ARGENTINA, María Francisca Sosa. Cuando vivía aún con mis padres, a los 17 años, nos cambiamos de casa al antiguo y querido barrio que me vio crecer cuando llegamos del sur argentino. Con el tiempo, cuando comenzamos a ambientarnos con el barrio y los vecinos, una señora muy simpática y amable llamó a la puerta para preguntar a mi madre si le gustaría recibir la visita de Nuestra Sra. de Schoenstatt y acompañarla con el rezo del rosario. Así lo hicimos durante los días que estuvo entre nosotros.
Yo no la conocía, era la primera vezque veía a la Mater. Pero al mirarla encontré tanta paz y emoción que me puse a hablar con ella, ¡le hablé tan profundamente como una hija!
Con el tiempo supe que la señora que la traía todos los meses era Delia de Arcati: ¡la primera misionera de Paraná!
Empecé a trabajar, y una de mis compañeras, también nueva como yo, me regaló una estampa de la Mater pegada en una cuerina de forma redonda, y la novena al Padre con su foto, ya que ella era de Schoenstatt e iba al Santuario. En ese entonces tenía 19 años.
Encuentros y reencuentros
Actualmente tengo 53 y desde entonces llevo la imagen de la Mater y la estampita del Padre en mi bolso, cartera, en los lugares donde he vivido: Río Gallegos, Río Negro, San Antonio Oeste y actualmente nuevamente en Paraná, Entre Ríos.
Y hoy soy misionera y sellé la Alianza con Ella. ¿Quién me preparó para ser misionera? ¡La señora Delia de Arcati, a quien encontré nuevamente después de tantos años!
Y llegué a la Alianza por la señora Tita de Ríos, a quien le conté sobre mis padres y ella me llenó de tranquilidad, de fuerzas y luego me propuso hacer la Alianza de Amor.
Sí, ¡esto es un testimonio! Y como verán, ¡aún conservo la estampa de mi Padre y Fundador en mi cartera!
También quiero destacar mi paso por la escuela de dirigentes que ha organizado la Hna. M. Sofía en la vecina ciudad de Santa Fe.