COSTA RICA, Iván y Marcela Ortega Castillo. Estábamos finalizando nuestra Jornada de fin de semana con la Hermana María Auxiliadora Bohórquez, una de nuestros asesores de Federación acá en Costa Rica, sobre el Dogma de la Inmaculada Concepción… Fue un día un poco nublado y con suave brisa; algunos de nuestros hijos nos acompañaron ese día desde temprano, compartimos en misa y luego los más grandes jugaron y entretuvieron a los más pequeños, esto mientras terminábamos la jornada con la Hermana y hacíamos el cierre del fin de semana… pero qué ¡cierre tuvimos ese día!, no lo habíamos dimensionado en ese momento.

El resto de los hijos fueron llegando, y estábamos listos para empezar, claro, no sin antes tener un delicioso almuerzo para compartir con nuestras familias, con las bellas familias de nuestro querido Curso de Federación… unas deliciosas hamburguesas preparadas por un matrimonio hermano, también de curso, que cocinan riquísimo…

Empezamos a cantar, bailar, aplaudir… todos sonreíamos… como cuando el Espíritu Santo bajó a los Apóstoles

Eran ya las dos de la tarde y nos dirigimos al Santuario Hogar de la finca El Tremedal, de la familia Hutt Cabezas, todos vestíamos camisas blancas y se respiraba un espíritu de alegría, de entusiasmo, aunque un poco de incertidumbre de la actividad… pasaron solo unos pocos minutos cuando Tony empezó a tocar la guitarra y todos empezamos a cantar con él el coro de la bella canción que él mismo había escrito hace algún tiempo “Hijos de la Guerra”… canción que como postulantes del Segundo Curso de Federación acordamos regalarla a la Mater en este año del Jubileo, celebración de los 100 Años de la Alianza de Amor con María del Padre Fundador…

Empezamos a cantar, bailar, aplaudir… todos sonreíamos… como cuando el Espíritu Santo bajó a los Apóstoles y les hizo hablar en lenguas… no hubo que rogar ni pedir a nadie que cantara o aplaudiera, todos lo hacían con naturalidad, con alegría… el Espíritu de Dios también nos acompañó ese día.

¿Por qué Hijos de la Guerra?

En un momento Tony detuvo la guitarra y preguntó… “Antes de seguir cantando quiero que me digan, ¿por qué Hijos de la Guerra?… no podemos seguir cantando si no conocemos el verdadero significado de lo que cantamos…”

Empezaron a salir los comentarios, y fue bonito escuchar que todos estábamos conectados con el verdadero significado de esa frase, de la canción… somos Hijos de la Guerra, el movimiento nació con la primera guerra mundial, y esto no impidió que el movimiento fuera creciendo la fuerza y perseverancia de los primeros congregantes, le fueron dando vida a esta grandiosa obra… y qué decir con la segunda guerra mundial, donde se desarrolló con más fuerza, Schoenstatt acostumbrado a luchar a pesar de todos los contratiempos, por la conquista de grandes ideales, en medio de estas guerras, y actualmente con la guerra de antivalores que vivimos hoy en día, todo esto no ha impedido que la obra del Padre Kentenich desaparezca, al contrario, sigue creciendo y dando fruto en muchos países, ciudades, familias, matrimonios, jóvenes, niños…

Y esto lo pudimos vivir mientras grabábamos el video de la canción, cuándo cantábamos pasaban por nuestras mentes pasajes de esta gran lucha, de esta suave violencia que hicieron nuestros primeros congregantes y que ahora nosotros deberíamos de continuar…

La luz de nuestros ojos no podía brillar más

Fue una linda experiencia, ver cómo niños, jóvenes y adultos, compartíamos ese día con esta canción, mientras cantábamos nos veíamos unos a otros, y la luz de nuestros ojos no podía brillar más… lo estábamos disfrutando, nos lo estábamos creyendo, se lo estábamos dedicando a la Madre más bella de todas, a nuestra querida Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt… no nos importó si cantábamos desafinados, si bailábamos sin ritmo, o si íbamos en contra del movimiento del grupo… lo hicimos con naturalidad, libres, con magnanimidad…

Mientras tanto, Tony, el autor de la canción nos dice: “Mi frase testimonio es que cuando escucho la canción y la frase de hijos de la guerra, me pasa como una película de cómo nuestro fundador logró todo esto en su misión personal y la de toda la familia.  Esto me da mucha fuerza para cumplir con la misión que me ha tocado a mí.  La canción tiene la fuerza de la Alianza…”.

COSTA RICA, Iván y Marcela Ortega Castillo. Estábamos finalizando nuestra Jornada de fin de semana con la Hermana María Auxiliadora Bohórquez, una de nuestros asesores de Federación acá en Costa Rica, sobre el Dogma de la Inmaculada Concepción… Fue un día un poco nublado y con suave brisa; algunos de nuestros hijos nos acompañaron ese día desde temprano, compartimos en misa y luego los más grandes jugaron y entretuvieron a los más pequeños, esto mientras terminábamos la jornada con la Hermana y hacíamos el cierre del fin de semana… pero qué ¡cierre tuvimos ese día!, no lo habíamos dimensionado en ese momento.

(más…)