Publicado el 2009-10-20 In Vida en alianza

La vivencia de un amigo que fue por primera vez a Tuparendá un 18 de octubre

18 de octubre en Tuparenda - Fotos: Marcelo LuzardiPARAGUAY, Sandra Lezcano. Nos ha tocado vivir un hermoso día de alianza, el cielo despejado y el sol en todo su esplendor; por la tarde la clausura del año jubilar con la misa de las 16hs. Invito a dos amigos que me acompañen a Tuparendá, ninguno de ellos schoenstattiano, por lo que camino al Santuario les iba comentando sobre la importancia del dia 18 de octubre, hablamos sobre el año jubilar para la familia de Paraguay, mientras íbamos admirando el paisaje que rodea las cercanías de nuestro querido Tuparendá. Dejamos estacionado el vehiculo un poco distante a la entrada del Santuario y al empezar a caminar rumbo al mismo, uno de mis amigos comenta: «Es mi primera vez en este lugar».


Celebrando 50 años con MaríaEn ese momento sentí que la Mater me estaba utilizando para llevar nuevos peregrinos a su tierra, que Ella obraría de manera especial en ese corazón. Entonces tomamos el viejo sendero que se dirige hacia la parte trasera del Santuario. Una multitud nos acompañaba en este trayecto, todos con prisa pues la misa iniciaba. Metros antes de llegar al lugar de la celebración eucarística pedí a mi amigo que al volver a casa me dé testimonio de lo que experimentó en Tuparendá. Con franqueza quería su percepción de lo que encontraría en este lugar tan especial para mí. Un día de alianza es un sentimiento común para los que estamos dentro del Movimiento, pero ¿para los que no? Realmente tenía curiosidad por saber lo que sentiría en este lugar de gracias, por lo que la Mater sembraría en su corazón.

Fue imposible no sentir la fe de toda esa gente

Hoy 19 de octubre, día siguiente a la clausura del jubileo de los 50 años de Schoenstatt en Paraguay, fui gratamente sorprendida con el mail de mi amigo que decía lo siguiente:

«No pude permanecer en ese lugar (Tuparendá) sin admirar su belleza, la naturaleza, los bosquecitos que abren camino hacia el Santuario. La sensación de un abrazo caluroso del sol a medida que se iba ocultando la tarde.

Fue imposible no sentir la fe de toda esa gente que llegaba junto a la Gran Mamá a demostrarle su afecto o quizás buscando su intercesión tras un pedido especial.

Procesión de entradaPara quienes no somos del Movimiento pero interpretamos con el corazón abierto se hacen claras las palabras mencionadas en la homilía del sacerdote (P. Antonio Cosp) que citaba una frase de su Fundador: «Madre, preserva mi corazón, mi alma y mi cuerpo puros». Esas palabras me llegaron al corazón e hicieron estremecer mi piel. El tiempo perdía sentido ante tanto mensaje por recibir, y puedo decir que su Fundador se ha encargado de hacerme entender mediante el relato de la historia que he escuchado sobre los inicios del Movimiento en nuestro país que las palabras conmueven pero los ejemplos arrasan. Me doy cuenta de que el P. José Kentenich, aunque ya no esté físicamente con ustedes, sigue arrastrando gente con su ejemplo de vida.

La mirada de la Virgen María, más allá de transmitirme cierta nostalgia, me transmitió también una infinita alegría. Por último, al peregrinar hasta el Santuario para la bendición final, una gran fiesta con músicas y danzas tradicionales, más que deleite para los sentidos, transmitieron la gran felicidad de los presentes por cumplir un año más de Schoenstatt en esta tierra que tanto precisa del amor sin fin de una madre como Ella. Al finalizar la misa pedí en silencio para que todos los que han recurrido a Ella sean dóciles a la voluntad de su hijo amado. Quedo agradecido por compartir este momento contigo».

La Mater sigue conquistando corazones

Con esta vivencia me queda claro que la Mater sigue conquistando corazones con su mirada, y el Padre Kentenich sigue predicando con su vida.

Definitivamente ha sido un día de Alianza muy especial para mí.

4 Responses

  1. Calu dice:

    Impactante testimonio. Gracias Mater querida por mostrarte en forma tan evidente cuando quieres llegar a tus hijos a quien amas tanto!!!

  2. Leticia dice:

    Este relato me lleno de emoción, y mas al saber que la Mater cuenta con aliados como vos para conquistar nuevos corazones.

  3. Carmen Gloria Ramírez dice:

    Que hermosa la vivencia en el Santuario de Tuparendá.
    Eso me remonta a 1981, momento en que asistí junto a mi mamá a la bendición del Santuario. Yo estaba en el séptimo mes de embarazo de mi tercer hijo,Joan. Para mí fueron momentos de Cielo!
    El acogimiento increíble de toda la familia Paraguaya,de quienes hasta el día de hoy estoy agradecida.
    Fue un regalo de la Mater!!!

    unida en la Mater y el Padre,
    Carmen Gloria Ramírez Siqués
    CAM -Zona Cordillera – Santiago de Chile

  4. Vivian dice:

    Gracias por compartir este hermoso testimonio con todos.
    Sandrita, vos sos un instrumento predilecto porque tenés el corazón abierto al querer del Padre. Seguí así amiga y hermana!!

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