ROMA, P. Stephan Mueller. Fue el viernes 7 de diciembre de 2012. Después de días plenos de recorrer los «santos lugares» de Roma, se reunieron más de cien peregrinos alemanes en el Centro Internacional de Schoenstatt en Belmonte. Ese día se colocó en el Santuario la placa «Ave María».
Primero, escucharon a través de tres testimonios, noticias de este lugar santo y la vida que fluye de aquí. La Hermana Ivone, asesora del Movimiento de Schoenstatt en Italia, contó el «milagro» que sucede especialmente por medio de la creciente Campaña de la Virgen Peregrina en toda Italia, de la gran fiesta de la coronación de la MTA como Reina de la Nueva Evangelización en la que Italia estuvo representada por ochenta peregrinos y de la vida que diariamente crece en torno al Santuario de Belmonte, que cada vez más se identifica como el Santuario del Movimiento de Schoenstatt italiano. El P. Georg Egle, que desde hace tres años y medio se desempeña como rector del Santuario y se ocupa de la construcción de la gran casa de peregrinos y jornadas, contó de los «milagros» que se ven en el progreso de la construcción de la Domus Padre Kentenich y explicó a los presentes las próximas necesidades. Don Stefano, como lo llaman en Italia al nuevo rector del Centro, P. Stephan Müller, puso en el centro de su alocución el «milagro» que se produjo con relación a su liberación de su compromiso diocesano para estar al servicio de Belmonte. Sí, el Dios de la vida trabaja aquí y ahora, y obra milagros en el entorno del Santuario Matri Ecclesiae.
Unidos a la Familia de Schoenstatt local
En la Misa de la víspera de la gran fiesta de la Inmaculada Concepción de la Sma. Virgen, celebrada con el frío romano en la gran sala que se está construyendo en la Domus Padre Kentenich, junto con el director del Movimiento de Schoenstatt en Italia, P. Ludovico Tedeschi, Padre de Schoenstatt, llegaron representantes de las diversas ramas que viven en Roma. Querían estar allí cuanto se colocara la placa «Ave María» en el Santuario del Centro Internacional.
En la homilía, el P. Georg Egle dijo: «En el futuro cuando entremos aquí, en Belmonte, a nuestro Santuario Matri Ecclesiae, notaremos que está esta placa con las palabras ‘Ave María’, lo que será una invitación a saludar a nuestra Madre. Ella responderá a nuestro saludo y lo aceptará cariñosamente, nos escuchará y comenzará un fecundo diálogo. Nuestro Fundador, el Padre José Kentenich, nos ha sugerido que saludemos con frecuencia a la Sma. Virgen y que también nos dejemos saludar por Ella».
Nuestra Alianza, tu Misión
Volvió a retomar con un proceso de vida del equipo que vive y trabaja en Belmonte. En el antipendio (frontal) que llegó al Santuario con el lema del año 2014 «Tu alianza, nuestra misión», se leía en el idioma materno de las tres Hermanas brasileñas que viven y trabajan en el entorno de Belmonte y que pertenecen a la Provincia que regaló el «Ave María», «Nossa Aliança – tua missão» (Nuestra Alianza, tu misión). ¿Un error de imprenta, y justamente en portugués? «Comenzamos a interpretarlo de otra manera», dijo el P. Egle. «Esto fue obra del Espíritu Santo que quiere venir sobre nosotros tal como lo hizo con la Virgen María. Él quiere que lo sigamos. Tu alianza, querida Madre, debe transformarse en nuestra alianza. Tenemos que sellar la alianza de amor entre nosotros, no solamente con la Sma. Virgen, no solo con el Dios Trino. No, entre nosotros. En camino al 2014 quiere que la alianza de amor sea una alianza mutua. Por lo que debemos comenzar por los que hablan portugués. Queremos comenzar aquí, en Belmonte, en el Centro internacional y entusiasmar a mucha gente por esto. La alianza de amor nos guía hacia una gran solidaridad mutua».
Una silenciosa referencia al Padre Kentenich
Antes de que la placa Ave María fuera colocada finalmente en el Santuario, la Hna. M. Ivone contó a la concurrencia algo muy especial acerca de este cuadro: el bordado fue hecho orando por dos Hermanas en Atibaia, Brasil, la sede de la Provincia de estas Hermanas de María. Por cada una de las 22.550 mostacillas y piedras que aplicaron, han rezado un Avemaría a la Sma. Virgen pidiéndole: «¡Borda conmigo!». Las iniciales «JK» que han bordado, remiten desde luego al Padre Kentenich, que estuvo tres veces en Belmonte. Hay también dos fechas en el bordado: una es el 8-12-65, cuando el Padre Kentenich estaba en la Casa de las Hermanas de la Divina Providencia, en Roma, y habló sobre la Iglesia en las más nuevas playas en el sentido de un «Acta de fundación» para el Santuario de la MTA en Roma; otra es el 2-2-66, cuando hizo una breve peregrinación a la ermita de Belmonte que se había bendecido en su ausencia el 8 de diciembre anterior, como una piedra fundamental simbólica para el futuro Santuario. Habló allí sobre la «Visión de Simeón en la Candelaria» y sobre la visión de la Candelaria con respecto a Schoenstatt, para el Santo Padre y los obispos. El marco del cuadro Ave María, lo regaló un grupo de la Hna. M. Carol, en Milwaukee, EE.UU., que viajó de nuevo a Roma desde esa ciudad, acompañándola desde el lugar del exilio a la ciudad del Papa.
El cuadro fue bendecido y acompañado procesionalmente a su lugar definitivo. Le recuerda a la Familia de Schoenstatt internacional su misión de colaborar para garantizar a toda la Iglesia un alto grado de amor a María, es también una invitación para dejarse saludar siempre de nuevo por la Mater Ter Admirabilis, y saludarla a Ella con un ¡Ave, María!
Traducción: aat, Argentina
