Publicado el 2010-09-18 In Vida en alianza

Jornada social 2010: protagonistas de una sociedad incluyente

Jornada SocialARGENTINA. Diego Asili. El fin de semana, 11 y 12 de septiembre, se llevó a cabo en la sede nacional de Schoenstatt la Jornada Social y Política, lugar de encuentro de gente que se ocupa de tareas sociales y de ofrecer soluciones a los problemas que presenta la Argentina. Algunos pertenecen al movimiento, otros no, pero comparten los mismos valores y buscan herramientas eficaces para lograr su meta. Un alto nivel de disertantes y una amplía aceptación y participación por parte de los concurrentes lograron un resultado superior al esperado.

«Ciudadanos de una Patria para Todos»

P. Ángel StradaA las 8 de la mañana del sábado 11 de septiembre, comenzó a llegar a Nuevo Schoenstatt gente de muchos puntos del país. Las expectativas eran grandes, y eso justificó viajar toda la noche en auto o en ómnibus, o madrugar unas cuantas horas para tomar un avión. Casi un centenar de personas se congregaron en la sede nacional de Schoenstatt buscando llevarse «algo» de todo lo que la jornada ofrecía a priori.

El Padre Javier Arteaga – director nacional del Movimiento – al hacer la presentación de la jornada invitó a trabajar en la construcción de la cultura de la alianza, una cultura en la que el diálogo, el consenso, lo federal, el encuentro, sean lo que primen. Convocó, en este año del Bicentenario del primer gobierno patrio, a hacer un esfuerzo más en construir esta «Patria para todos» a la que impulsa el lema del año, sobre todo acentuando estas pautas de la cultura de la alianza, que no es otra cosa que lo que presentan los obispos en la Carta para el Bicentenario.

«Los dejo ahora con una conferencia muy interesante: el Padre Ángel Strada» fueron las palabras con las que anunció a un Padre de Schoenstatt muy querido – y extrañado – por la Familia argentina, que actualmente es el postulador de la causa de beatificación del Padre Kentenich. El P. Ángel, con su reconocida capacidad intelectual y pedagógica, propuso encontrar herramientas para trabajar, no soluciones. Dividió su charla en cinco capítulos, perfectamente relacionados entre sí, con una capacidad que muy pocos tienen al dar una conferencia de tal calidad. El primero fue el paso de ser habitante a ser ciudadano, el segundo, la vocación de ser protagonistas hoy, el tercero: la Familia constructora de patria, el cuarto: la patria constructora de familias y el quinto: Con María, haciendo historia en los pequeños ámbitos.

«Ciudadanos de una Patria familia»

Partiendo desde una severa y acertada crítica de la sociedad argentina actual, el P. Strada aludió a la actitud épica que, según el Cardenal Bergoglio, debía tomar el ciudadano. Comenzando por lo más simple: cumplir los puntos básicos y puntuales que nos pueden convertir en una nación. «Hay cosas que se oponen a este paso de habitante a ciudadano, principalmente el desánimo ante la crisis, la parálisis del ‘no te metas para complicarte inútilmente’ y esto lleva a renunciar al protagonismo». Expresó: «Se nos invita a ser estos protagonistas que la sociedad hoy esta necesitando…». Desde el sentirse parte, desde la comunicación y participación que necesite el hombre, abarcó el tema de la familia: «si uno no se siente parte de ningún lugar, y en primer lugar en su familia, difícilmente se sienta parte como para comprometerse con su patria». La propuesta del Padre Kentenich en la pedagogía de Schoenstatt es el crear familia, el debatir desde el amor y no desde el confrontamiento. Las dinámicas de inclusión del pueblo tienen que basarse en las dinámicas que lleva esta familia, debe crear ámbitos de participación, tanto desde los pequeños proyectos sociales que son tan necesarios, como de los grandes proyectos.

Invitó a plantearse en la vida diaria qué cosas podemos cambiar, qué se puede aportar. El saber discernir en estas cosas es el inicio de los pasos prácticos que se deben dar para hacer ciudadanos virtuosos, inclusivos. Y esta inclusión se debe hacer siguiendo el ejemplo de María, que nunca excluyó a nadie, la que creó a su familia incluyente, y fue ejemplo aun cuando la sociedad de su tiempo tampoco la acompañaba. Para culminar con una exposición de tan alto vuelo, enunció: «Debemos unirnos para construir un nuevo orden social, participado junto a la Santísima Virgen, aún teniendo la posibilidad de quedarnos cómodamente sin hacer esfuerzos ‘inútiles'».

Los vínculos, riqueza de toda la jornada

El inicio de la jornada ya dio temas para conversar, algo que debe acompañar necesariamente todo buen almuerzo. Luego de la Misa, los más de treinta jóvenes presentes fueron los primeros en comenzar a dialogar. Las diferentes «tonadas» que denotaban lo federal del encuentro eran un atractivo extra para todo el que participaba y observaba la situación. La posibilidad de vinculación que ofrece cada comida o taller en la jornada social de cada año es uno de los momentos de mayor riqueza: el encuentro con personas de otras provincias o ciudades, relacionadas con el hacer político o social, incluso muchas veces participando en obras similares, renueva el entusiasmo de todos los que trabajan en lo cotidiano intentando cambiar esta sociedad. Así como también a los que se acercan con el afán de encontrar una respuesta a esa búsqueda interna que los trajo a la jornada, ese: ¿qué puedo hacer yo por mi ciudad, por mi país, por el mundo?

El no al asistencialismo para dignificarse en valores

La tarde, según lo manifestaba el programa, iba a ser muy movida. El diputado nacional Héctor «Toti» Flores, fue el encargado de dar la primera conferencia vespertina: «De la dádiva a la autogestión». Una conferencia realmente motivante, un testimonio fuerte, de una persona que hace no muchos años llegó a Buenos Aires, habitando en una villa de La Matanza, una de las zonas más pobres que circundan la capital de la Argentina, con la única meta de poder conseguir empleo como obrero en alguna de esas inmensas fabricas del lugar. Ingresó en una fábrica que hace doce años fue una de las muchas que quebraron como consecuencia de una política económica errada. «La recomposición del aparato productivo de un país que repentinamente dejó sin trabajo a dos millones de personas iba a ser lenta; la única solución que vimos fue unirnos como trabajadores desempleados, que luego recibieron el nombre de piqueteros». «Hice todo lo que han hecho los piqueteros, pero era lo único que podíamos hacer, habíamos perdido todo», contaba Flores. «Muchos ya éramos grandes para reinsertarnos en el aparato laboral, y sentíamos mucha culpa por no habernos actualizado, por no poder llevar la comida a nuestra casa. Y esa lucha te destruye, hace que no puedas pelear por tu dignidad. En ese momento aparecieron los ‘planes sociales’ (dádivas estatales a cambio de ‘lealtades’ partidarias), que convirtieron a esos grupos piqueteros en grupos politizados. Nosotros tuvimos la singularidad de rechazar esos planes sociales. «Trabajar pasó a ser para nosotros un valor importante y decidimos formar una cooperativa», cooperativa que paradójicamente es de producción de servicios y no sólo de trabajo autónomo. La formación de la cooperativa, los pasos que fueron dando, algunas de las muchas situaciones que vivieron, sumado a lo difícil que fue, y aún es, dejar de lado los prejuicios, condimentaron una conferencia que llenó de fuerza a todos los que lo escuchaban en el salón de conferencias. Su adhesión a esos valores que lo llevaron a decir que no al ofrecimiento del «Plan trabajar», lo llevaron también a acercarse a la política, a fin de trasmitir esos valores, que según sus propias palabras, «se encuentran en lo más profundo del hombre».

La solidaridad como respuesta a las crisis socio-económicas actuales

Los testimonios motivan, mueven a la acción, pero se necesita una sólida formación para que esos movimientos tengan un fundamento racional que permita superar los momentos de desencanto o lo rutinario. Esta respuesta la dio la conferencia de la Dra. Norma Ruiz de Falcón, de Puerto Rico, en la que expuso las ideas que contiene su un libro sobre el pensamiento socio-económico del Padre José Kentenich. Versa sobre la solidaridad: una respuesta a los problemas ocasionados por las «soluciones» que presentan los partidos políticos tradicionales. Las propuestas estructurales que presenta el Padre Kentenich, a partir de la conversión religioso – moral, son propuestas para renovar el orden social. Parte de una visión orgánica e integral, capta lo natural y sobrenatural como un todo. Ya que la crisis económica actual es una crisis moral, la pedagogía que presenta el fundador del movimiento para llevar a la práctica los principios rectores de un nuevo orden social y económico, impregnado por principios basados en una mentalidad orgánica, son el mayor aporte para la Iglesia, la doctrina social y el mundo. Un orden social más justo se logra por una justa redistribución de la propiedad, pero no como el comunismo sino como un cierto modo un cooperativismo, en donde Dios es el único gran propietario y la propiedad privada debe tener la carga de la justicia y el amor.

Recaudar fondos, algo más que sólo recaudar

Se acercaba la noche cuando Lucia Berraondo expuso con ideas claras y prácticas el tema siempre complicado de la recaudación de fondos. Tema muy importante para todos, «el recaudar fondos no es sólo eso, es mucho más, es un proceso en el que construimos relaciones, invitamos a la gente a unirse a nuestro proyecto, a nuestra causa». Una exposición útil tanto para pequeñas organizaciones como para grandes «buscadores de soluciones sociales». Datos prácticos, acompañados de anécdotas y ejemplos, siempre iluminados por el faro de la ética.

Talleres: de la teoría a la práctica

La cena volvió a ser el momento de descanso necesario, para distenderse y seguir aprovechando en pequeñas charlas todo lo vivido. Luego los talleres sirvieron para continuar con estas ricas actividades, recaudación de fondos, voluntariado, a cargo de Mercedes Alfonso y un taller sobre política a cargo de la senadora paraguaya Ana de Acha (miembro de la Federación de Familias de Schoenstatt) dividieron en tres al gran grupo de participantes. Cada uno pudo elegir libremente lo que quería compartir, profundizar más, despejar dudas, o también obtener herramientas para su acción en el mundo.

El fogón a cargo de los jóvenes, en el que participaron también algunos valientes «jóvenes de corazón» que pudieron mantenerse despiertos, cerró el día sábado. Juegos, música, y las ya clásicas guitarreadas en el Santuario, fueron la conclusión de un día pleno.

Nuevo día, nuevas actividades

El domingo las cosas arrancaron muy temprano. La Santa Misa a las siete y media fue un lindo despertar, luego el desayuno y a comenzar con las actividades. Comenzaba una media jornada muy cargada, igual que la del día anterior.

La juventud de Mar del Plata presentó «Generación Dar», que ofrece semanalmente talleres de guitarra, cocina, títeres, danza y computación en un barrio pobre de la ciudad. Un panel de pocos minutos, pero de mucho ímpetu.

La política, una misión

Luego llegó la conferencia esperada por muchos de los políticos presentes. La presentó la Dra. Ana de Acha, senadora paraguaya por el partido Patria Querida, que fue fundado por integrantes de la Federación de Familias de Schoenstatt. La idea nació en su Curso, cuando constataron que las ONG que habían fundado no podían cumplir su función de transformadoras de la sociedad porque no estaban acompañadas de políticas acordes.

En una charla amena, surgieron experiencias vividas en el comienzo de este proyecto de grandes dimensiones. Los pilares en los que se apoyaba el partido debían ser el consenso unánime hacia afuera, con las discusiones internas siempre adentro del partido. Con transparencia, denunciando la corrupción, denunciando siempre, aún sabiendo que al otro día debían encontrarse con aquellas personas a quien estaban denunciando. Poco a poco, dando el ejemplo, otros partidos fueron modificando sus actitudes. Son conscientes de que tienen muchísimo por trabajar, y muchísimo por hacer por Paraguay, siempre entendiendo a la política como la misión que Dios tenía preparada para ellos. La senadora presentó un modelo que captó totalmente el interés de la concurrencia, pero sobre todo demostró que es posible generar un cambio.

A trabajar y a esperar los frutos

ParticipantesLas ganas de trabajar eran inmensas. Los talleres, un buen lugar para encauzar toda esa energía, los pensamientos que surgieron durante las conferencias. Dos talleres estupendos, uno de política en donde se plantearon enunciados concretos y se planificaron pasos a seguir. El otro taller, a cargo del Padre Ángel Strada, dio pautas de reflexión y prácticas para poder mantener el carisma dentro de las instituciones.

La oración de envío en el Santuario Nacional fue el cierre de una jornada espectacular, una jornada que había generado muchísimas expectativas, las que indudablemente fueron colmadas. Luego del almuerzo, de las fotos de despedida, y del ritual del intercambio de direcciones de correo electrónico, los concurrentes partieron para sus hogares, sin duda, con muchas cosas para pensar, con mucho por hacer, pero también muy motivados y llenos de esperanza.

 

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