El pequeño "burrito" de María

Testimonio de Marinés Garda, misionera de Adolfo Gonzalo Chavez

En el auto de los bomberos Riding on the car of the firefighters Auf dem Feuerwehrauto zur Pfarrkirche
Entrada Entrance Feierlicher Einzug
La Auxiliar en el templo The Auxiliary in the parish church Die Auxliar in der Pfarrkirche
Ella es la gran misionera She is the great missionary Sie ist der große Missionar Fotos: www.chavesdigital.com.ar  © 2006 Album de fotos – photo album – Fotoalbum

Era julio de 2005 y una visita del Padre Daniel Jany, siempre abierto y dispuesto con sus hermanos, nos trajo la maravillosa propuesta de participar de la peregrinación que traería a la diócesis la cuarta imagen Auxiliar de nuestra Mater.

El entusiasmo fue grande y se consolidó en el encuentro zonal realizado en el mes de agosto en Tres Arroyos, donde ya hicimos la lista de los que sentíamos un gran deseo de llegar al Santuario Tabor de Santa María, Brasil.

Desde ese momento lo pusimos en manos de ella, sabiendo que durante ese año de espera iban a ser numerosos los obstáculos que intentarían quitarnos las ganas y hacernos bajar los brazos. Pero la confianza en ella - precaria por momentos, pero confianza al fin - triunfó.

Todo fue alegría

Y así se aproximó la fecha y quisimos unirnos como grupo y ofrecerle nuestra pequeña semilla de preparación a nuestra Madre, y lo hicimos rezándole la NOVENA en el hogar de cada futura peregrina, en la parroquia, en el Cuartel de Bomberos y en nuestra reunión mensual, con la compañía de otras misioneras; eso nos vinculó de una manera muy especial y nos dispuso con serenidad, a pesar de las angustias propias del tener que separarnos de nuestros seres queridos. Pero Ella pudo más y allí estábamos todas: Muñeca, Angélica, Susana, Antonia, Gloria, Marita, Gladys, Marinés, Nancy y su Camilo (nuestro misionero varón).

Desde que partimos el domingo 23 a las 11 hs., todo fue alegría, compartir, vivir al otro como hermano, descubrir al peregrino de las otras comunidades (Pringles, Bahía Blanca, Saldungaray, Dorrego, Oriente Pigue, Punta Alta, Sierra de la Ventana y Tres Arroyos).

Con la cálida y dispuesta alegría de Diana, nuestra querida coordinadora, pudimos organizarnos, pautarnos y respetarnos, siguiendo cada paso pensado y planificado con tanto esfuerzo.

A las puertas del Santuario Tabor

Y así llegó el momento - lunes 24, 15 hs. - cuando nos dimos cuenta, con una emoción indescriptible, que estábamos a las puertas del Santuario, y la Mater que desde su grandeza nos habría sus brazos maternales y llenos de un amor inagotable, esperaba este maravilloso encuentro; único en nuestra misión e inolvidable en nuestro corazón.

Brotaron lágrimas de agradecimiento, de sueño alcanzado y de nostalgia por todos los que quedaron en casa, con sus pedidos, sus deseos, su mochila de capital de gracias que junto a nuestras peregrinas depositamos al pie del altar bajo la mirada tierna de María.

A partir de ese momento se fueron sucediendo encuentros, charlas, visitas, celebración de la Eucaristía, diálogos, vivencias, reflexiones, durante las cuales conocimos y compartimos con la hermana Rosequiel, el padre Argemiro (postulador de la causa para la canonización de don Joao Pozzobon), don Ubaldo Pimentel (misionero amigo y compañero de don Joao), con los hijos, nieto y bisnieta de don Joao, con el último párroco de Joao Pozzobon, con la comunidad de Riberao, que nos recibió con cohetes, donde pudimos renovar las promesas bautismales junto a la pila bautismal que lo hizo hijo de Dios a don Joao.

Almuerzo típico italiano, donde palpamos la alegría y sencillez de la gente de don Joao y conocimos a su hermana y sobrino; recorrimos su casa natal y su vivienda familiar donde está su Ermita personal.

Momentos de oración, meditación y adoración en el Santuario Tabor, donde fueron bendecidas y entregadas las imágenes auxiliares.

Todo este manojo de sentimientos y emociones estuvieron siempre protegidos e iluminados por la presencia espiritual, junto a la Mater, del Padre Fundador José Kentenich y de su alumnito don Joao. Colmados de tantas gracias emprendimos el regreso a nuestros terruños, con deseos de seguir allí, pero conscientes de que nuestra misión tiene, a partir de ahora, un nuevo empezar, donde se siente el compromiso de compartir la fuerza de esa fe y el amor de esa MAEZINHA.

Pero como ella siempre tiene algo más para sus hijos, pudimos llegar hasta el Santuario de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina, donde arribamos en procesión con nuestras 4 Auxiliares y numerosas peregrinas al pie del altar mayor, para participar de la celebración de la palabra y de la Eucaristía.

Bienvenida a la Auxiliar

Ya en las últimas horas del día y bajo una fría llovizna arribamos a nuestro destino, Adolfo Gonzáles Chaves, donde misioneras ansiosas  y emocionadas, familiares y bomberos voluntarios nos aguardaban para recibirnos, pero en especial para recibir con honores a la primera Imagen Auxiliar, perteneciente a la Comunidad de Coronel Pringles, que con un gesto de hermanos, representado en Clara Bernardini y su esposo, facilitaron que la imagen permanezca por un mes en nuestra localidad.

En caravana y escoltada por dos misioneras nos trasladamos al Templo Parroquial que, iluminado, la aguardaba y bajo los versos del Himno de la Virgen Peregrina fue transportada a un lugar de privilegio en el Altar.

Con Avemarías y una manifiesta consagración dimos nuestro más profundo agradecimiento a Nuestro Señor por tantas bendiciones para nuestra comunidad y para nuestra diócesis.

Nuestro agradecimiento también a quienes hicieron posible esta peregrinación; a Edda y Pocho Fournau, de Coronel Borrego, que no participaron pero que estuvieron presentes en cada momento; a quienes con sus oraciones, misas diarias y capital de gracias siempre nos acompañaron y a nuestras familias que comprendieron nuestros deseos.

Relato realcionado