar
Fiel a su carácter sencillo y profundo, dio testimonio de su disposición de servir al Señor como obispo allí donde Él lo necesita: «¡Evangelizare misit me!» Enviado a evangelizar.
Quiso expresar esta convicción en su lema episcopal destacando así lo esencial. Hizo participar a los presentes de las delicadas muestras de la conducción divina que él pudo percibir en su traslado de Roma a Brasil.
El obispo electo también vinculó el Santuario Cor Ecclesiae, en Roma, en el que celebró la primera Sta. Misa antes de su inauguración y que en cierto modo es una parte de la historia de su vida, con el Santuario Magníficat, en Curitiba, al que acompañó e impulsó personalmente desde sus inicios y que celebra sus bodas de plata en este año de su consagración episcopal y de su regreso a la diócesis.
De Roma a Curitiba
Durante las felicitaciones finales y la despedida se experimentó un auténtico clima familiar.
La Hna. M. Lisianne, en nombre de los peregrinos del Santuario Cor Ecclesiae, le agradeció a Mons. Rafael por su acompañamiento fiel y generoso que lo transformó en un firme referente personal para todos ellos. Agregó además que el Padre Rafael formó parte de la historia del Santuario Cor Ecclesiae en estos últimos 22 años, y que ellos lo «regalan» – con sentimientos dispares – a la Iglesia en Curitiba desde el Santuario Cor Ecclesiae.
El regalo que expresó su gratitud a Mons. Rafael fue una mitra con un hermoso símbolo mariano. Los nombres de los que firmaron la tarjeta de felicitación le recordarán en el futuro a «sus romanos». Y el vínculo que se ha creado en la Alianza de Amor, se mantendrá vivo y fuerte incluso sobre miles de kilómetros.
En las despedidas personales ya se urdieron planes para hacer un viaje desde Roma a Curitiba…
Traducción: aat, Argentina
