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Aniversario de la coronación en el Santuario de Tupãrenda
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 published: 2007-08-28

"Al cerrar los ojos vi a Maria coronada..."

Aniversario de la coronación en el Santuario de Tupãrenda

 

Tupãrenda, Paraguay: Jahrestag der Krönung der MTA zur Königin der Nation Gottes

Tupãrenda, Paraguay: aniversario de la coronación de la MTA como Reina de la Nación de Dios

Tupãrenda, Paraguay: anniversary of the crowning of the MTA as Queen of the Nation of God

Tupãrenda, Paraguay: Jahrestag der Krönung der MTA zur Königin der Nation Gottes

 

Heilige Messe. Die Missionare brachten ihre liebevoll geschmückten Pilgermütter

Santa Misa. Los misioneros llevaron sus peregrinas adornadas con mucho cariño

Holy Mass. The missionaries brought their beautifully decorated Pilgrim MTA’s

Heilige Messe. Die Missionare brachten ihre liebevoll geschmückten Pilgermütter

 
Dir bringe ich mich ganz dar…

Yo me ofrezco todo a ti...

I bring myself to you...

Dir bringe ich mich ganz dar…

Fotos: Estela Franco © 2007

 

 

 

PARAGUAY, Carola Luzardi / Gloria Casco. El domingo 19 de agosto, como también el mismo 22 de agosto, fiesta de María Reina, se celebró en Tupãrenda, Santuario Nacional de Schoenstatt en el Paraguay, el aniversario de la coronación de la MTA como Reina de la Nación de Dios.

El día 22 de agosto de 1999 la Familia de Schoenstatt de Paraguay le regaló a la Mater una corona de oro. Toda la corona se hizo con las donaciones de oro, plata y piedras que entregaron sus hijos con enorme cariño. Años después la corona fue robada, pero, como dice Mirta Etchegaray, "el gesto de generosidad material y sobre todo de entrega espiritual de mucha gente, quedó grabado para siempre en el corazón de la Mater, y eso nadie ni nada lo podrá quitar." El 20 de agosto de 2006, en el marco del 25º aniversario del Santuario de Tupãrenda, se le regaló de nuevo una corona a la "Reina de la Nación de Dios". Miles de personas llegaron con sus actas de fundación y de re-fundación personales, para ser colocadas bajo la piedra fundamental de la Iglesia de la Santísima Trinidad, símbolo de su compromiso con Schoenstatt y con Paraguay para los próximos 25 años. Llegaron para ofrecerle de nuevo a la Madre de Tupãrenda la corona que le fuera robada. Y la Reina de la Nación de Dios obra...

Necesitaba tocar la imagen de la Peregrina todo el camino

Gloria Casco, la secretaria de la Campaña del Rosario, cuenta de la vida que se encendió en Tupãrenda el domingo 19 de agosto, día de la coronación:

"Por esas cosas de la Mater.... pasé a buscar a un enfermo de nombre Miguel que me pidió que lo llevara a Tupãrenda. El tiempo estaba muy feo y él decidió no ir por miedo a que empeorara su salud. Su esposa, Maximina, me preguntó con mucha timidez si ella podía acompañarme. Desde el momento en que comenzó el viaje se sentía un calor especial que percibíamos las dos, nos pusimos en presencia de Dios y de la Mater y comenzamos a rezar el rosario ¡qué casualidad! los misterios gloriosos.

Al llegar a Tupãrenda ella me pidió permiso para llamarme:"hermana Gloria", sonreí y le dije: "no hay ningún problema, desde ahora somos hermanas; Maria es nuestra Madre"... y nos abrazamos. .

Maximina es una señora muy guapa, morocha, bajita, alegre y muy servicial . Cada vez que visita a la Mater en Tupãrenda ella dice que se siente "alegre y liberada", pero esa tarde, antes de la Sta. Misa de coronación su rostro había cambiado. Le pregunte qué le pasaba y su respuesta me estremeció: "Al cerrar los ojos vi a Maria coronada". Durante la Sta. Misa, en el momento de la comunión, ella sintió a su izquierda la presencia de Jesús y a su derecha a Maria.

Al terminar la Sta. Misa partimos en procesión al Santuario, rezando el Rosario bajo la llovizna y el frío. Maximina estaba tan recogida interiormente que necesitaba tocar la imagen de la Peregrina todo el camino. Luego nos contó que no sentía el frío porque la calidez de los peregrinos era como una fuego que la acompañaba y le daba calor... quería seguir rezando y caminando..."

La Reina se glorificó una vez más

Un peregrino le contó al Padre Antonio Cosp ese mismo día: "En nuestra granjita nos encontramos con un señor muy pobre con un cáncer terminal. Los médicos hicieron lo que pudieron y lo mandaron a casa con un ano contra natura y recomendando a sus parientes que le acompañen a un buen morir. Nosotros le llevamos la Peregrina nueve días y rezamos con él y los suyos. Al volver de un viaje fuimos a ver si ya había muerto. Su esposa nos dice: tengan la bondad de esperar que ya viene. Fue a cosechar unos minutos. Llega con buen semblante, ya sin ningún trastorno y dado de alta. La Reina se glorificó una vez más y estamos decididos a hacerla trabajar mucho más".

 


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