Publicado el 2014-07-02 In Vida en alianza

Una Iglesia que está dispuesta a escuchar, a servir, una Iglesia peregrina en camino…

Erzbischof Dr.Robert Zollitsch segnet die Pater-Kentenich-Statue  - Foto: Fischer

ALEMANIA, mda. „Una Iglesia que está dispuesta a escuchar y se interesa con atención por aquello que necesitan los hombres de nuestros días; una Iglesia servidora, que no da importancia a la apariencia externa, sino que se pregunta cómo pueden estar apartados los incomprendidos y los necesitados; una Iglesia peregrina, que está siempre en camino y no se basta a si misma, que está dispuesta a llevar a otros a su camino y a dejarse sorprender por Dios, que es más grande que lo que nos imaginamos. Intuimos lo actual y central que es todo esto, para anunciar el Evangelio de manera creíble. Y lo agradecidos que estamos, por tener al Papa Francisco, que vive de este Espíritu – junto con él podemos hacer realidad nuestra visión de la Iglesia”. Bajo el sol abrasador, frente al santuario de Oberkirch , en Baden, se hace el silencio. Todos escuchan. Robert Zollitsch, hasta el 28 de junio aún administrador diocesano del Arzobispado de Friburgo, donde ha servido como arzobispo durante 11 años, no pronunció un discurso de despedida meditativo. Por el contrario, dirigió un mensaje fuerte y claro a la Familia de Schoenstatt, que coloca aquí en este día una estatua del padre Kentenich y celebrará en unas semanas su jubileo. Un jubileo en el que, según Zollitsch, no se trata de “mirar hacia atrás con nostalgia y deleitarse en los recuerdos. Se trata de que retomemos lo que a través de nuestro fundador irrumpió e impulsó a la renovación de la Iglesia”.

La vista pasa por el polvoriento estacionamiento. Entre bicicletas, coches e instalación de megafonía para la orquesta, brilla sobre un intenso naranja el lema del Centro Internacional de Schoenstatt en Belmonte, en Roma: “Construyamos con su visión”. Con la visión del Papa Francisco de una Iglesia que está dispuesta a escuchar, a servir, de una Iglesia peregrina en camino… con la visión de un Robert Zollitsch. El viento repentino, que sopla sobre la plaza, secando las perlas de sudor, no es el Espíritu Santo. O ¿quizá si? “Porque no se trata de mirar hacia atrás con nostalgia y deleitarse en los recuerdos. Se trata de que retomemos lo que a través de nuestro fundador irrumpió e impulsó a la renovación de la Iglesia. Ha puesto la llave en nuestra mano, para que demos testimonio de Jesucristo en el alterado mundo actual; Vivir la fe, que no depende de ratificaciones o influencias; una fe resistente a la intemperie, que indique el camino al futuro. Depende de nosotros interiorizar la tarea que él nos entregó”.

Seguimos en camino – él viene

La iniciativa de colocar una estatua del padre José Kentenich surgió hace unos años en el círculo de peregrinos de Milwaukee alrededor del rector Dr. Rainer Birkenmaier.

Estatuas de bronce del padre Kentenich – la primera se colocó en 1985, centenario de su nacimiento y se encuentra hoy en el vestíbulo de la Casa de los Padres, en el Monte Sión, en Schoenstatt – existen hoy en muchos Centros de Schoenstatt y en numerosas variantes. La “estatua de Oberkirch” es una copia de la de Milwaukee, como la de Belmonte en Romay la de Memhölz/ Algovia, en Baviera. Poco a poco se fue ganando a la Familia de Schoenstatt – y ahora está aquí. Está en el santuario y espera.

En este 22 de junio se colocará al lateral del santuario. “¿Por qué erigimos su figura de bronce en nuestro centro diocesano, en Marienfried?” pregunta el arzobispo Zollitsch. “Para unos se pone de manifiesto que 100 años después de que se fundara nuestra familia de Schoenstatt, seguimos en “él viene” de plena actualidad. También 100 años después de que el padre José Kentenich se reuniera con los estudiantes en la capilla de san Miguel, para sellar la Alianza de Amor con la Virgen, podemos vivir de la fuerza de la Alianza de Amor. Para otros está hoy de plena actualidad encontrarse con nuestro padre fundador, para dejarnos inspirar por él. Personas que lo conocieron, contaron que era un director espiritual, con una personalidad impactante, que los acompañó como un padre. Experimentaron un sacerdote, que se dejaba impresionar y que renovó sus vidas, porque estaba presente para ellos, les escuchaba y los conducía”. Esta era la Iglesia que él anhelaba, y que su familia debe conformar. Ahora, en la Era Francisco. Desde aquí y desde todas partes, en la fuerza de la gracia del santuario de Roma, que tiene esta misión.

Entre „Fressgässle“, Revival 2005 y música de viento

La eucaristía fue preparada con gran dinamismo musical – bajo la dirección de Wilfried Röhrig und Gertraud Wackerbauer. Las peticiones de los jóvenes asumieron el clima del mundial de futbol. Durante el saludo de la paz se descubren amigos y conocidos de Belmonte, de Memhölz, Munich, Wurzburgo, Münster, Colonia, Stuttgart… Entre los concelebrantes, que fueron saludados al comienzo por el director diocesano P. Lukas Wehrle, se encuentra el padre Lothar Penners, director del Movimiento de Schoenstatt en Alemania; de Schoenstatt han llegado también jóvenes de distintos países, que se encuentran allí ayudando a la preparación del jubileo – y que al final de la fiesta y, acompañados por la banda, cantaron un par de canciones. ¡Incluso se vuelve a escuchar la canción del festival de la juventud de hace casi 10 años!

La mayoría van tras la misa a la “Fressgässle“ (para los que no son de Baden y para los traductores: “Milla de la restauración”), siguiendo el olor de las delicias y sobre todo mucho helado y bebidas frías… los que rezaron pidiendo buen tiempo, han sido escuchados en abundancia.

Cuando la orquesta empieza a tocar fuerte y animadamente, no se puede oír ni la propia voz en el stand de información de Belmonte, allí cerca. Sin perder tiempo logra Rainer Birkenmaier que un par de hombres fuertes recojan la carpa naranja y la pongan en un sitio más conveniente. Iglesia peregrina. Los utensilios restantes y el equipo del stand peregrinan detrás; y como los sitios a la sombra escasean, muchos se agolpan dentro de la carpa y entablan conversación.

A la sombra de Belmonte

Entonces, ya ha llegado el momento. Él viene. El padre Lukas Wehrle y la hermana M. Elena Karle moderan la celebración para la bendición de la estatua del padre Kentenich. El arzobispo, los demás sacerdotes y los monaguillos se sientan a la sombra de Belmonte. Y, en cierto modo, es lo apropiado.

Testimonios de encuentros con el padre Kentenich: el chico de la foto durante la visita del padre Kentenich a Oberkirch, Raimund Stockinger, quiere seguir caminando de su mano hoy, como padre de familia, igual que entonces. La joven que lo encontró como padre en Milwaukee,mque aprendió a confiar en él durante una grave enfermedad…Todos le esperan. “Una escultura tan hermosa y sugerente no puede hablar. Por ella no vamos a enterarnos de nada”, dijo el arzobispo Zollitsch durante la misa, “ Pero: puede despertar interés. Está en el espacio y nos desafía. No podemos pasar indiferentes a su lado. Y nos recuerda que el padre Kentenich estuvo en Oberkirch en septiembre de 1967. Nos invita a profundizar lo que nos dijo aquí a la familia de Baden – y en el jubileo nos invita de manera especial a preguntarnos cómo mantener vivo lo que el padre Kentenich impulsó hace 100 años y cómo llevó ese impulso a la Iglesia”. De eso se trata. Para eso se saca ahora esta estatua del santuario. “Ojalá no se ponga enfermo”, dijo un niño de pocos años. “No se puede rodar de espaldas”. Conseguido, un poco de tambaleo, silencio tenso, hasta que se atornilla y la estatua queda en pie. El arzobispo Zollitsch bendice solemnemente la estatua. Ahora él esta aquí.

La mano en la mano

Y ahora viene el gesto quizá más espontáneo y profundo del día. El arzobispo Zollitsch da un paso al frente y le da la mano al padre Kentenich. En silencio, sencillo, auténtico. Y después lo hacen los demás, y los que van llegando…

„Aún tengo carne de gallina“, dice una señora al despedirse.

“En el momento en que he puesto mi mano en la suya, se me ha puesto la cerne de gallina. Porque…” No necesita aclarar nada. Tampoco puede. Habla el brillo de sus ojos. Él ha venido.

Original: alemán. Traducción: M. Paz Leiva, Madrid, España

Homilía de Mons. Dr. Robert Zollitsch (pdf)

FOTOS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicado el In Vida en alianza

Una Iglesia que está dispuesta a escuchar, a servir, una Iglesia peregrina en camino…

Erzbischof Dr.Robert Zollitsch segnet die Pater-Kentenich-Statue  - Foto: Fischer

ALEMANIA, mda. „Una Iglesia que está dispuesta a escuchar y se interesa con atención por aquello que necesitan los hombres de nuestros días; una Iglesia servidora, que no da importancia a la apariencia externa, sino que se pregunta cómo pueden estar apartados los incomprendidos y los necesitados; una Iglesia peregrina, que está siempre en camino y no se basta a si misma, que está dispuesta a llevar a otros a su camino y a dejarse sorprender por Dios, que es más grande que lo que nos imaginamos. Intuimos lo actual y central que es todo esto, para anunciar el Evangelio de manera creíble. Y lo agradecidos que estamos, por tener al Papa Francisco, que vive de este Espíritu – junto con él podemos hacer realidad nuestra visión de la Iglesia”. Bajo el sol abrasador, frente al santuario de Oberkirch , en Baden, se hace el silencio. Todos escuchan. Robert Zollitsch, hasta el 28 de junio aún administrador diocesano del Arzobispado de Friburgo, donde ha servido como arzobispo durante 11 años, no pronunció un discurso de despedida meditativo. Por el contrario, dirigió un mensaje fuerte y claro a la Familia de Schoenstatt, que coloca aquí en este día una estatua del padre Kentenich y celebrará en unas semanas su jubileo. Un jubileo en el que, según Zollitsch, no se trata de “mirar hacia atrás con nostalgia y deleitarse en los recuerdos. Se trata de que retomemos lo que a través de nuestro fundador irrumpió e impulsó a la renovación de la Iglesia”.

(más…)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *