ARGENTINA, P. Javier Arteaga. Hoy (13 de marzo) hemos participado del anuncio del nuevo y esperado Papa. Grande fue nuestro asombro e inmensa la alegría, como argentinos, cuando se pronunció el nombre del Cardenal Jorge Bergoglio. Impresionó verlo en el balcón de la basílica de San Pedro vestido con la sotana blanca del Sumo Pontífice; era él mismo, saludándonos con su voz amable y su sonrisa serena. Con sencillez y serenidad nos invitó a todo el mundo a vivir en el amor fraterno y como signo de unidad rezó el Padrenuestro y el Avemaría.
Antes de impartirnos la bendición apostólica urbi et orbi hizo un gesto que nunca visto en otro Papa pero muy típico de él: nos pidió que rezáramos por él y pidiéramos a Dios que lo bendiga. Humildad, sencillez y sabiduría vivida desde el corazón de Cristo Jesús. No es extraño que por todo esto haya elegido el nombre de Francisco. Un gran signo de esperanza.
Queridos hermanos los invito a dar gracias a Dios por el Papa Francisco I y pidamos para él el don del amor, la fortaleza y la sabiduría en su misión de conducir y guiar a la Iglesia en esta nueva etapa. Pongamos su pontificado bajo la protección amorosa de la Sma. Virgen.
Carta del P. Javier Arteaga, Director del Movimiento de Argentina, a la Familia de Schoenstatt de Argentina, 13 de marzo de 2013
¡Bienvenido sea el Santo Padre Francisco a gobernar la barca de Pedro! Y no lo dejemos solo en ello. Ayúdemosle con nuestra oración y con nuestro trabajo cotidiano, con nuestro amor a la Iglesia Católica, con la vivencia profunda de nuestra Alianza de Amor. Ahí donde el Señor y la Mater nos pongan. Que el ‘Dilexit Ecclesiam’ pronunciado y vivido por nuestro Padre Fundador sea la respuesta que demos hoy también nosotros. Adsum!