ARGENTINA, Juan Barbosa •
El 26 de octubre de 2012 será una fecha que no olvidaré mientras viva. Esa noche, en el santuario del Mar y de la Paz, donde nació la corriente de vida en Argentina, de la mano de un puñado de valientes con Roberto Horat a la cabeza, entregué a nuestra Madre y Reina mi sueño: Fundar madrugadores en Córdoba, mi provincia. Ella tomó muy en serio mi sueño y nos dio su adsum. —
Ella actuó primero
Un viaje de trabajo motivó mi presencia en Comodoro Rivadavia, una importante ciudad del sur de Argentina con enorme potencial petrolero, y decidí tomar contacto con Daniel González Teruel, integrante de la entonces Obra de Familias (hoy Liga Apostólica de Familias) del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, a quien había conocido un par de años antes en un encuentro en Córdoba.
Compartimos el almuerzo que se extendió menos de lo que hubiésemos querido que durase, dejando en claro algo que a nadie asombra: Schoenstatt es una familia en su Madre.
Luego de la jornada laboral, suena mi celular y Daniel me dice que “aquí hay dos mendocinos que te quieren saludar así que nos encontremos”. Fijamos el lugar y llamé a uno de ellos, Rolly Gómez y nos informamos sobre nuestras vestimentas, ya que nos íbamos a encontrar y ¡no nos conocíamos! Una locura típica de los schoenstattianos… ¿Habrá sido una idea “solo nuestra”?
Un encuentro coronado por mucha alegría y algunos sueños
Cuando nos encontramos, nunca sobran el tiempo ni los temas. ¡Hablar de la familia es nuestra pasión! Con ellos dos y con Andrés Manressa, el otro mendocino que me contaba Daniel, comenzamos a hablar sobre Madrugadores, ya que los tres lo son y me contagiaron mucho entusiasmo, por cierto. Yo sabía algo sobre la corriente de vida, ya que me había impactado leer en esta misma página sobre los Madrugadores en Coronel Suárez, una importante ciudad del interior de Buenos Aires. Se habían juntado con sus familias y regalaron a su ciudad ¡la limpieza de sus accesos! ¡Me reflejaron un compromiso concreto por el otro!
Yo viajaba de vuelta esa noche, pero les propuse que comiéramos juntos. Andrés tenía un compromiso laboral y no pudo venir, pero los otros tres, extrañándolo, decidimos compartir la mesa.
Ella nos esperaba (y nosotros no lo sabíamos…)
La cena fue realmente algo fantástico. Ya en un clima de confianza mucho mayor todavía gracias al intercambio previo, una idea (y solamente una) rondaba en mi cabeza a modo de pregunta… ¿Por qué no tener Madrugadores en Córdoba?
A los postres, les dije: muchachos…tengo algo que decirles… ¿Podemos ir los tres al santuario ahora (eran cerca de las 23,00 hs y Daniel siempre tiene la llave)? Quisiera depositar un sueño y dejarlo a los pies de la Reina. ¿Vamos?
Los tres frente al altar, en una fresca, pero muy preciosa noche, rezamos abrazados pidiendo a María que me ayudara a llevar la corriente de vida a mi querida Córdoba.
Cantamos “Para los próximos 100 años” y, sin deseos, dejamos el santuario. ¡Todo en ella!
María tomó muy en serio la propuesta
El siguiente 17 de noviembre de 2012, con otros cuatro enamorados de María (merece otra nota), fundamos la primera comunidad en el santuario de la Vida y la Esperanza del Cerro de Las Rosas en Córdoba.
A nueve años de aquella tan fuerte vivencia y con ocho comunidades formadas, más otras que están naciendo, agradecemos a María su enorme fidelidad y su presencia constante y fiel entre nosotros. ¡Y vamos por muchas más comunidades cordobesas para la Reina!
Grupo mas nuevo de madrugadores de Córdoba
