USA, Fr. Jesús Ferrás. Esta mañana (11 de febrero) muy temprano, recibí un mensaje de texto de uno de nuestros jóvenes universitarios diciendo “mi compañero de habitación acaba de decirme que el Papa renunció!” Y yo pensé, ¡debe estar bromeando! ¿Será esto real?
Después de haber leído la declaración del Santo Padre, admiro su profunda humildad y audacia en su decisión de renunciar a su tarea de Obispo de Roma y Sumo Pontífice. Él humildemente admite que no posee la fuerza mental y física para liderar a la Iglesia en tiempos de “rápidos cambios” y que es «sacudida» por cuestiones profundas acerca de la “vida de fe”. Esto requiere mucho conocimiento propio además de humildad en admitir estas limitaciones ante el mundo entero. Al mismo tiempo, él nos está mostrando las exigencias que tenemos en estos momentos de la historia. Condenó “el dictador del relativismo” y explicó con sin igual claridad los riesgos de las tendencias morales que hoy en día estamos enfrentando, pero asimismo, apreció los anhelos espirituales de los jóvenes y les pidió llevar a la Iglesia a la autenticidad.
Cómo tomar decisiones
El Santo Padre también dijo en su anuncio que después de haber examinado repetidamente su conciencia delante de Dios, él llegó a esta certeza. Otra lección para nosotros: en cómo debemos manejar siempre las decisiones más importantes en nuestras vidas. Sólo debemos tomar nuestras decisiones después de cuidadosa oración y un examen de conciencia, después de haber escuchado la voz de Dios con honestidad y objetividad. En las enseñanzas de nuestro Padre y Fundador y en la forma en que tomó decisiones, tales como la libertad de renunciar e ir al campo de concentración de Dachau o ser honesto y escribir la carta del 31 de mayo sabiendo que no iba a ser bien recibida por autoridades de la Iglesia, aprendemos a enfrentar preguntas importantes en nuestras vidas y ser firmes al respecto.
Que sea un tiempo de más oración que de especulación
Otra vez estamos viviendo momentos históricos en la vida de la Iglesia. Esto demanda de nosotros, hombres y mujeres formados en Schoenstatt para los nuevos tiempos, una renovada responsabilidad. Nuestra respuesta, a la luz de la Divina Providencia, es nuestro Sí para ayudarla, ya que ejercemos un rol de liderazgo dentro de la Iglesia. Este momento también nos da la mejor oportunidad para interactuar con la sociedad, y abiertamente hablar y enseñar a aquellos que no son parte del rol o misión de la Iglesia en el mundo actual.
En esta fiesta mariana de Nuestra Señora de Lourdes, recemos a María, Madre de la Iglesia, para que nos de un líder y pastor que esté en condiciones de liderar nuestra Iglesia en este punto de la historia. Entonces, para mí, este tiempo es mucho más de oración que de especulación. Como schoenstattianos, es tiempo de reafirmar nuestro amor por la Iglesia y nuestro amor por la persona del Santo Padre.
Carta enviada al Movimiento de Schoenstatt en Texas, EEUU. El P. Jesus Ferrás es el Director del Movimiento. Fuente: Boletín “Movement Director`s Update”, Edición Especial.
Traducción: Pablo Ibarra
