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 published: 2006-10-06

No se suspende por lluvia...

Un día de récords schoenstattianos en Ciudad del Este

 

Los inderretibles... en el aniversario del Santuario de Ciudad del Este

The water-proof ones... at the anniversary of the Shrine in Ciudad del Este

Die Wasserdichten im Härtetest – beim Jahrestag des Heiligtums in Ciudad del Este

 

Lleno de gente ... almuerzo bajo el techo

Crammed... lunch under a roof

Völlig überfüllt ... Mittagessen mit Dach über dem Kopf

 
 

Arreglos magnificos en el Santuario

Beautiful flower arrangements in the Shrine

Wunderbare Blumengestecke im Heiligtum

 
 

Etapa del “Qué hacemos”

Time of  “so, what now?”

Etappe des “Und was jetzt?”

 
 

El celebranto principal: ¡Vamos, heroes bajo la lluvia!

The main celebrant: Let’s go, heroes in the rain!

Der Hauptzelebrant entscheidet: Auf geht’s, Helden im Regen!

 
 

P. Pedro Kuehcke

Fr. Pedro Kuehlcke

P. Pedro Kuehlcke

 
 

Pasen, pasen, pasen...

Ahead, ahead, ahead...

Rein, rein, rein…

Fotos: Cabral © 2006

Albúm de fotos – photo album – Fotoalbum

 

 

 

PARAGUAY, Javier Cabral. El domingo primero de octubre era el día del sexto aniversario del Santuario del Terruño de Ciudad del Este, celebración que se realizaría a las 10 de la mañana frente al Santuario. Y que no se suspende por lluvia, no...

Como todos los años el Santuario había pasado por un mantenimiento anual que este año le tocó al campanario y otros detalles.

El día anterior, sábado, ya se habían colocado las numerosas sillas de plástico frente a la explanada. Se había colocado una bandera gigantesca que abrazaba el Santuario y hasta tarde a la noche los responsables de los arreglos florales trabajaron intensamente. Otros se encargaron de adornar los camineros con unas 550 flores de cartulina de colores, y también colocaron las tradicionales "pirititas", infaltables en las fiestas patronales. Son triángulos de papel colorido que se pegan a un cordel y adornan la parte superior de los accesos..

Los últimos "uno, dos, tres, probando…" de los encargados del equipo de sonido y luego todos a descansar esperando el gran día.

Domingo 01 de octubre de 2006

A las 5:00 a.m. se descargó una lluvia acompañada de fuertes vientos. Eso me contaron…

8:00 a.m.

Sale el sol, sale el sol por al lado de mi casa… cantaban todos felices. Los optimistas de siempre, dijeron: "¿Vieron?, yo les dije que ya pasaba la lluvia…".

9:15 a.m.

Llegada al terruño. Las piriritas y flores de cartulina lucían el embate de la lluvia de la madrugada. Pero ya era pasado. Todo estaba listo para la celebración al aire libre. De pronto, el cielo se oscureció y se reanudó el diluvio. "Ya va a pasar…", decían unos con poca convicción. "Yo les dije de mudar todo al tinglado…", decían otros.

La hora se acercaba, la mayoría de los organizadores del evento estaba debajo del tinglado protegiéndose de la lluvia. Luego de un rápido intercambio de opiniones y de miradas a las nubes: "A mudar todo…, suban las sillas...". "Uds., encárguense de preparar el altar…", "Uds. traigan los arreglos florales…".

Y bajo el diluvio fueron a buscar las sillas, en camioneta, hasta el Santuario, junto con las flores. Algunas chicas escurrían el agua del tinglado con repasadores, otras secaban las sillas, otro grupo empezó a colocar los adornos, las flores, … en fin, y en medio de la correría entró desapercibido un señor alto con un paraguas. Era el celebrante, un tal Padre Pedro Kühlcke. El Padre Pedro venía por primera vez a Ciudad del Este.

9:30 a.m.

Luego de colocarse el alba y la estola, se encaminó bajo la lluvia hacia el Santuario, pues había entrega de imágenes de la Campaña del Rosario. Dieciocho peregrinas de la serenidad y 6 de las familias. Esta proporción no significa que en esta ciudad haya ese mismo porcentaje de nerviosos y serenos. Fue una mera coincidencia.

Terminada la entrega de imágenes, de vuelta al tinglado, con los zapatos más mojados que al inicio, pero la hora había llegado. La lluvia iba en aumento. Los niños aprovechaban para correr y mojarse ante la desesperación de las mamás: "Cuidado, que se van a mojar…", "No pisen el charco…". En vano.

10:00 a.m.

Los acólitos, con el pelo mojado - no sé si por la lluvia o porque se habían levantado recién - iniciaron la solemne procesión en el tinglado repleto de gente. El coro… 10 puntos… muy bien. La gente amontonada pero quietita para no perder su lugar. Parecía el estreno de las películas, donde la gente se ubica hasta en los pasillos, a los costados, parados, inclinados, pero … bajo techo.

Al iniciar la ceremonia vimos a unos matrimonios de la ciudad de Encarnación que llegaban con todos sus chicos. En esa ciudad está iniciando la Obra de familias y es la segunda vez que peregrinan a este Santuario. Después de mojarse tanto, veremos si hay una tercera.

Las lecturas de ese día hablaban del infierno y en ese momento arreciaron los truenos, "Mmbrrumm, burum, brum…", lo cual le dio un ambiente de Home Theater. Hablando de lecturas, los lectores y lectoras llamaron la atención porque al pasar a leer tenían los zapatos impecables. Claro, se habían traído otro par en unas bolsitas y se cambiaron antes. Les cuento esto pues generalmente en los libros de liturgia no se lo menciona.

La homilía giró en torno a la misión del Santuario: "Portal de la Trinidad, Jardín del Padre.". Estuvo excelente, tanto que al final de la misma la gente aplaudió en forma entusiasta. Mientras no haya un libro de récord guiness de Schoenstatt, queda registrado que es la primera vez que sucede en nuestra ciudad. Pero prometimos guardar secreto para que los otros asesores no se pongan celosos. Los medios oficiales señalaron que incluso la gente aplaudió de pie. Para verificar el hecho, consultamos con medios independientes que señalaron que, como no había suficientes sillas para tanta gente, muchas personas quedaron de pie toda la ceremonia, incluso durante el aplauso. Aclarado el punto.

A la hora de las presentaciones, dijeron: "Es el Padre Pedro, argentino, hijo de alemanes…". "Al revés…", aclaró el Padre. Lo de la nacionalidad, así como la pronunciación correcta de su apellido quedó en un misterio, pero eso no le preocupó a la gente.

Llegando el final de la ceremonia, el Padre Pedro dijo: "Acá ninguno es de azúcar, así que no importa la lluvia, iremos peregrinando al Santuario para saludar a la Mater…". Esas palabras no arrancaron ningún aplauso, pero todos se fueron bajo la lluvia, algunos protegidos con paraguas, otros con las sillas.

El Padre Pedro y los primeros entraron al Santuario. Los demás quedaron bajo la lluvia y algunos bajo un toldo. El Padre Pedro invitó a todos los que pudieran entrar que lo hicieran. Otro récord: según medios oficiales entraron unas 180 personas al Santuario, medios opositores dijeron 100, medios independientes señalaron 120. Pienso que con 143 podríamos concordar todos. Aguardaremos otros registros.

Ahhh, sin sacar los bancos...

12:00 a.m.

Luego de la ceremonia estaba previsto un almuerzo con más de trescientas porciones. Como siempre algunos anunciaron: "Huyy con la lluvia no se va a quedar nadie, … va a sobrar toda la comida….". Se equivocaron. Todos mojados, pero todos felices. La prueba del éxito es que cuando quise ir a comer ya se habían terminado los fideos de la Campaña, el asado de la Obra de familias y quedaban solamente algunos panchos de la JF.

Qué cosa extraña es el éxito. En algunos eventos con almuerzos riquísimos y buen tiempo no va tanta gente. Y allí estaban todos felices sin reclamar nada. .

Es algo así cuando en la casa de alguno se reúne la familia y llueve. Cada uno se acomoda y nadie se preocupa.

Sexto aniversario del Santuario de Ciudad del Este

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Last Update: 06.10.2006 Mail: Editor /Webmaster
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