Raquel Ochoa de Sáenz Valiente – «La misión del Voluntariado es un llamado de Dios al servicio»

Raquel Ochoa de Sáez Valiente Raquel Ochoa de Sáenz Valiente (1937 – 2005), Argentina, nació en Buenos Aires el 7 de marzo de 1937. Estaba casada con Ignacio Sáenz Valiente, con quien tuvo siete hijos. Fue fundadora del Voluntariado de María de Schoenstatt en la Argentina. Falleció el 12 de septiembre de 2005.

 

En 1981, teniendo como modelo a María, descubrió en Schoenstatt y en la Alianza de Amor el camino para alcanzar la santidad a la que siempre aspiró. Entró por primera vez a un Santuario de Schoenstatt en Florencio Varela en 1981 y la mirada de la Mater cambió su vida para siempre. «Salí del Santuario y sabía que ya nada sería igual. Quería llevar esa mirada al mundo», contaba Raquel al recordar ese encuentro.

Hija de un médico, Raquel conocía las necesidades espirituales de los enfermos en los hospitales. Animada por el Padre Esteban Uriburu, el 8 de septiembre de 1982 fundó el Voluntariado de María del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, instrumento de la Divina Providencia. Su misión es asistir a los enfermos en sus necesidades físicas y espirituales, brindándoles consuelo y afecto en sus angustias y soledad, llevándoles paz, alegría y esperanza para que puedan vivir en todo momento con la dignidad de hijos de Dios.

Le preocupaba no sólo la atención del enfermo sino también la formación espiritual de las voluntarias y voluntarios de María. Tanto en los encuentros personales como ante audiencias numerosas, irradiaba su certeza de que la misión del Voluntariado es un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes del amor que Él nos tiene. Y así, como pequeñas Marías, establecer vínculos fraternos en el Voluntariado, en el ambiente hospitalario y en la Familia de Schoenstatt Convencida de la importancia de la Eucaristía en la vida de fe, impulsó la Adoración Eucarística, entre otros lugares, en la Catedral Metropolitana, formando la Comisión por la Unidad en 1990.

Convencida de la importancia de la Eucaristía en la vida de fe, impulsó la Adoración Eucarística, entre otros lugares, en la Catedral Metropolitana, formando la Comisión por la Unidad en 1990.

Consciente del rol protagónico de la mujer en la sociedad actual, proyectó y llevó a cabo, en unión con diferentes organizaciones de la Iglesia, el primer Congreso de la Mujer Católica en el año 2001. Como consecuencia de la gran repercusión que tuvo, al año siguiente promovió la realización de un Congreso de mujeres de fe monoteísta, donde se formó la Asociación, de la que era presidenta.

Cuando le preguntaban cuál era su próximo proyecto, Raquel, con sencillez y convicción, decía: «Quiero ir a fundar el Voluntariado a Burundi», ante la sorpresa de quienes la acompañaban.

El 12 de septiembre de 2005, día del Santísimo Nombre de María, regresó a la Casa del Padre.

Bibliografía