Colegio Covenant, La Plata

Publicado el 2023-03-27 In Proyectos, Schoenstatt en salida

Familias que comienzan a acercarse a la fe a través de sus hijos

ARGENTINA, Maria Fischer •

Comenzamos nuestra visita donde todo inició hace diez años, cuando Alejandra Pastene y Guillermo Ferreyra, del Instituto de Familias de Schoenstatt, juntos a María Pastene y Juan Ignacio Barrena, hicieron realidad su sueño y fundaron el Colegio “Covenant”, un colegio con la pedagogía kentenijiana. “Covenant”, alianza, se ve sobre la puerta de la casa donde funciona el nivel inicial o jardín de infantes, y alianza nos espera en la ermita, y en cada rincón de esta casa, en cada persona que nos saluda, en cada niño jugando en el jardín. —

Colegio Covenant, Nivel Inicial

Comenzamos nuestra visita donde todo inició hace diez años

“Hola Maria, nuevamente queremos agradecerte por tu visita y por la hermosa misión de difundir Schoenstatt y encender corazones. Particularmente queremos contarte que tus palabras acerca de que nuestro colegio no es un lugar donde se desarrolla la pedagogía kentenijiana sino que es Schoenstatt en sí mismo, nos ha movilizado, conmovido, ya que intentamos consagrar nuestra vida a la misión de nuestro padre fundador”, me comenta pocas horas después Guillermo Ferreyra. Es el mejor resumen que pudo y puedo dar de esta visita el 22 de marzo, el mismo día en que en Roma, en su catequesis semanal, el Papa Francisco nos habló de la iglesia que “encuentra dialógicamente el mundo contemporáneo”, proceso que “conlleva también la capacidad de cambiar los modos de comprender y vivir su presencia evangelizadora en la historia, evitando refugiarse en las cómodas zonas de la lógica del «siempre se ha hecho así»”.

En este colegio, sus fundadores, junto a muchos responsables y maestros – varios de los cuales vienen de la Juventud Masculina y Femenina – han creado un Schoenstatt que es respuesta a las preguntas reales de las familias, un Schoenstatt que encuentra dialógicamente el mundo contemporáneo en Gonnet, una localidad del Gran La Plata con unos 23.000 habitantes.

Colegio Covenant, La Plata

Guillermo Ferreyra, María Fischer, Alejandra Pastene

Hace 10 años comenzaron con 11 niños

Colegio Covenant“Hace 10 años comenzamos aquí cuatro personas con un gran sueño y once nenes, en nuestra casa paterna”, comentan Alejandra, directora del Nivel Inicial o Jardín de Infantes, y responsable de la Pastoral y la ESI (Educación Sexual Integral) y Guillermo, representante legal de “Covenant”. Hoy son 500 alumnos, desde Nivel Inicial hasta Secundario, en tres edificios modernos, limpios, llenos de luz, con grandes espacios verdes, y con la presencia de Jesús y María en cada clase, en cada rincón. Son santuarios, pienso. Santuarios abiertos a las personas de hoy.

Más tarde, al visitar el edificio que alberga los primeros dos cursos de secundaria, nos encontramos con los “fundadores orgullosos”, aquellos nenes de entonces. En Argentina es muy habitual mezclar a los alumnos del mismo grado después de un par de años. “Lo pensamos mucho”, me comentó Alejandra, “y decidimos no hacerlo. Nos pareció mas orgánico que los niños se quedaran juntos con sus amigos. Con el tiempo, entienden que no son simplemente un grupo, sino comunidad, y que es por alguna razón que están juntos. De una manera muy sencilla y orgánica, los alumnos de cada curso llegan a buscar y expresar su nombre, su ideal de curso. Cuando estábamos con los “Halcones Peregrinos”, quisimos saber si este ideal es realmente algo propio, así que les preguntamos a los jóvenes… Cuál no sería mi sorpresa (y alegría) cuando con convicción, orgullo y creatividad se turnan para explicarme todo sobre las alas grandes y fuertes de los halcones peregrinos, cómo estos saben buscar el rumbo en sus vidas agitadas, buscando ir cada vez más allá, descubrir cada vez algo nuevo, sin perderse jamás… Lo mismo pasa en el otro curso. Es auténtico, totalmente auténtico. La alegría de estos jóvenes al hablar sobre su ideal y sobre su colegio es contagiosa. “¿Les gusta ir al colegio?”. El “Sí”, acompañado por caras felices, habla por sí mismo.

Esta pedagogía de ideal comienza en el nivel inicial, y empieza tal como comenzó hace más de 100 años entre los alumnos en el valle de Schoenstatt, de la mano de José Kentenich: con historias reales de personas que vivieron una vida que inspira. Las salas en la casa del Jardín de Infantes llevan nombres de personas destacadas, y a los niños se les muestra la vida de José Engling, de Barbara Kast… y en lugar de las fotos que parecen viejas, le encomendaron a una pintora hacer dibujos.

Colegio Covenant, La Plata

Colegio Covenant, La Plata, Nivel Inicial

Evangelización desde el encuentro

“En la realidad de La Plata vivenciamos que las familias se comienzan a acercar a la fe a través de sus hijos, que reciben una catequesis orgánica, con vivencias religiosas más allá de la formación. Es lo que Francisco plantea cuando nos insta a volver al Kerigma”, dice Guillermo. Comienzan a hablar de las Misas en el colegio con el P. Tommy Nin Mitchell, su llegada a los niños, de la alegría de los alumnos más grandes al preparar estas Misas para y con los más chicos, de las visitas a santuarios cercanos como los de La Plata, Sión del Padre, Confidentia o Nuevo Schoenstatt para algunas festividades, o a santuarios más lejanos durante los viajes de fin del año, como el de Córdoba o el de Rosario. “Siempre buscamos lugares con santuarios”, me cuenta Jeremías Ferreyra, director del Nivel Primario. “Compartimos el sueño de viajar al Santuario Original, en un futuro, con los egresados del secundario”…

En las familias, comenta Guillermo, no hay mucha vida eclesial o religiosa. Los niños encuentran la fe viva en el colegio, a través de palabras, gestos, cantos y formas propias de su edad y sus inquietudes. Los padres de los niños, al compartir momentos en el colegio, son personas que buscan… y encuentran respuestas a este tiempo, en lo orgánico, en la convivencia respetuosa y solidaria, en la alegría en el otro y sus dones. Un alumno por dificultades tuvo que cancelar  su participación en el viaje de fin de año tan anhelado, ya que “mi familia no lo puede pagar”. “Mientras discutíamos entre nosotros la manera de llevarlo sí o sí, aparecieron los padres de los alumnos de ese curso con la plata para el viaje de él, recaudada entre todos”. ¿Suena al “Hombre Nuevo en la comunidad nueva”? Lo es. Es Schoenstatt. Es como aquel Schoenstatt surgido y crecido en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, en la vida real. Sólo que los “congregantes”, los apóstoles de este Schoenstatt son niños (y sus maestros).

Colegio Covenant, La Plata

Dame las palabras adecuadas…

Después de nuestro recorrido por las aulas, comedores, cocinas, ermitas, santuarios hogares – incluso el con la imagen bendecida por el Papa Francisco -, nos sentamos en torno a la mesa y comenzamos a hablar…

El gran tema de la iglesia, al igual que de Schoenstatt: las palabras y expresiones “de siempre”. ¿Aferrarse a ellas, o buscar nuevas maneras de expresar el mismo contenido, el mismo mensaje? En el colegio “Covenant” optan por palabras entendibles que lleguen a la gente. Es siempre una búsqueda, un evaluar. Es un escuchar las voces del alma, un observar los procesos de vida. ¿Qué es lo que Dios, a través de ´María de la Alianza’ está gestando en los niños, en los jóvenes, en sus padres? ¿Cuál de las experiencias y ´respuestas‘ de Schoenstatt es la que en este momento podemos y debemos ofrecer? Nos encendemos mutuamente al hablar de que “sólo” hace falta que Schoenstatt se haga vida en mí, para que broten desde el corazón las palabras adecuadas.

Pues “el mundo necesita «evangelizadores que le hablen de un Dios a quien ellos mismos conocen y tratan familiarmente» (EN, 76). No es transmitir una ideología o una “doctrina” sobre Dios, no. Es transmitir a Dios que se hace vida en mí: esto es dar testimonio; y además porque «el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, […] o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio» (ibid., 41)”, afirmó el Papa Francisco horas antes. Schoenstatt (la iglesia) “debe ser una Iglesia que encuentra dialógicamente el mundo contemporáneo, que teje relaciones fraternas, que genera espacios de encuentro, aplicando buenas prácticas de hospitalidad, de acogida, de reconocimiento e integración del otro y de la alteridad, y que cuida de la casa común que es la creación. Es decir, una Iglesia que encuentra dialógicamente el mundo contemporáneo, dialoga con el mundo contemporáneo”.

En el viaje de vuelta, no paramos de hablar sobre lo vivido: Vivimos Schoenstatt – nada más ni nada menos.

Colegio Covenant, La Plata

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