Publicado el 2017-03-24 In Campaña

Una mañana con “olor a Campaña”

ARGENTINA, Rosita Ciola •

El sábado 11 de marzo, los misioneros de la Diócesis de Morón, en el Gran Buenos Aires, se reunieron para comenzar las actividades de este año. Lo  hicieron en la Iglesia Santiago Apóstol, de Haedo, y comenzaron en torno al altar, en la Santa Misa celebrada por el Padre Diego. Acompañados por el coro y en un clima de profundo recogimiento, agradecieron por el año vivido y pidieron por el nuevo año en el que seguirán caminando con María.

Finalizada la Misa, en un salón del Colegio Borromeo, los esperaba un rico cafecito y algunas delicias dulces que nunca faltan en estos encuentros. Allí le dieron la bienvenida a los misioneros que llegaron de distintas localidades de la diócesis. En ese intercambio quedó reflejada la alegría de los misioneros que se habían visto en otras ocasiones y se reencontraban y la sorpresa de los más nuevos, que por primera vez se reunían con personas de otros lugares. El intercambio de corazones fue el alma de esta jornada.

Unidos sacaremos la misión adelante

La jornada de trabajo tuvo un primer objetivo: seguir estrechando vínculos, «ya que sabemos que unidos sacaremos la misión adelante». Ser parte de un todo y, bajo esa mirada, tratar de conocer un poco más sobre la Campaña:

El desarrollo de la jornada fue dinámico, los misioneros tuvieron la oportunidad de intercambiar experiencias de vida y de la misión, y siguiendo la línea nacional, se fue perfilando la tarea diocesana para este año 2017.

El estribillo de Maezihna de Ceu, la canción de Don João, animó y acompañó varios momentos la mañana, que se fue llenando de adrenalina y de “olor a Campaña”. Allí estaba Ella, en su Imagen Auxiliar presidiendo este encuentro de fraternidad y trabajo, donde cada detalle hablaba de que todo había sido preparado con mucho amor y gracias a todas las misioneras que aportaron su granito de arena para el éxito de esta jornada.

«¡Gracias Mater! por la fuerza y el empuje que nos regalas», expresaban al salir con el corazón encendido para ir al encuentro de quienes más necesitan el amor del Padre.

Finalmente concluyeron: «Somos conscientes de que nuestra Madre es la Estrella de la Evangelización, sabemos que Ella irá por delante tirando del Carro Triunfal. Nosotros, sus hijos y fieles instrumentos, nos comprometemos a acompañarla, siguiendo las huellas de Don João, para afrontar el nuevo desafío que  tenemos por delante, un tiempo y un lugar que tienen hambre y sed de Dios. ¡Allá vamos!».

 

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