Publicado el 2013-12-05 In Vida en alianza

Peregrinación desde Bariloche y Villa La Angostura, Argentina, hasta el Santuario más cercano: Puerto Montt, en Chile

ARGENTINA, Clara Bianco Herbón. Recorremos a diario muchos caminos, algunos con alegría, otros con tristeza, otros por obligación, pero hay un camino que hacemos con especial disposición y alegría: es el que conduce a la casa de nuestra Reina y Señora, la Virgen María.

 

 

 

Todo ser humano necesita un hogar en cualquier etapa de su vida, necesita vincularse a un lugar que sienta como suyo, como punto de referencia del que se parte y al que se vuelve, un espacio para sus vivencias íntimas, para satisfacer sus necesidades… es algo fundamental para la salud física, psíquica y espiritual.

Dios, que conoce esta realidad del ser humano ¡porque lo creó así! regala estos lugares especiales, lugares santos, lugares de gracias, en los que se experimenta que Él mismo es el hogar, como lo dice San Pablo. “En Él somos, nos movemos, existimos” (Hch.17-18)

Por eso llegaremos a la casa del Padre, al hogar del Hijo y de su Madre, María.

En el Santuario Dios congrega a la familia para el encuentro, la celebración gozosa, la reconciliación y para compartir el alimento de Vida, que fortalece y enciende.

El peregrinar da también la posibilidad de crecer, no en ideas nuevas sino en el descubrir como Dios va actuando en el corazón de las personas que caminan con uno. Así, en el tiempo que dura la peregrinación, los extraños se vuelven amigos y los amigos se tornan hermanos, todos con una historia parecida, todos con un Padre y una Madre que cobijan y transforman.

María nos estaba esperando

En ese espíritu y con el corazón abierto para recibir lo que la Mater tenía preparado para cada uno de los peregrinos, el lunes 18 de noviembre llegamos más de veinte personas al Santuario de Puerto Montt en el vecino país, donde esperaban los hermanos chilenos que celebraban ese día el decimotercero cumpleaños del Santuario.

El viaje fue un poco más largo de lo previsto, pero se hizo llevadero pues se habían preparado muchas canciones que se cantaron acompañados por la guitarra.

Entre los peregrinos había una gran cantidad que visitaba por primera vez un Santuario de la MTA.

El Padre José Parodi (Instituto de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt) que reside en Bariloche, celebró la Santa Misa en el Santuario. Fue por demás emotiva ya que recordó no sólo el día de la Alianza sino al Padre y Fundador cuyo cumpleaños se celebró el 16 de noviembre.

Cada peregrino llegó con sus alforjas repletas de cosas para entregar a la Mater: penas, alegrías, preocupaciones, anhelos y las dejó al pie del altar sabiendo que María las tomaba y regalaba a cambio todas las gracias del Santuario.

En la Alianza de Amor no hay fronteras

Fue un día maravilloso, compartido con la gente de Bariloche que nos acompañó en esta primera peregrinación. Por cierto no será la última, ya que el de Puerto Montt es el Santuario más cercano a nuestra ciudad.

Es mi deseo que en un futuro seamos muchos más los que iniciemos este camino de peregrinación que nos invita vincularnos con nuestros hermanos, a abrir el corazón y a recibir las gracias que la Mater quiera regalarnos para cumplir con la misión que cada uno tiene señalada. Como así también profundizar nuestras raíces schoenstattianas para poder cantar con el Padre y Fundador:

¿Conoces aquella tierra cálida y familiar
que el Amor eterno se ha preparado:
donde corazones nobles laten en la intimidad
y con alegres sacrificios se sobrellevan:
donde, cobijándose unos a otros,
arden y fluyen hacia el corazón de Dios;
donde con ímpetu brotan fuentes de amor
para saciar la sed de amor que padece el mundo?

¡Es mi terruño, es mi tierra de Schoenstatt!
(Hacia el Padre, Nº 600)


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Peregrinación desde Bariloche y Villa La Angostura, Argentina, hasta el Santuario más cercano: Puerto Montt, en Chile

ARGENTINA, Clara Bianco Herbón. Recorremos a diario muchos caminos, algunos con alegría, otros con tristeza, otros por obligación, pero hay un camino que hacemos con especial disposición y alegría: es el que conduce a la casa de nuestra Reina y Señora, la Virgen María.

 

 

 

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