Publicado el 2012-04-10 In Schoenstatt en salida

En estas Misiones se recibe muchísimo más de lo que se da

ESPAÑA, Iván Vargas-Zúñiga Mendoza. Es muy difícil expresar con palabras tantos sentimientos, pero en general las Misiones Familiares me han proporcionado un sentimiento de felicidad que hacía tiempo que no tenía. Han llenado un espacio vacío de mi corazón y lo mejor es el “poso” que deja en toda mi familia.

 

 

 

“Dad gratis lo que habéis recibido gratis”. En estas Misiones se recibe muchísimo más de lo que se da, y aunque el objetivo es el contrario, es increíble lo bien que uno se siente cuando tiene algo maravilloso que ofrecer, y lo lleno que uno está cuando lo entrega todo.

Cada uno aporta lo mejor de sí, para los demás

La Misión está llena de convivencia, de gestos de cariño, de entrega, de generosidad, de paciencia, de incomodidades, de oración, de sacrificio, de sencillez, de humildad, de amor… No hay pretensiones, ni egoísmos, ni rivalidades. Se olvida la competitividad y todo es en beneficio de todos. Cada uno aporta lo mejor de sí, para los demás, e intenta no cargar a los otros, con el trabajo que uno puede realizar.

Te da tiempo de abandonarte y de reflexionar sobre lo qué es verdaderamente importante en la vida. Te cuestionas todas las situaciones vividas y reparas en pensar por qué motivo te abren o no las puertas de las casas donde llamas, y luego si consigues entablar conversación, ponerte en la realidad del otro y hacerte cercano a sus circunstancias y problemas.

Es hacer realidad el “Nada sin Ti, nada sin nosotros”

Creo, que de cualquier forma la Misión es anunciar la Palabra de Dios, tal como Él nos lo pidió, independientemente de la aceptación que tuviéramos. Es el envío apostólico que nos da como Gracia la Mater desde el Santuario. Es hacer realidad el “Nada sin Ti, nada sin nosotros”.

Notas como la religiosidad en la sociedad está pasando a un segundo plano, y como la gente se siente más infeliz por no tener dónde refugiarse. A su vez, sientes como las personas tienen ese anhelo de recuperar vivencias profundas de Fe, que puedan darle sentido a sus propias circunstancias.

Percibes la presencia del Espíritu Santo, pues dices cosas que no tenías previsto, o te expresas de una forma diferente a la habitual. Tus hijos parecen angelitos que revolotean dentro de las casas y que se fijan y preguntan detalles insignificantes que se cargan de valor, pues tocan corazones, por ejemplo cuanto preguntan “¿Quién es el que esta en la foto? o ¿Por qué tienes puesto ese cuadro ahí?, etc. Son los primeros que corren en llamar a los telefonillos o puertas de las casas y a los que les hace mayor ilusión que abran sus puertas. Llevan con ellos a la Virgen peregrina y se sienten orgullosos de hacerlo e incluso celosos de dejársela a sus hermanos.

Tenemos más “miedos” a medida que perdemos humildad

He vivido una Semana “Santa” como nunca. He comprendido como en la humildad y en la entrega esta el verdadero Amor de Dios. También como por humildad uno es capaz de reconocer sus debilidades y pecados, y saber que Cristo murió precisamente para redimirnos de ellos, siempre y cuando dejemos a un lado el orgullo y la prepotencia. Esto lo percibí en las casas más humildes, donde te abren sus puertas de par en par y te meten en su interior y te hacen sentarte en su sala para conversar, sin miedos. Y como sin embargo, a medida que las personas van teniendo mayor poder adquisitivo y las casas son de mejor apariencia, van teniendo más reparo en que entres en su casa e incluso en algunas ni siquiera pasas del telefonillo. Tenemos más “miedos” a medida que perdemos humildad.

Vínculos

Y qué decir de los vínculos que se producen, cuando uno vive de una forma intima durante varios días bajo un mismo techo. Son lazos maravillosos y duraderos, ya que no solo se comparte la persona sino también el corazón. Se reza personalmente y en comunidad, pero en ambos casos no se reza por uno mismo, sino por los demás.

Quiero decir por último, que la renuncia a unas vacaciones por estas Misiones, es lo mejor que hecho por mi familia y por mí mismo.

Gracias personalizadas a todos y cada uno de los Misioneros (niños y mayores) por vuestra acogida a toda mi familia y por permitir ser uno más de vosotros y gracias también a todas aquellas personas que nos abrieron sus casas y nos permitieron llegar a ellos. “EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA DE VOSOTROS”.

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1 Responses

  1. Adriana Izquierdo de Salazar dice:

    Queridos hermanos en Alianza:

    Gracias por compartir sus experiencias, nosotros acabamos de participar en la I Misiones Familiares de Ecuador, en un lugar llamado San Placido,en Manabi, y sus palabras nos alientan y animan aun mas a seguir entregando lo mejor de cada uno de nosotros por nuestro Schoenstatt!

    Es hermoso sentir que no somos unos cuantos sino muchas familias repartidas por el mundo compartiendo los mismos ideales….

    Familias de Nazareth, encendidas por la mision!

    Familia Salazar Izquierdo
    Guayaquil – Ecuador

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