Sion Catoggio

Publicado el 2020-10-04 In Vida en alianza

“Schoenstatt, el mismo P. Kentenich, me abrieron la cabeza y el corazón a lo universal”

Entrevista al P. Juan Pablo Catoggio (parte 2) •

“Excelentes respuestas, que nos ayudan a conocer más en profundidad una de las comunidades más queridas y requeridas en el movimiento, captar su espíritu, sus orígenes, su nombre, su misión. Dan ganas de seguir leyendo y adentrándonos en el «mundo» de Sion. ¡Gracias, P. Juan Pablo!”, dice un comentario en la primera parte de la entrevista al P. Juan Pablo Catoggio, superior general del Instituto Secular de Padres de Schoenstatt. Motivados por el jubileo de los 50 años del santuario de Sion en Schoenstatt y como un homenaje a nuestros Padres de Schoenstatt, algunos redactores y columnistas de schoenstatt.org – Eduardo Shelley, Monina Crivelli, Paz Leiva, Ignacio Serrano, Juan Zaforas – después del jubileo celebrado el 30 de agosto, redactaron preguntas y el P. Juan Pablo Catoggio les contestó “con mucha alegría”. —

“Muy interesante la nota, con ganas de seguir leyendo las próximas preguntas”, se lee en otro comentario. Aquí está la anhelada segunda parte, donde hablamos con el P. Juan Pablo Catoggio sobre temas como internacionalidad, inculturación, la “virtualidad” como respuesta al distanciamiento social y cómo se mantienen los Padres de Schoenstatt.

Padres de Schoenstatt de Argentina y Paraguay

Parece que a los padres no les basta con subir al monte Sion, sino que prefieren subir a aviones. En la historia de la comunidad se destaca la tendencia a los viajes intercontinentales. Hubo viajes de Alemania a Estados Unidos… Los primeros seminaristas alemanes viajaron a Argentina para ser ordenados, después los primeros, y no solo los primeros novicios, viajaron de Sudamérica a Alemania para ser formados, y recientemente los novicios de Estados Unidos y los europeos buscan su fortuna y futuro en el noviciado de Paraguay.

¿Cómo fue su experiencia personal de ir a Alemania para hacer el noviciado y toda la formación, junto a hombres jóvenes de tantas culturas, en un país tan lejano y diferente del propio? ¿Podría compartir algunas anécdotas? ¿Cómo es ahora la experiencia de los novicios europeos que hacen su noviciado y formación en América Latina?

 

»Ciertamente, el Instituto de los Padres de Schoenstatt es esencialmente internacional por su propia identidad y por historia: nació así. Hoy debemos decir “multicultural”. Creo que esta experiencia marcó y enriquece siempre a nuestra comunidad, no podría imaginarme de otra manera.

Estoy muy agradecido por cómo Dios me fue guiando en mi vida. La experiencia internacional me ha marcado muchísimo. Me siento muy argentino, pero de alguna manera mi patria es Schoenstatt y la Iglesia, y estoy en casa en cualquier lado. No lo digo por decir algo lindo. Lo siento así. Schoenstatt, el mismo P. Kentenich, me abrieron la cabeza y el corazón a lo universal. Después, el contacto con otras culturas – de África o de la India – me hizo descubrir en toda su riqueza la verdadera universalidad y misionalidad de la Iglesia y, a su vez, me hizo comprender mucho más profundamente a Schoenstatt y a la misión del P. Kentenich.

Participación en el Congreso de Laicos en España

Después de décadas de “Europa – América Latina” como tensión creadora (o no tan creadora a veces), ¿Cómo ve ahora el aporte de los Padres de Schoenstatt en África (Burundi, Congo, Nigeria) y Asia?

»Recién empezamos a experimentar la enorme riqueza de estas culturas. Lo he dicho muchas veces: el futuro de la Iglesia está en Asia y África. Hoy ya lo vivimos, especialmente las comunidades de vida consagrada. Se trata de un proceso recíproco de inculturación, de un dar y recibir, de integrar, con apertura y sin prejuicios – que aún hay muchos, inconscientes quizá -: por un lado, hay que “inculturar” Schoenstatt en estos nuevos mundos, traducirlo al lenguaje vital de otros pueblos, y al mismo tiempo se trata de acoger e integrar los grandes valores de esas culturas en Schoenstatt. Si descubrimos la riqueza de otras culturas, vamos a descubrir riquezas desconocidas de nuestro propio carisma, estoy seguro.

En todo caso, es un desarrollo que inspira el mismo Espíritu Santo y que no tiene vuelta atrás. Hace 25 años se ordenaron los primeros padres de la India y hace 15 los primeros africanos. Hoy son ya casi una cuarta parte de la comunidad. Es un desafío muy grande y fascinante a la vez.

P. Pedro Kühlcke, pastoral carcelaria y programa de resocialización

No se pueden separar los Padres de Schoenstatt de cuestiones generales que surgen en el momento actual en el Movimiento de Schoenstatt. Hablemos sobre dos: la corriente de retorno y la “virtualidad” a la cual nos llevó el año del coronavirus.

La corriente de retorno: ¿Cómo ve el P. Catoggio el rol de América Latina en el Schoenstatt de los siguientes 50 años, tanto entre consagrados como entre laicos?

»No me quiero extender demasiado. Conocí Schoenstatt en 1970, poco tiempo después de la muerte del P. Kentenich en 1968. Ese mismo año fue la conferencia del Celam en Medellín y, simbólicamente, también la muerte del Che Guevara. Argentina, y América Latina en general, atravesaban tiempos difíciles. En esos tiempos de entusiasmo por la “patria grande” ocurrió mi encuentro con Schoenstatt. En Schoenstatt hablamos mucho de la misión del 31 de mayo, de la “contracorriente” o del “cambio de circulación”. Pablo VI (Medellín) llamó a Latinoamérica “el continente de la esperanza”.  Creo firmemente en la misión cristiana de América Latina. A la vez, creo que nos falta más conciencia de misión y más espíritu misionero. Nos cuesta salir de nuestras “zonas de confort” y “salir” a llevar la Buena Nueva del Evangelio de Jesucristo y del mensaje de Schoenstatt a otras tierras. A veces pienso que el P. Kentenich creía más en nuestra misión que nosotros mismos. Por supuesto, esto vale de toda la Familia de Schoenstatt, indudablemente de todos. Sueño con laicos, con familias, que salgan a misionar a otras tierras.

Rueda de prensa durante la JMJ 2019 con el P. Alexandre Awi

La «virtualidad»: Ante las restricciones impuestas por el coronavirus y los consecuentes y obligados cambios tecnológicos, ¿de qué forma prevé que se cambien las dinámicas? Por ejemplo, ahora podemos asistir a misa (virtualmente) en el santuario original o en cualquier santuario del mundo donde un padre de Schoenstatt o un sacerdote diocesano se las ingenia para la transmisión en vivo. De la misma manera recibimos un bombardeo de mensajes desde Schoenstatt en las redes sociales y al mismo momento podemos participar en un sinfín de conversatorios, foros, paneles, charlas y preparaciones para la alianza de amor de manera virtual y en el país de nuestro gusto.

 ¿Eso fortalecerá a los movimientos en cada país o nos llevará a una mayor centralización, aunque sea virtual? 

»Las nuevas tecnologías en comunicación son sin duda muy útiles e importantes. No podemos prescindir de ellas en la vida actual ni tampoco en la tarea de evangelización. Precisamente estos medios nos ofrecieron múltiples posibilidades en este año de pandemia. No soy ningún especialista en el tema, pero es evidente que estos medios pueden ayudar a cultivar vínculos ya existentes, pero no pueden generar esos vínculos cuando no existen. Y más claro aún, es que pueden ser muy útiles, pero no reemplazan a los vínculos personales reales y concretos. El Papa Francisco ha advertido de ello en varias oportunidades, que la Iglesia es comunidad real y personal, que nunca puede ser sustituida por encuentros virtuales, lo mismo respecto de la Eucaristía.

Para Schoenstatt este tiempo de pandemia trajo curiosa o paradójicamente un vínculo mucho más fuerte con el santuario original, pero mucho más aún una revalorización del santuario del hogar. Eso me parece fundamental. Estoy convencido que el santuario hogar es un aporte fundamental de Schoenstatt a una verdadera revolución cultural.

No veo qué relación tienen los medios virtuales con la centralización. Más bien se me ocurre que los medios de comunicación masiva, tan fácilmente accesibles y manejables, contribuyen mucho a una democratización o popularización de toda información.

Al servicio de la Juventud Masculina, Cruzada de María

Los padres de Schoenstatt tienen un Papa argentino y un superior argentino. 

¿Eso confirma que Dios es argentino o solo es la señal del fin de los tiempos?  ¿Cuál es para usted el sello de este pontificado? ¿Qué lo marcó en sus encuentros del 2014 y 2015?  ¿Algo para imitar?

 

»En Argentina decimos que Dios es argentino y que tienen sus oficinas en Buenos Aires… Yo también lo creo, y creo firmemente que Dios es también chileno y brasileño, alemán e italiano, nigeriano e indio, americano y ruso. Es todo para todos.

La opción por las periferias es una marca del pontificado del Papa Francisco: los pobres, los ancianos, los inmigrantes y refugiados, los marginados de todo tipo, aquellos que esta sociedad descarta. Para Francisco la Iglesia es madre, es casa para todos, es hospital de campaña. Por eso la Iglesia es María. Por eso la Iglesia ha de salir al encuentro de todos. Y estas son las opciones del Papa porque su primera opción fundamental es el Evangelio, y el Evangelio es salvación, es misericordia y alegría. Estos son los acentos constantes que Francisco anuncia de palabra y en gestos. Él está en contacto vivo con la gente, las familias, los jóvenes, los hombres y mujeres de hoy.

De su persona me impresiona muy especialmente su plena libertad, no hay nada que lo condicione, no le importa la crítica ni el aplauso, ni el éxito o el fracaso, no tiene miedo a nada. Y en todo mantiene una paz y serenidad increíbles. Él mismo la llama una “santa inconsciencia”. Esa actitud me inspira mucho.

Nigeria

Una pregunta más “doméstica”: ¿cómo viven y se mantienen los padres? ¿Cómo les afectó este año la pandemia del coronavirus en su economía?

»Buena pregunta. Experimentamos día a día cómo Dios en su providencia cuida de nosotros. Esa conciencia nos hace “pedigüeños”, pero más que nada muy agradecidos. Naturalmente la providencia se vale de muchas “causas segundas”, de muchos instrumentos, como acentuamos en Schoenstatt. La providencia tiene muchos rostros concretos. No sabría decir con exactitud, pero una fuente de ingresos importantes son los trabajos rentados de muchos padres, cuando están en colegios o instituciones de ese tipo. Por ejemplo, nuestras fundaciones en la India o África se mantienen en parte por padres de esos territorios que trabajan en parroquias en Alemania, donde los sacerdotes reciben un buen sueldo. Eso significa que varios padres no pueden trabajar en tareas más nuestras en sus países, pero es la única manera de sostenernos económicamente.

Otra entrada en algunos casos son las colectas en ciertos lugares. Esta entrada naturalmente ha desaparecido en este año de pandemia y confinamiento. Y una gran parte de nuestros ingresos son donaciones y ayuda del movimiento y de personas amigas que con su apoyo hacen posible nuestro trabajo. Son muchos los que, con pequeños o grandes aportes, pero siempre grandes en generosidad, nos están sosteniendo. A nuestra querida Mater y a todos los que nos ayudan valgan las palabras del P. Kentenich: “fidelidad a la misión sea nuestro Deo gratias”.

 

<strong>Donaciones</strong>
Cuenta bancaria en Alemania (Zona Sepa)
IBAN DE 17 4006 0265 0003 1616 00
BIC GENODEM1DKM
Uso previsto: general – o país – o proyecto
Para pedir cuentas locales: generaloekonom@schoenstatt-fathers.org

 

India

Se continuará el 11.10. con preguntas y respuestas no menos interesantes… Promesa.

Página oficial de los Padres de Schoenstatt: www.schoenstatt-fathers.org

¡Pues entonces se llaman Sion!

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1 Responses

  1. Como señala el Padre Juan Pablo, el Papa Francisco nos invita a tener una opción preferencial por los pobres, los ancianos, los inmigrantes y refugiados, los marginados de todo tipo, aquellos que esta sociedad descarta. Yo soy parte de un tipo de marginación social, y marginación schoenstattiana. Yo soy homosexual, parte de la gran comunidad LGTBIQ+. Soy schoenstattiano desde mis 17 años, con 33 años de Alianza. Participé del movimiento, de sus comunidades oficiales, 17 años. Pero, a mis 35 años, cuando se supo públicamente que yo era homosexual, las puertas de las comunidades oficiales se me cerraron automáticamente. Fue un gran dolor que me costó años superar (y creo que aún duele un poco). Es cierto que los estatutos de las comunidades oficiales existen desde tiempos del Padre Kentenich entre nosotros. Pero, los tiempos cambian, las sociedades cambian, las culturas evolucionan, incluso los paradigmas cambian. Sin embargo, debido a mi orientación sexual, debo contentarme con ser un peregrino de schoenstatt, en términos oficiales. Schoenstatt es mi vida, Dios es mi vida, el Padre Kentenich es mi vida. Pero mi amada Familia Internacional, en cuanto a estatutos formales u oficiales, sólo me permite «mirar desde fuera». Ojalá que Sion pudiera vivir preclaramente esta invitación de nuestro Papa Francisco, y de esa manera, gente marginada por su orientación sexual, tenga la posibilidad de vivir Schoenstatt dentro de alguna de sus Comunidades Oficiales. Ojalá Dios me regale estar vivo para apreciar ese momento.

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