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 published: 2004-07-13

"Nadie se hubiese atrevido a soñar que nos encontraríamos reunidos aquí desde todas partes del mundo con tanta alegría y gratitud"

"Familia de Schoenstatt-Milwaukee '04": comprensión, cariño, vivencia, compartir el legado del Exilio y el lugar de gracia que lo respalda

50 años del Santuario de Exilio, Milwaukee

50 years of the Exile Shrine, Milwaukee

Fünfzig Jahre Exilheiligtum, Milwaukee

 
 

Visita al Santuario Hogar del matrimonio Yank

Visiting the Home Shrine of the Yank family

Besuch im Hausheiligtum von Familie Yank

Foto: Yank c 2004

 
 

Se presenta: Ecuador

Ecuador presenting

Ecuador stellt sich vor

 
 

Coronación de la Mater

Crowning

Krönung

 

11 de julio: Charla central: P. Jonathan Niehaus

July 11: Programmatic talk: Fr. Jonathan Niehaus

11. Juli: Programmatischer Vortrag: P. Jonathan Niehaus

 
 

Encuentro con el Padre

Encounter with the Father

Begegnung mit dem Vater und Gründer

 

Fotos: © 2004

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USA, Margaret Steinhage Fenelon. "Nadie se hubiese atrevido a soñar que nos encontraríamos reunidos aquí desde todas partes del mundo, con tanta alegría y gratitud", dijo el Padre Heinrich Walter, Presidente del Consejo Internacional de la Obra de Schoenstatt, en la homilía de la Misa de cierre de la celebración internacional que tuvo lugar del 8 al 11 de julio, en Milwaukee, en conmemoración del 50º aniversario del Santuario del Exilio. Comprensión, cariño, vivencia, compartir el legado del Exilio y el lugar santo de gracia que guarda las gracias del Exilio: ésta fue la experiencia de los 500 peregrinos procedentes de 16 países durante estos días.

El primer día completo del encuentro, 9 de julio, los peregrinos de todos lados del mundo ya estaban familiarizados unos con otros, y en el predio del Centro Internacional se producían amistosos intercambios. Después del desayuno, en los diversos lugares de alojamiento, la Familia internacional nuevamente se reunió bajo la gran carpa blanca situada cerca del Santuario Internacional del Reino del Padre, coloridamente ornamentado para el encuentro de cuatro días.

Un Santuario Mariano para la Iglesia local, un Santuario para la Familia de Schoenstatt de los Estados Unidos, un Santuario extraordinario para la Familia de Schoenstatt Internacional

La primera conferencia estuvo a cargo de Michael Fenelon, de McHenry, Illinois. Michael y su esposa, Margaret Yank Fenelon, conocieron al Padre Kentenich cuando niños, ya que sus padres pertenecían al grupo conocido como "los Matrimonios Pioneros", que se reunían con el Padre para las famosas Charlas de los Lunes por la noche. La charla, titulada "Historia y significado del Santuario del Exilio en Milwaukee", resumió el valor histórico del Santuario del Exilio en vista a cuatro puntos centrales: cómo fue construido el Santuario (1954), los años de Exilio (1954-1965), los años del "Amor Divino" (1965-1979), y los últimos 25 años (1979-2004). Respecto al significado del Santuario del Exilio, Michael se refirió al mismo como un Santuario Mariano para la Iglesia local, un Santuario para la Familia de Schoenstatt de los Estados Unidos, y un Santuario extraordinario para la Familia de Schoenstatt Internacional.

El segundo conferencista, la Hna M. Petra Schnuerer, miembro de las Hermanas de María y antigua secretaria del Padre Kentenich, les habló a los peregrinos sobre "la importancia del Santuario del Exilio para el Padre Kentenich y la Familia de Schoenstatt". En su exposición, la Hna. Petra ayudó a los peregrinos a comprender la importancia del Santuario del Exilio para el Padre, y la fecundidad del Santuario del Exilio. Impulsando a la audiencia a hacer propias las palabras del Padre ese día, citó su charla de despedida en el Santuario del Exilio, el 15 de septiembre de 1965, cuando se disponía a regresar a Roma. "¡Alegrémonos! Agradezcamos que Dios nos haya llamado a estar juntos, que hayamos intentado descubrir sus deseos, sus planes, y actuar de acuerdo a ellos, y comprometernos con el ideal de Ascende superius. Siempre más y más alto hasta que Dios vea realizado ese ideal que ha pensado para nosotros desde toda la eternidad... y, por tanto, creo que debo concluir repitiendo una vez más, mi querida Familia de Schoenstatt!". Ambos oradores recibieron una ovación de pie y pedidos de fotos por sus magníficas presentaciones. A continuación, bajaron la cuesta, encaminándose rumbo al Centro Internacional para el almuerzo.

Un tour de los Santuarios del hogar

Muy pronto, los micros escolares de color amarillo se encontraban alineados a lo largo del camino, listos para transportar a los grupos de peregrinos a alguno de los 20 Santuarios del hogar, aproximadamente, dispuestos para recibir su visita. Pasaron la tarde disfrutando de la atmósfera de los Santuarios del hogar y escuchando las historias de las familias que los habían consagrado. En cada uno de estos se encontraba una persona que conoció personalmente al Padre Kentenich durante el tiempo de exilio, lo que le sumó más esplendor al ambiente. ¡Qué momento maravilloso y tan inspirador!

Demasiado pronto se hizo la hora de abordar nuevamente los buses de regreso al Centro Internacional para la Santa Misa, celebrada simultáneamente en inglés (en la carpa), español (en la capilla de la Casa Provincial de las Hermanas de María) y alemán (en la Capilla de San Miguel en la Casa del Padre).

En la Misa en inglés, celebrada por el Padre Héctor Vega y concelebrada por el Padre Dieter Haas y el Padre Mark Niehaus, se les recordó a los peregrinos que nuestro Padre y Fundador nos llamó a ser el pueblo escogido, una nación santa, como en tiempos del Antiguo Testamento.

"Pero la familia (como nación santa) no se dio ni se dará de un día para otro", dijo el Padre Vega, "sino que demandará de nosotros aportes al Capital de gracias".

Por qué la delegación alemana acortó la oración de la noche

Una buena cena fortaleció el de por sí elevado espíritu de la Familia de Schoenstatt, preparando el camino para una noche de alegría y diversión. Representantes de cada una de las delegaciones presentaron un número típico de sus respectivos países de origen. Muchos de los participantes lucían ropas tradicionales de sus países, aportando al colorido y entusiasmo de la noche veraniega. La carpa se llenó de canciones, danzas, risas, presentaciones en DVD y Power Point, y regalos. El alegre festejo siguió hasta tan tarde que la delegación alemana prudentemente decidió acortar la Plegaria Vespertina a una breve pero muy sentida oración de la noche con bendición simultánea de todos los Padres de Schoenstatt!

El interés del Padre Kentenich por un joven seminarista

A las nueve y media de esa gloriosa mañana, cuatro micros escolares colmados de entusiastas schoenstattianos se detuvieron en el estacionamiento de Grant Park, en la zona sur de Milwaukee, Wisconsin. Con los ojos brillantes de expectativa, los peregrinos descendieron de los micros dirigiéndose con precisión hacia el hermoso parque ribereño al que el Padre Kentenich iba de picnic con sus visitantes.

Enseguida un mar de schoenstatianos escuchaba atentamente al Padre de Schoenstatt alemán Andreas Brath, relatando historias del tiempo transcurrido en Milwaukee junto al Padre. En 1961, como seminarista, el Padre Brath llegó a Milwaukee para estudiar bajo la tutela del Padre Kentenich. Les contó a los peregrinos cómo, a su llegada, el Padre se había ocupado de él como sólo un verdadero padre puede hacerlo, a punto tal de hacerle tomar una siesta al cabo de sus largos viajes a Milwaukee.

También mencionó su privilegio de haber sido el primer visitante en la entonces recién adquirida Casa del Movimiento (frente al Santuario del Exilio, cruzando la Avenida Wisconsin) donde vivían las Hermanas de María y donde se alojaban los huéspedes extranjeros durante los años de Exilio – hasta que fuera construido el Centro Internacional en Waukesha. El Padre Brath llevó a los peregrinos a revivir ese momento en la Casa del Movimiento.

El Padre Kentenich trepó al porche de la casa y, mirando abajo hacia su interlocutor, recordó el tiempo en que tenía cinco o seis años de edad y estaba jugando con otros niños. El Padre contó que les había dicho a los chicos: "Escúchenme todos. Cuando crezca, voy a ser sacerdote y en ese entonces daré sermones. Ya sé lo que voy a decir. Al principio, comenzaré con "mis queridos piadosos oyentes", y finalizaré en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Sé el comienzo y el final, pero todo lo que va en el medio, todavía tengo que aprenderlo".

Lago Michigan: arrojando piedras como hacía el Padre Kentenich

A continuación, los peregrinos se encaminaron por el sendero empinado y boscoso hacia la orilla del lago Michigan para pisar el lugar donde estuvo el Padre. Es imposible estar en la orilla donde él admiraba la obra de creación de Dios sin intentar "hacer patito con las piedras" sobre la superficie del lago, tal como hacía él. La mezcla del burbujeante oleaje, la animada conversación, los sones de guitarra y las canciones, resonaba como si toda la orilla riese alborozada.

Monseñor Timothy Dolan, Arzobispo de Milwaukee: "Amo Schoenstatt"

Para el almuerzo, se sirvió un asado al estilo norteamericano, bajo la bóveda de los árboles, tras lo cual llegó la hora de abordar nuevamente los buses para la tan anhelada visita al Santuario del Exilio y la Santa Misa con el Arzobispo de Milwaukee, Monseñor Timothy Dolan.

El lugar – especialmente el Santuario – estaban decorados festivamente, dando a conocer a todos los que pasaban por la Avenida Wisconsin que algo grande estaba aconteciendo. En el Santuario del Exilio, antes de la Misa, el Padre Gerold Langsch, Superior de la delegación de los Padres de Schoenstatt de Estados Unidos, le obsequió al Arzobispo una Cruz de la Unidad pectoral, que le encantó. Mostrándola a la audiencia, expresó su profunda gratitud y dijo: "Ahora estoy más que nunca con ustedes!".

Por segunda vez en los cuatro días de encuentro, una colorida procesión pasó junto al Santuario dirigiéndose a la carpa blanca – que en esta oportunidad se encontraba cerca del Santuario del Exilio – llena de sillas y tarimas. La procesión estaba formada por diecisiete sacerdotes, entre los cuales se encontraban Monseñor Dolan, el Superior de los Padres y Hermanos Pallotinos de Milwaukee, Padre Leaon Martín, SAC; el párroco de la Iglesia San Vicente Palloti, Padre Joe Koyickal, SAC; el Padre Heinrich Walter, Superior General de los Padres de Schoenstatt; el Padre Gerold Langsch, Superior Regional de los Padres de Schoenstatt y otros Padres en representación de Argentina, Chile, República Dominicana, Alemania, Puerto Rico, y los Estados Unidos.

La Misa en tres idiomas fue una experiencia inolvidable. Con los casi 500 peregrinos del exterior y los schoenstattianos de la Familia local que se unieron a la celebración, la muchedumbre era de unas 800 personas. Durante las palabras de bienvenida del Padre Langsch, Monseñor Dolan nuevamente agradeció la Cruz de la Unidad pectoral, aclarando que había solicitado específicamente esta cruz cuando le preguntaron qué regalo le gustaría más recibir. "Cuánto tiempo he admirado esta cruz, con la sangre de nuestro Señor vertiéndose en el cáliz de su madre", dijo él. "Ahora, literalmente, los llevo en mi corazón". En su homilía, el Arzobispo expresó a la Familia de Schoenstatt que son un regalo y una fuente de inspiración para la Iglesia. Reiteró lo que tantas veces ha dicho: "Amo Schoenstatt. Visito a menudo el Santuario y me encanta visitarlo. Pero, por mucho que los admiro, y agradezco a Dios por ustedes, todavía estoy tratando de descubrir su secreto!".

Un Santuario en el corazón mismo de la ciudad

Monseñor Dolan expresó que, en su búsqueda por familiarizarse con el Padre Kentenich y la pedagogía de Schoenstatt, cree que el secreto de Schoenstatt está en la Encarnación. "Ustedes creen en la Encarnación, en Emmanuel, el Dios con nosotros. Ese es el misterio de nuestra fe – la Trinidad y la Encarnación – y ese es el misterio de Schoenstatt". Extrayendo las implicancias prácticas que se derivan de este misterio, dijo el Arzobispo: "Es por eso que las familias, cada noche, se unen en torno a la Madre tres veces Admirable. Es por eso que contamos con ese Santuario, no en el desierto, sino en el corazón mismo de Milwaukee. ¿Por qué? Porque Dios está con nosotros, concretamente en medio de la vida".

Finalizada la Misa, los peregrinos se dividieron en grupos y acompañaron a la Familia local en una visita guiada por los lugares del Exilio – las dos oficinas del Padre, donde tan afanosamente trabajó en sus escritos y homilías, y donde se reunía con las visitas; el Cementerio donde el Padre caminaba dos veces por día (en todo tipo de clima y hasta la capilla del cementerio, sobre la cuesta empinada); la Iglesia de San Vicente Palloti (anteriormente Iglesia de la Santa Cruz), donde el Padre solía rezar y en la que celebró sus 50 años de sacerdocio; y la Casa del Movimiento.

A continuación, se rezó la Plegaria Vespertina en la carpa, en medio de una refrescante brisa de verano. Más tarde, la Familia de Schoenstatt Internacional recibió un pequeño regalo del Padre – las famosas galletitas con forma de Santuario y un molde para galletitas con la misma forma, acompañados de un recetario en inglés, español y alemán, para que se difunda la tradición del Padre de repartir galletitas del Santuario a todos los que lo visitaban!

La misión del Santuario del Exilio para la Iglesia Post Conciliar

El último día de encuentro comenzó con una charla del Padre Jonathan Niehaus, Padre de Schoenstatt de los Estados Unidos. El Padre Niehaus, ordenado sacerdote en 1994, es el Asesor de la Juventud Masculina de Estados Unidos y ha escrito y traducido numerosos libros para el Movimiento de Schoenstatt. En su conferencia titulada "la misión del Santuario del Exilio para la Iglesia Post Conciliar", que incluyó grabaciones de audio del Padre hablando sobre el tema en una charla que tituló "Nuestra devolución de regalo a la Iglesia"; el Padre Niehaus reveló el mensaje crucial del Exilio para la Familia de Schoenstatt y la Iglesia mundial. Se valió de cinco aspectos: Por qué amamos a la Iglesia; Punto de referencia: La Iglesia del Post Vaticano II; Cuál es el aporte de Schoenstatt al "Tiempo" Post Conciliar; El Exilio como modelo de la Iglesia futura; y Con María hacia los tiempos más nuevos.

"Querida MTA", imploró, "haz que nuestro regalo a la Iglesia – un resonante canto de gratitud por todos los tesoros del exilio y nuestro querido Santuario del Exilio – no sea menos que éste: que la Alianza de Amor contigo se extienda por el mundo entero y penetre en cada corazón. Entonces la gran visión de nuestro Padre Fundador (hecha pública el 31 de diciembre de 1965) se hará realidad para la Iglesia que tanto amó, llevándola de victoria en victoria sobre la nueva orilla de los tiempos:

Creemos que hemos sido llamados a ser corazón de esta Iglesia. ¿De qué Iglesia? La Iglesia del tiempo futuro".

Tras una ovación de pie y calurosas felicitaciones al Padre Niehaus, se hizo la hora de prepararse para la Santa Misa – celebrada por última vez en la enorme carpa blanca a la sombra del Santuario Internacional del Reino del Padre, en el Centro Internacional de Schoenstatt.

"Hemos descubierto la riqueza del tiempo de Exilio"

El celebrante principal fue el Padre Heinrich Walter, Superior General de los Padres de Schoenstatt, y los concelebrantes el Padre Guillermo Carmona, de Argentina, y el Padre Jesus Castro, de la República Dominicana.

En su prédica, el Padre Heinrich expresó la sincera gratitud de los peregrinos a la Familia de Schoenstatt local, los organizadores del Jubileo, los Padres de Schoenstatt de los Estados Unidos, y muy especialmente a las Hermanas de María, en cuya casa tuvo lugar el encuentro.

"Nadie se hubiese atrevido a soñar que nos encontraríamos reunidos aquí desde todas partes del mundo con tanta alegría y gratitud", afirmó. y," he said. "Cada vez más los que venimos de afuera hemos ido descubriendo la riqueza del tiempo de Exilio. Quien no haya estado en Milwaukee, se ha visto privado o privada de una parte importante de nuestra herencia schoenstattiana".

El cierre de la celebración jubilar consistió en una ceremonia de envío junto a la estatua de tamaño natural del Padre Kentenich, próxima al Santuario. Tomados de la mano, formando un círculo en torno al Padre Fundador, la Familia de Schoenstatt Internacional entonó un canto a la Madre, Reina y Victoriosa, simultáneamente en inglés, español y alemán. Durante una pausa de silencio entremedio de las oraciones, una voz familiar, proveniente de una grabación, impartió su cálida bendición, endulzando los oídos de todos los presentes – ¡era el Padre! Con gozo y alegría, los asombrados peregrinos se persignaban cuando el Padre los bendecía, tal como lo hiciera innumerables veces con sus hijos durante el Exilio.

A continuación, llegó la hora de dirigirse al Centro Internacional para el almuerzo – la última merienda compartida por este grupo multicultural de hijos del Padre. Pero antes de partir, su Padre y Fundador les tenía preparado un último regalo – tarjetas postales y medallas para los adultos y Santuaritos de madera, pintados a mano, para sus queridísimos niños.

Traducción: msd, Argentina



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