Publicado el 2011-02-09 In Vida en alianza

Cara a cara con Cristo Jesús

Misiones familiaresCHILE, Flia. Silva Merino. El pasado 22 de enero nos embarcamos en la que sería una de las experiencias de amor más grandes que hemos vivido como familia: habían comenzado las Misiones Familiares de Graneros, la primera experiencia para nosotros, bajo el lema «COMO FAMILIA UNIDA, ENCONTRANDO A CRISTO HOY».

 

 

 

Misiones familiares

Una experiencia de corazones, donde ser misioneros nos implicaba ser acogedores, servidores y profundamente comprometidos en la oración.

Muchos días de sol, de calor, de cansancio nos quisieron vencer, pero la fuerza espiritual y el amor de Dios nos inyectaban de optimismo y energía para servir, prevaleciendo en nosotros, transformando nuestras vidas y la de otros.

Un infinito agradecimiento a todas y cada una de las personas que hicieron posible estas misiones, desde el comienzo al final.

Momentos intensos

Jefes jovenesLa Misión Interna fue maravillosa, el relacionarnos entre tantos y por tantos días…, los momentos de oración, de envío, la misa diaria, el rezo del Rosario por la mañana, la adoración al Santísimo, realmente llenaban el espíritu, la cercanía del Padre Juan Pablo hicieron de esta Misión Interna un espacio de armonía y paz, fortaleciendo nuestro espíritu con fe y oración. Vivimos momentos realmente intensos, fuertes, llenos de sentimientos de amor y mucha reflexión, logrando ser y transformándonos en una comunidad de corazones.

Más allá de la pobreza

Misión puerta a puertaLa Misión Externa sobrepasó cualquier expectativa que pudiéramos haber tenido…, encontrarse en este camino con tantas realidades, en que el común denominador va más allá de la pobreza, si no que pasa más bien por una soledad del alma, mucha necesidad de amor, de ser escuchados y de simple compañía, sin embargo la generosidad de todas las personas misionadas fue infinita, marcando nuestras vivencias día a día.

Humanidad compartida

Con una gran conciencia como familia y como seres individuales, podemos decir que hemos experimentado, sin poder explicarlo teóricamente, el encontrarnos cara a cara con Cristo Jesús. Esta humanidad compartida nos invita a volver, a seguir en este hermoso compromiso de amor y verdad.

Cultivaremos más aún la capacidad de darnos, de servir con alegría y escuchar con el corazón tal como lo hace nuestra Madre y Reina.

Aprendimos a mirar con los ojos del corazón

Misiones familiaresHoy, ya en casa y mirando con más calma lo vivido, sentimos que el tiempo transcurre de manera distinta, no sabemos si de manera más lenta o no, sólo sabemos que ya nada será igual en nosotros, que este compromiso de amor caló profundamente en nuestras vidas, y hoy, teniendo la certeza profunda del llamado de Dios, podemos decir: que aprendimos a mirar con los ojos del corazón y nos encontramos corazón a corazón como familia, como misioneros y como hijos de Dios.

Profundamente agradecidos de Dios, sentir el Espíritu Santo en nuestras vidas y a todas esas maravillosas personas, familias y niños de Graneros que nos abrieron las puertas de sus casas y sus corazones, dejándonos ser parte de sus vidas y su historia.

Gracias, Madre nuestra, por estar siempre con nosotros.

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