mda. Ya pasaron los titulares de los medios internacionales: las inundaciones desastrosas en La Plata, Argentina. Lo que queda son imágenes de destrucción y de una solidaridad impactante, de una grandeza humana que quizás no es noticia, pero que es esperanza real. Entre los primeros en expresar su solidaridad y enviar una donación estuvo el Santo Padre. Miembros del Movimiento de Schoenstatt de Argentina, convocados por el Director Nacional, el Padre Javier Arteaga, se sumaron a los esfuerzos de las redes de Caritas y otros. Colaboradores de schoenstatt.org iniciaron una cadena de oración desde España a Chile, desde Alemania a Sudáfrica, Portugal, Austria… e hicieron llegar sus pedidos al altar del Santuario Original en la Misa “hacia el 2014” del sábado 6 de abril.
Inundaciones: “A mamá se le ahogaron 7 perritos y perdió casi toda la historia de su vida en papeles, fotos, cartas de puño y letra de los que ya no existen, partidas de nacimiento, estampas de bautismo, cartas de novios con mi papá, poemas, fotos de la infancia nuestra, de los viajes, dibujos de la niñez, títulos y certificados, acuarelas de mi papá. Partes de la intimidad y de la identidad de cada uno de nosotros. Todo mojado, desteñido y borroneado por el agua…“.
“Que pena más grande…Hay que seguir rezando y pidiendo por los que aún han perdido más, como ser un familiar, un amigo o lo han perdido todo y no tienen el dinero para recuperarlo. Ofrezco mi capital de gracias por tantos que están sufriendo, en alianza solidaria, comenta Tita A, de Viena, Austria.
Solidaridad espontánea
“Queridos hermanos en la Alianza de cada diócesis del país: por los gravísimos daños causados por el temporal de ayer en la zona de la Capital Federal, Gran Buenos Aires y especialmente La Plata, necesitamos toda la ayuda posible…¡Ayudemos!”, escribió el P. Javier Arteaga. La solidaridad gigantesca con los afectados por el temporal e inundación, la colaboración de todos: en momentos como estos se muestra lo mejor de los hombres (lo peor también, como se ve en saqueos y trabas burocráticas) y lo que a veces parece una ilusión y anhelo como imposible.
La solidaridad es gigantesca, cuenta una colaborada de schoenstatt.org: En Buenos Aires no dan abasto los voluntarios (la mayoría espontáneos, pero dirigidos por diversos grupos muy bien organizados, como Un Techo para mi País, Cáritas, Banco de alimentos, Cruz Roja, etc.) en clasificar la ropa donada, empaquetarla y cargar camiones. Frente a la catedral cargaron 7 grandes camiones, con 8 toneladas de donaciones. Una empresa de carga donó el transporte con sus camiones y muchos empleados y obreros, luego de su trabajo, van a ayudar. Mucha gente que lleva donaciones se queda para ayudar. ¡Todo esto nace voluntariamente de la población, no del gobierno!
En una zona pobre, Villa Elvira, literalmente desaparecieron las viviendas más endebles. Las llevó la correntada, muy fuerte. Y también llevó gente, de la que aún no se tiene noticias!!! Quedaron en el piso las marcas donde estaban las casas. A buena distancia, los restos de las paredes, ropas, muebles destrozados… y gente llorando, muchos niños. Hasta allí no llegó el Estado, solamente los voluntarios que trabajan muchas veces sin dormir…
En el centro porteño, donde los empleados tienen una pausa para el almuerzo, en las oficinas hicieron colectas y en esa pausa ¡vaciaron los supermercados! Compraron alimentos y productos de higiene de primera necesidad, y los llevaron a la Catedral, donde hay camiones que los llevan a La Plata, todo organizado por Cáritas con la colaboración de centenares de personas. Había una fila de autos de varias cuadras, esperando para descargar donaciones. Juan Carr, fundador de la Red Solidaria, dijo que hasta ahora se recibieron alimentos como para proveer durante un año a muchos comedores infantiles… Pidió también que no nos cansemos de ayudar… y agregaría: de controlar que todo llegue a destino, porque ya hubo asaltos a camiones que iban a La Plata… Un hecho que emociona: hace diez años se inundó de la misma manera la ciudad de Santa Fe y recibió ayuda generosa de todo el país. En agradecimiento, los santafesinos están aportando una considerable cantidad de alimentos y ropa para los platenses y demás víctimas de este desastre.
La Plata – hay un Santuario, hay schoenstattianos… es nuestra familia
El Santuario de La Plata quedó sin daños. Unas familias del Movimiento sufrieron la inundación, con un metro y medio de agua dentro de sus casas, por lo que prácticamente han perdido todo. Entre ellos Kuky González de la Federación de Familias, cuyo marido hace pocas semanas murió de un infarto después de que la familia fuera asaltada en su casa…
La solidaridad, dice una de las muchas definiciones de esta fuerza que nos hace correr a la ayuda con manos, pies, dinero y oraciones, es lo que hace sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad y de un “hermano” a cada uno de los seres humanos. Es una de las gracias que el Mensaje 2014 espera como “gracia 2014”. Es la alianza solidaria, alma de la cultura de alianza. Alianza en primera persona, pues como la Alianza misma sólo se hace efectiva con la palabra “yo”.
Con aportes de los colaboradores de schoenstatt.org
