PARAGUAY, Dequení •
Han comenzado los clases en Paraguay, y a pesar de los daños producidos por las lluvias, tormentas e inundaciones de los meses pasados en tres centros comunitarios de Dequení, miles de niños pueden volver al colegio o iniciarlo, gracias a las becas solidarias de las que se han hecho cargo empresas y personas generosas dentro y fuera de Paraguay.
En esta nota nos alegra compartir la historia de Ricardo. Este niño que nos atrapa con su ternura y calidez, se prepara para ir a primer grado, entusiasmado por estudiar con el apoyo de benefactores, padrinos y madrinas, a través de la campaña “Becas Educación”.
En nombre de Ricardo: gracias
El año pasado le preguntamos a Ricardo qué había aprendido en la escuela. Respondió, contento: “ya sé escribir mi nombre”. A lo que su maestra de Preescolar agregó sonriendo: “Ricardo aprendió bastante, sabe compartir su opinión, a decir si le gusta o no le gusta, reconoce letras, colores y números”.
Al inicio de 2015 la escuela San Pedro, de Ypané, adonde asiste Ricardo, recibió materiales y juguetes didácticos que le facilitaron a la maestra desarrollar sus actividades en el aula. Este apoyo forma parte de la campaña Becas Educación.
Para ella, que tiene un grupo de cuarenta niños, los materiales han sido de gran ayuda durante el año.
“Los juegos que nos trajeron son muy importantes: los niños aprenden jugando. Con los cuentos trabajamos la compresión lectora”.
Dequení colabora con acciones y contribuciones como estas para garantizar la inserción, permanencia y promoción de grado.
Gracias a todos que hacen posible que haya historias como la de Ricardo. ¡Historias reales que transforman la realidad!
Dequeni en las carpas virtuales de la cultura de alianza
Donaciones online vía tarjeta de crédito
Para Alemania (certificado de donativos)
¡Felicitaciones a todos los que iniciaron y sostienen Dequení! Comenzó con muy pocas personas: jóvenes de la JM de Asunción. Perseveraron. Un generoso matrimonio de la OF se hizo prácticamente padrino fundador… Dequení creció maravillosamente durante años. ¿Cuántos niños han podido educarse en todo este tiempo? Son la levadura de la Nación de Dios, el germen de un nuevo Paraguay que crece vigorosamente. Los acompaño con mi oración a todos: niños, voluntarios, donantes, autoridades, familias… Schoenstatt.org ha publicado historias conmovedoras, tanto de los beneficiarios como de los donantes, que muchas veces son otros niños de otros países. Que el Padre Dios los bendiga generosamente!